otros aspectos del hedonismo

El hedonismo es apostar por el placer. Pero no es tan simple como ser un cerdo. Ser un cerdo gourmet se parece más. Es atiborrarse, pero siempre de lo mejor que se vaya pudiendo.

Si viviéramos en una utopía, todo iría de puta madre. Por tanto gozaríamos. De lo que se deduce que gozar es como una antesala de la utopía. El hedonista busca el placer sin miramientos para la seguridad de su Futuro porque le permite vislumbrar la utopía. Por tanto no es un nihilista del tipo " alma mía, come, bebe y date la buena vida porque todo tiene un fin". No es el mierda que predica la Biblia, sino todo lo contrario: un soñador. Alguien que entra más veces de la cuenta en la antesala porque acaricia la gloria pese a contrapronósticos. El mester de puterío no responde a la simple erección. Es más bién un delirio de rebeldía. Una huida hacia adelante que se pone en marcha cuando la frustrante rutina amenaza por tu horizonte con la esclavitud. El hedonista putero, que también suele gozar con la buena mesa, es un rebelde.

El hedonismo es por tanto una actitud platónica por la vía de la paradoja. Ya que lo platónico se suele asimilar por el entendimiento de la mayoría al ascetismo con el aspecto militar del anacoretismo pleno de privaciones. Salvo el tantrismo, casi que no existe una filosofía del placer. Sade pensaba que el sentido de la vida era el placer y no el compromiso político de la libertad, igualdad y fraternidad de una revolución en la que no creía ( con el tiempo luchó por los derechos de los desposeídos, era hombre de talento y talante pese a todo). El tantrismo indio piensa que si caes al suelo ( existencia, pecado original) sólo tienes el suelo para levantarte. La formulación oriental fué algo más elaborada que la Occidental en ese tema en concreto. Incluso llegaron a la afirmación " todo lo que está aquí, está en todas partes. Todo lo que no está aquí, no está en parte alguna". Relativizaron el supuesto poder de apertura mental del viaje para reclamar el modo frente al espacio. El modo anula el tiempo al hacerlo cíclico en lo sexual ( olvido de uno mismo). El modo hace innecesario cualquier desplazamiento por la interiorización profunda que permite la realización en cualquier lugar. Y cualquier lugar vale para el hedonista cuando aprende que un fajo de billetes en la mano convierten una calle de mala muerte en una zona bohemia. O un atiborramiento de galletas de chocolate en un manjar de bacanal romana. El placer actúa de filtro a modo de constructor de universos.

Iniciado por Mr Jo

El mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.

nada que una buena lengua epiléptica, entrenada y servil no pueda limpiar como la mejor de las toa llitas

siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii?? dame un bezitooooo muaa muaaaa yupiiii!!