Pensadores ilustres de la Filosofía Islámica, y aportes culturales relevantes.
-
Me mola "La Promesa" TVE.
Pensadores ilustres de la Filosofía Islámica, y aportes culturales relevantes.
- Pensamiento Sunni.
- Al-Ab harî: "Guía de la Filosofía" (lógica, física, metafísica) y "Descubrimiento de las realidades metafísicas", una adaptación de la Isagoge de Porfirio (Kitab al-Isagugi).
- Ibn Sab'in: último filósofo andaluz (murciano); cuando estuvo en Ceuta, recibió un encargo del soberano almohade 'Abd al-Wahid de responder un cuestionario de parte del emperador Federico II Hohenstaufen, rey de Sicilia (contenido en la obra "Discursos sobre las cuestiones sicilianas", sobre A) la existencia del mundo ab aeterno, B) las premisas y la esencia de la teología, C) las categorías, D) la naturaleza y la inmortalidad del alma); también es suya Budd al-arif ("Escapada del Gnóstico").
- Al-Katibi al-Qazvini: conocido como Katib ("escritor" o "secretario") o Dabiran en persa. Obras: "Kitab hikmat al-'ayn" (sobre cuestiones metafísicas y místicas), o "Risalat al-samsiyya" (sobre lógica).
- Rasid al-Din Fasl 'Allah: famoso historiador, muerto por intrigas bajo mandato del sultán Abu Sa'id, 9º iljan de Persia. Ejerció la medicina bajo el mandato del mongol Abaga Jan, luego historiador bajo Gazan Jan. Obras: "Yami' al-tawarij" (La síntesis de las crónicas), con amplias bibliografías y referencias, siempre con preocupación por las fuentes más fidedignas. Émulo de un Leonardo da Vinci por sus investigaciones en meteorología, arboricultura, arquitectura, apicultura y construcción de navíos ("Kitab al-ahya wa'l-atar"). En 1969 se celebró un congreso en las universidades de Teherán y Tabriz para conmemorar el 650 aniversario de su muerte.
- Qutb al-Din al-Razi: (Muhammad ibn Abi Ya'far), procedente del linaje buyí de Daylam según unos; o a la familia si'í de los Babuyih de Qumm, según otros. Discípulo célebre de 'Alla-mih al-Hilli. Quince obras, entre ellas la historia del avicenismo iraní en "Kitab al-muhakamat" o "Libro de las citaciones para comparecer".
- Fajr al-Din al-Razi: teólogo del Kalam (al-Razi siempre indica origen en la antigua ciudad de Ray, la Raga del Avesta, o la Ragués del libro de Tobías), a 12 kilómetros al sur de Teherán. Gran viajero, abrió escuelas en Herat, Samarcanda y la India. De personalidad compleja, es llamativo su esfuerzo por unificar las corrientes de pensamiento del Islam. Conocía en profundidad a los filósofos helenizantes (al-Farabi, Avicena, o citas de Abu'l-Barakat al-Bagdadi), y se fundamenta en un sistema platonizante derivado de la interpretación del Timeo (según P. Kraus). Quince libros sobre el Kalam, filosofía, exégesis coránica, medicina, astrología, alquimia, fisionomía y mineralogía. Algo llamativo es que no sospecha siquiera el conceto metafísico del Imam y del Imamato -como sí harán los filósofos si'íes-, lo que le valdrá la crítica de Sadra al-Sirazi. En resumidas cuentas, el mutakallim típico, escolástico de la dialéctica del Kalam; Ibn Arabi mantuvo correspondencia con él, y el dominico Ramón Martín (siglo XIII) le cita en "Pugio fidei Christianae".
