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ThErik
Nudismo, desnudo y la naturaleza
La idea de "volver a la naturaleza" como algo bueno es relativamente reciente en el pensamiento occidental. Tiene sus orígenes en el movimiento romántico y se desarrolló durante los años medios de los 1800s. Al comienzo de ese período, la "naturaleza" tenía connotaciones bastante desfavorables, siendo la fuerza que la civilización estaba tratando de superar y superar. Pero en la última parte del siglo, la idea había sido rehabilitada y se le habían dado las asociaciones positivas de personas como Walt Whitman y John Muir, que aún se conserva.
Algunas personas, por supuesto, sienten que la naturaleza está excesivamente sentimentalizada, que el estado de naturaleza en el que el Noble Savage alguna vez vivió en armonía consigo mismo y su entorno es solo un mito engendrado en las mentes de personas relativamente acomodadas por las frustraciones de nuestra civilización, que no es ahora y nunca fue tan bueno como se pretende.
Quizás. Puede ser un mito. Pero ninguno de nosotros vive sin nuestros mitos. Como el arte, el mito es una de las formas en que nos explicamos a nosotros mismos. Hay belleza y verdad, así como también pathos en nuestros mitos.
¿Por qué estar desnudo en la naturaleza? Después de todo, no es siempre conveniente ni cómodo. A veces el aire es demasiado frío, el sol demasiado caliente, las zarzas demasiado implacables para la piel desnuda, los insectos demasiado sedientos para nuestra sangre.
Pero aún así, nuestra piel es nuestro órgano sensorial más grande. Usar ropas cuando no las necesitamos es como usar una venda sobre los ojos o tapones para los oídos en los oídos. Echamos mucho de menos: la calidez de la luz del sol, la frescura de la niebla o la neblina de una cascada, la caricia de la brisa, el barro entre los dedos de los pies, una lluvia de verano cayendo por nuestros flancos.
Todo tiene un precio; la vida está llena de concesiones. Al igual que un vendedor ambulante en un bazar medio oriental, la naturaleza siempre nos ofrece gangas increíbles. Si no queremos su cerámica fina hecha a mano hoy, quizás algunas sedas raras importadas. Como sabe que somos capaces de apreciar la calidad de sus productos, nos permitirá elegir por un precio escandalosamente bajo.
¿Qué elegiremos si el único precio que la naturaleza pide hoy es renunciar a nuestra ropa durante unas horas o un día? ¿Una muestra de libertad? Un amplio ramo de nuevas sensaciones? ¿Un sentimiento de conexión y pertenencia al mundo natural?
Sí, y ¿qué pasaría si pudiéramos permitirnos derrochar en ocasiones, estar sin nuestras ropas durante días enteros, incluso a costa de alguna incomodidad? ¿Entonces que?
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