Autopole
Los jóvenes de Okinawa no parecen ser tan diferentes del resto de los japoneses. Los okinawenses imitan a los habitantes de las grandes metrópolis niponas. Inconscientemente los admiran un poco más, pero también les profesan un poco de odio y rencor. Aman el alcohol y a las mujeres. Con ayuda de internet han formado varios grupos y comunidades. Reciben su inspiración de diversos elementos y hoy en día es más fácil para ellos conocerse debido a sus intereses en común.
Todos quieren ir a Tokio o a las grandes ciudades pero, después de pasar unos años allí, siempre regresan a casa, pese a que aquí la gente no tiene poder de decisión. Todo lo impone Tokio. Por ejemplo, no importa que en Okinawa nos opongamos a la instalación de una base militar estadounidense, nuestra opinión no cuenta. Cuando veo a los gitanos franceses me recuerdan a los habitantes de Okinawa de hace dos generaciones. Después de la guerra, ellos tuvieron que reconstruir sus casas con escombros. Todo fue destruido y hubo muchísimas muertes. Japón había decidido sacrificar a Okinawa para evitar daños mayores en el resto del país. Hoy en día aún hay bombas abandonadas en el suelo.
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