- Al-Iyi: teólogo del Kalam, nacido en la primera oleada de invasión mongólica. Fue juez y profesor, murió prisionero en la fortaleza de Diraimiyan. Obras: "Al-Bayzawi", "Kitab al-Mawaqif" ("Libro de las estaciones", con A) teoría del conocimiento, B) principios generales relativos a la ciencia del ser, C) teoría de los accidentes, D) las sustancias, teoría de los cuerpos simples y los cuerpos compuestos, elementos y cuerpos celestes, E) teoría del alma, intelecto e inteligencias angélicas, teología racional, F) profetología y escatología), una auténtica enciclopedia filosófico-teológica de la época.
- Al-Taftazani: teólogo del Kalam y discípulo de Al-Iyi; autor de varios manuales, entre ellos "Risalat al-samsiyya", sobre el tratado de lógica escrito por al-Katibi al-Qazvini. Es as'arí, pero se entrega a la polémica sobre cuestiones delicadas, como la cuestión del libre albedrío y la predestinación, muy discutidas en el Islam (sobre lo que piensa que el hombre posee imputabilidad moral y es responsable de sí ante Dios). Quizá su pensamiento esté más próximo a la escuela de al-Maturidi que a la escuela as'arí. Cuando Tamerlán capturó la ciudad de Siraz, este pensador y su amigo Mir Sarif al-Gurgani fueron invitados a sostener una justa oratoria o sesión de "argumentación" pública en presencia de Tamerlán. Su amistad no sobrevivió.
- Al-Gurgani: teólogo del Kalam, gran viajero; autor de 25 obras con las que hizo célebre a Mir Sarif (al servir de manuales para jóvenes filósofos y teólogos), como el "Libro de las definiciones", prototipo de diccionario de terminología técnica de los filósofos en árabe; también "Las asambleas de los creyentes" (Mayalis al-mu'minin), que reúne el mayor número posible de sabios defensores de la causa imamí.
- Ibn Taymiyya y sus discípulos: famosos adversarios de los filósofos desde corriente "agnóstica piadosa creyente", según la cual se rechazan las cuestiones planteadas desde la filosofía y se denuncia como "racionalismo" todo intento de plantearlas, incluso en el caso en que el proceso discursivo filosófico se afirma como desafío al "racionalismo". Estos "piadosos agnósticos" han tenido representantes en todas las "comunidades del Libro" (Ahl al-Kitab) en las tres ramas de la tradición abrahámica. El metafísico no puede esperar convencer; las discusiones son estériles, pues no es cuestión de argumento sino de aptitud; de acuerdo a la traditio lampadis, sólo puede dar testimonio de la visión del mundo que se le impone a él, pues él es su voz. Ibn Taymiyya fue un teólogo hanbalí (la corriente más opuesta a la de los filósofos), polémico y batallador contra todo y todos, inspirador de la corriente posterior wahabí del siglo XVIII y de la reforma salafí del siglo XIX, y estudiado por H. Laoust. Escribió un tratado contra la cofradía sufí de los rifa'iyya de Damasco antes de su viaje a Egipto en 705/1305. También compuso "Refutación de los lógicos", contra la lógica griega, y "La vía del sunnismo", polémica metódica, masiva, contra "La vía del carisma" de 'Allamih al-Hilli (discípulo de Nasir al-Din al-Tusi). El Si'ísmo sobrevivió a su ataque como la filosofía sobrevivió a Al-Gazali; aun así, su obra permite entender el contraste entre las concepciones sunní y si'í del Islam (aunque no del todo, porque no se explora al nivel de la metafísica teosófica de Haydar al-Amulí o de Sadra Sirazi). Entre sus discípulos destacarían al más fiel: Ibn al-Qayyim al-Yawziyya (quien le siguió dos veces a prisión), con su obra "Libro del Espíritu", entre otras siete u ocho obras.
- Zakariyya al-Qazvini: enciclopedista, autor de "cosmografía", en el sentido etimológico más amplio de la palabra (todas las ciencias que tratan lo que se muestra de mundo a mundo). Obras: "Atar albilad waajbar al-'ibd" ("Los monumentos y los hombres"), "'Aya'ib al-majluqat wa-gara'ib al-wuyudat" (Las maravillas de la creación y las extrañezas de los seres"), con curiosa información sobre cómputos, eras, calendarios, categorías de ángeles y espíritus celestes, geografía, antropología, embriología, etnias y naciones con sus costumbres, diferencia entre intelecto adquirido y en acto, instrumentos científicos (astrolabio, talismanes, etc.), química, perfumes, defensa contra animales dañinos y contra las maniobras de los genios y los entes malhechores, y animales fantásticos (con componentes imaginativos remarcables).
