Hola, zagales del valle,
venid a la mesa
Andar veréis en manos del hombre
convertido en Dios el pan.
Aunque a los cielos se ha ido
y a sus amores les da licencia para venirse
y quedar también allá.
Oh, cuánto el hombre le debe
a este divino manjar
pues mientras más se lo come
él se lo da mucho más.
Esta fineza, zagales
amor la debe pagar
que es gran culpa ser ingrato
a quien sabe dar el pan.