El sistema inmunitario de la biografía funciona así. Cuando vienen cosas raras pueden ser tonterías sin importancia o cosas graves. La mente inteligente no detecta otros términos intermedios. La persona inteligente se fatiga en lo intermedio. Se deprime en lo chungo y tiene euforia en lo banal.

La navaja de Ockham es una diagnosis metafísica optimista. Suele ser lo sencillo, suele ser lo benigno. Pero ahí está Murphy para hacer su entrada triunfal y soltar los cisnes negros.

De joven no hay, básicamente, problemas. De mayor ya empiezas a preguntarte si tus hipocondrias son correctas o no. Eso hace que cada vez uno enfrente menos cosas. Porque no se puede avanzar en crisis. Pero avanzar, por otro lado, es la única solución.

A quien sea joven y tenga tiempo por delante ( y lo que es mejor: el razonable optimismo de que le vienen más ockhams que murphies) yo le aconsejaría que tuviese cuidado con el problema de la intensidad. No la quiera obtener a base de monsters.

Dicen que la vida no se planifica. Pero tampoco lo contrario. Hay tiempo por delante cuando hay tiempo por delante. Hagan iniciativas para que los euros rulen a base de bien por sus vidas. Y luego, sobre ya seguros, plazcan. Pero tengan siempre en la cabeza alguna idea importante. Algo de calado. Algo que les lleve a sentir la realización de sus dias. Antes de que sea tarde.

Afortunadamente todo ha quedado en un susto. Ockham me ha sido favorable una vez más. Ángel de la guarda. Pero las he pasado putas. Y no sólo por ser un hipocondríaco redomado. Sino también porque los detalles con el tiempo se perfeccionan. Y los sustos van anunciando poco a poco que la existencia de cisnes negros es una realidad. Y que cualquier dia podríamos verlos.

Veo bailar contenta y feliz a la Miley. Son muchas las artistas que cantan al desamor. Pero también a la recomposición personal. E incluso al éxito. Al lograr un estatus, un nivel. Eso no es la felicidad. Pero sí la tranquilidad. Sobre todo cuando queda luego tiempo para otras iniciativas más importantes. Esas que tienen sentido hasta el final. Y nos hacen despertarnos como si todo fuese perfecto. Porque el presente sano y brillante es mejor que el monster o que las comidas basuras durante años. Incluso que el propio sexo.

Si algún dia lográsemos la inmortalidad biológica y la resurrección de los muertos. Si algún dia lográsemos la modificación del universo. Si algún dia fuésemos como dioses. Ese dia seguro que todavía bailaríamos. Porque las utopías no se sueñan sólo para soñar.