- Sams al-Din Muhammad al-Amuli: enciclopedista -de interpretación de algunas de sus obras en posición intermedia entre sunní o si'í-; conocido sobre todo por su obra "Nafa'is al-funun" (Las ciencias preciosas o investigadas"), dividida en dos partes: la 1ª trata de las ciencias de los Antiguos (griegos que prosiguieron o desarrollaron su vida en el Islam), y la 2ª que trata de las ciencias propiamente islámicas, aparecidas por exigencias dentro del movimiento (con bosquejos al respecto procedentes de Zakariyya al-Qazvini).
- Ibn Jaldún: enciclopedista recuperador (dos siglos después) de la filosofía de Averroes, con toques "voltarianos" avant la lettre, se le atribuye la fundación de la crítica histórica, precursor de la sociología moderna; con él aparecen agnosticismo e historicismo, positivismo y sociologismo antes de que existiesen las palabras para designarlos. Para entenderle mejor: si en la Edad Media latina se desarrolla la filosofía sirvienta de la teología, ¿quién se beneficia de una filosofía sirviente de la sociología? Entre sus obras: Prolegómenos ("Muqaddima"), una historia universal ("Kitab al'-ibar", "Libro que trata de los acontecimientos que significan una advertencia, una lección"), una autobiografía y un tratado titulado "Sifa al-sa'il" ("La curación del investigador").
- Pensamiento del Sufismo metafísico (sunní y si'í).
- Ruzbihan al-Baqli al-Sirazi: parcialmente contemporáneo de Ibn 'Arabi y a él se le debe la conservación del único texto de una obra de al-Hallay. A diferencia de los sufíes anteriores, rechaza todo ascetismo que oponga el amor humano al amor divino. En su "El jazmín de los fieles de amor" expone por un lado el sentido profético de la belleza y al profeta como profeta de la religión de la belleza; y por otro lado, se remonta al origen preeterno del amor para organizar los temas del testigo eterno y novia eterna (origen de la metamorfosis del sujeto en la pareja de Maynun y Layla -Tristán e Isolda en epopeya mística, en árabe y persa). En el paroxismo de su amor, Maynun se convierte en "espejo de Dios"; a través de la mirada del amante, contempla en la amada su propio rostro eterno.
- 'Attar de Nisapur: su obra se divide en tres periodos, 1) período de juventud ( donde se desarrolla como maestro del relato), 2) período "de la anáfora", 3) período si'í de la vejez. Obras: "Lisan al-gayb ("La lengua del misterio"), algo más de quince volúmenes; "Ilahi-Namih" ("El libro divino"); "Mantiq al-Tayr" ("El lenguaje de los pájaros", que contiene el maravilloso episodio místico de Simura),; "Musibat-Namih" ("El libro de la prueba"); "Asrar-Namih" ("El libro de los secretos"); "Ustur-Namih" ("El libro del camello"), etc. Se le puede considerar -junto a Yami- el representante más significativo de la epopeya mística persa.
