la brutal muerte de mi padre por el cáncer sacó de mi espíritu perfeccionista, pero procastinador, la naturaleza de un ortoréxico. Lo aprendí todo sobre la nutrición. Pero al igual que las anoréxicas empiezan un dia a contradecirse hinchándose a comer, para luego vomitar, y así completar su naturaleza con la cara opuesta de la bulimia, mi característica ortoréxica - preocupada hasta de la temperatura del agua de cocción- se tornaba en alegre festival de la bacanal con ingestas inimaginables de verdadera mierda.
Existe alrededor de los treinta años de edad un detonador intelectual que busca anhelante el poder. El paraíso perdido, o por perder, se sigue dando por válido. Y tanto más asciende kundalini, tanto más hambre de poder-conocimiento sucede.
Con el tiempo los parámetros se separan felices en una caótica danza de distanciamiento. Ya nada es lo que era y las vías de agua son demasiadas como para taparlas con todos los dedos de las manos. Ni aún con muchas manos contásemos. Entropía reclama lo que es suyo y los disfraces de Emperador rompen sus costuras.
Los sabios anteriores a tí te lo dicen exultantes: ¿ lo vés?. Pero yo sonrío y pienso " que me quiten lo bailao". Morirán los poetas, pero también los santones.
El mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.