Debate Paja al frote, cuidado con el efecto rebote

Leyendo nuestro bienamado foro me he acordado de una anecdota interesante que quiero compartir. Y como este es mi blog personal os jodeis y la leeis.

Tendría 13 o 14 años y ya llevaba un tiempo experimentando en tema pajas. Una noche fría de invierno estaba yo durmiendo en mi habitación, disfrutando de las cómodas aislaciones térmicas que ofrecen los edificios de más de 50 años en este país. Cuando me desperté sobresaltado trás un tórrido sueño. Estaba sudado y a consecuencia de mi cálido sueño, que constrastaba en demasía con mi helado cuarto, tenía la tienda de campaña ya montada.

De modo que me arrebujé en las sábanas dispuesto a hacerme una señora PAJA con apoyo de los escasos estímulos audiovisuales que tenía en mi viejo móvil, cuando todavía no eran tan listos. Puesto que estaba desvelado decidí hacerme la gayola con una técnica que llevaba un tiempo perfecionando. La paja al frote. Básicamente consiste en frotarte contra cualquier superficie cual hiena sarnosa en celo en busca del alivio sexual.

Esta técnica tiene desventajas. Es lenta, mancha y conlleva un esfuerzo extra que quizá el forero medio no pueda asumir. Pero por aquel entonces yo era un muchacho lustroso y bríoso que todavía no había caido en las garras de las drogas y los vicios de Internet. Así que comencé a follarme la cama con fiereza pensando en esa guarra del cole que me había enseñando el tanga mientras se contorneaba yendo hacia el baño.

Y ahora viene el desastre. En esa época yo era más virgen que el aceite de oliva y mi educación sexual consistió en la que mi lenta conexión a Internet buenamente pudo darme. Así que cuando se me replegó la piel del prepucio desenfundando por primera vez al completo mi reluciente capullo mi sorpresa fué mayúscula.

Pasé dos días andando como un cowboy, con mi rabo dolorido. Mi aún demasiado sensible prepucio me traia por el camino de la amargura. Y lo que es peor, pensaba que jamás podría volver a enfundar mi rabo. Estaba tan preocupado que incluso me planteé consultarlo con mis amigos. Por suerte no lo hice. Ahorrándoles el mal trago y a mí la verguenza. Probablemente la mejor decisión que haya tomado jamás en mi puta vida.

Recordando un viejo dicho "lo que una paja dá, otra paja lo quita" solucioné el problema. Me pusé a ver en TV un programa con presentadores cachondas y con la misma furia con la que causé el problema, y bastante más saliva además de usar una técnica tradicional, lo arreglé.

Espero que hayan disfrutado de esta bella anécdota y ahora ruego que compartan las suyas.

foroparalelo.cum