- 'Umar al-Suhrawardi: junto a su tío paterno, dio origen a la tariqat sufí shrawardiyya que se perpetuó hasta nuestros días. Escribió un tratado contra los "filósofos helenizantes", los falasifa (traducida al persa por Mu'in al-Din al-Yazdi); en uno de sus capítulos menciona el "segundo nacimiento", y la suma del sufismo que compuso bajo el título de "'Awarif al-Ma'arif" ("Los beneficios de los concimientos espirituales") incluye su propia doctrina filosófica (esta suma ha sido considerada durante siglos manual de sufismo); también importantes dos tratados sobre la futuwwat (traducido como "forma que asumió en el Islam la relación del esoterismo con la realidad social"), prolongándose en las actividades de los oficios de manera simultánea a la idea occidental de caballería y gremios. Aquí, desbordando el sufismo, la futuwwat tiende a sacralizar las actividades profesionales y a transformar sus gestos en otros tantos actos litúrgicos; con elementos como la ceremonia de iniciación, la unión a través del pacto de fraternidad (elevada al servicio de caballería), y el conceto de compañero como "yavanmard" (en el sentido de "joven" de modo literal en traducción persa; pero aquí referido a la juventud espiritual, no a la edad física). 'Umar al-Suhrawardi fue consejero del califa 'abbasí Nasir al-Din Allah, quien quiso hacer de la futuwwat (en tanto "código de caballería aristocrática equivalente al de las órdenes occidentales") el vínculo unificador entre las familias espirituales de todo el Islam. Tras 'Umar al-Suhrawardi aparece el Futuwwat-Namih de Naym al-Din Zarkub al-Tabrizi, que pertenecía a la orden de los suhrawardiyya. Bajo la influencia de este pensador aparece un pequeño manual de sufismo titulado "Zad al-musafir" ("El viático del viajero") y "Misbah al-hidayat" ("La antorcha de la orientación espiritual").
- Ibn 'Arabi y su escuela: iniciador de la "edad de oro" de la teosofía mística (israq), que sucede a la filosofía falasifa, el Kalam escolástico y la ascesis de los piadosos sufíes primitivos. En combinación con la teosofía si'í -de los santos Imames- aparecerá la metafísica si'í en Irán (con Haydar al-Amuli, Mulla Sadra, etc). Nació en el sudeste de España (Murcia); a los 17 años conversó profundamente con Averroes y estudió bajo la escuela de Almería (la de Ibn Masarra). Su pensamiento se basa en una esencia incognoscible, impredicable, inefable; de donde procede su teofanía, la teoría de los nombres divinos, el "suspiro de compasión" ("al-Nafas al-Rahmani"), la "teología especulativa" con las ideas de "el primer creado" o "majluq awwal", el Espíritu Santo mahometano o "Ruh muhammadi" y la pareja creador-criatura "Haqq-Jalq"; está de acuerdo con la teosofía del isma'ilismo y el si'ísmo duodecimano que mantienen la ley y las consecuencias de la teología apofática (tanzih). De una fecundidad excelsa, su obra se extiende en ochocientos cincuenta y seis títulos (de los que nos han llegado quinientos cincuenta), entre los que destacan "El libro de las conquistas espirituales de La Meca" ("Kitab al-Futuhat al-Makkiyya") o el compendio "Las gemas de las sabidurías de los profetas" ("Fusus al-hikam"). Sadr al-Din fue su discípulo y yerno, y también compuso una serie de obras importantes.
- Naym al-Din Kubra y su escuela: paralelo a la invasión mongólica de Gengis Jan, tuvo lugar el reflujo del sufismo del Asia central hacia Irán, Anatolia y Mesopotamia; movimiento dominado por este pensador. El encuentro entre los discípulos de este con los de Ibn 'Arabi fue importante para el futuro espiritual del Islam oriental. Cuando Gengis Jan sitió Jwarizm, le ofreció refugio; pero se negó a aceptarlo y prefirió morir heroicamente con los habitantes de la ciudad. Llamó la atención con sus estudios en los fenómenos del color, los fotismos que percibe el místico en el curso de sus estados espirituales, incluso graduándolos en función del progreso y haciendo alusión a luces coloreades que se ven "cerrando los ojos", como percepciones de un aura; se incluyen así ciertas nociones sinestésicas (por asociaciones de colores físicos con cualidades morales) que permiten la discriminación y posibilidad de control por parte del especialista para distinguir la percepción "suprasensible" de la categoría de "alucinación". Entre sus discípulos destaca Baha' al-Din Walad (padre de Yalal al-Din al-Rumi), Sa'd al-Din al-Hamuyih (practicante de aritmosofía -o ciencia del alfabeto filosófico-, diagramas simbólicos y si'í ferviente) y Naym al-Din Dayih al-Razi (quien por orden de su sayj, buscó refugio en el oeste por la invasión de Gengis Jan; autor de "Mirsad al-'ibad" o "La gran vía de los hombres de Dios").
- Al-Simnani: servidor de Argún, soberano mongol de Irán; con veinticuatro años, sufre una crisis espiritual, por lo que solicita licencia y se consagra al sufismo de por vida, en Simnan (a doscientos kilómetros al este de Teherán). Profundizó la "Fisiología del hombre de luz", incluyéndola en el esquema de una cosmología y cosmogonía grandiosas (en gran parte al parecer procedentes de su intuición) y mencionando siete centros sutiles caracterizados por auras coloreadas.
- 'Ali al-Hamadani: gran figura de la escuela de los Kubrawiyya; descendiente de la familia del Profeta (de ahí el título Sayyid), escribió tratados de onirocrítica donde trata la metafísica con tres formas de manifiestación del ser: la forma absoluta (esencia misma de la luz, impercetible para el hombre), la forma negativa (antipolo donde el ser desaparece para el hombre, también imperceptible), y la forma relativa (posición intermedia, forma visible de Dios).
- Yalal al-Din al-Rumi y los mawlawíes: llam ado en Oriente como "Mwlana" o "Mawlawi" (nuestro maestro, nuestro amigo y guía); su padre Baha' al-Din Muhammad Walad fue uno de los discípulos de Naym al-Din Kubra. Pese a la tradición -que sostiene que mantuvo discusiones teológicas penosas con Fajr al-Din al-Razi por orden del soberano de Jwarizm-, la lástima es que Fajr al-Razi al parecer jamás fue a Balj y murió antes de la fecha de la supuesta discusión (podría ser también que ante la amenaza mongola, el soberano de Jwarizm tuviese mayores preocupaciones que las disputas entre teólogos y sufíes). Por medio de un alumno de su propio padre, Yalal al-Din fue iniciado en la doctrina mística de su progenitor (un año antes de la muerte de éste), de donde procede abundante bibliografía, sermones y doctrinas. Posteriormente aparecerá el misterioso personaje de Sams-i Tabriz ,un joven y hermoso derviche que absorbe completamente las atenciones de Yalal al-Din, hasta que abandona el lugar harto de los ataques inspirados por los celos: durante su estancia inspirará versos muy bellos. El matnawi así criticará al filósofo su sometimiento a la dialéctica y al lógica, abandonando el aprecio por las realidades espirituales y su visión "tecnócrata" necesitada de pruebas constantes. La fenomenología de las formas simbólicas y la metafísica de la imaginación encuentran en el matnawi una fuente incesante de recursos (disponible para el no iranista gracias a la traducción inglesa de R. A. Nicholson).
- Mahmud al-Sabistari y Sams al-Din al-Lahiyi: Mahmud al-Sabistari es una figura de primer orden en la espiritualidad iraní; gran viajero, autor de "La rosaleda del misterio" ("Golsan-i Raz"), donde responde a diecisiete preguntas que le había formulado Mir al-Husayni Sadat al-Harawi sobre teosofía mística ('irfan) y la vía espiritual (suluk) en un poema de diecisiete mil dísticos donde menciona todos los grandes temas de la metafísica del sufismo en lengua hermética que precisa ayuda de comentarios; también suyo es un tratado de geomancia y un diwan de poemas místicos que contiene unos cinco mil dísticos.
Sams al-Lahiyi por su parte, siempre vestía de negro, justificándose en el drama de Karbala y al luto de los corazones si'íes "que durará hasta el fin de los tiempos" y situándose así en la metafísica de los fotismos de la escuela de Naym al-Din Kubra, con reminiscencias del mazdeísmo zoroastriano.
- 'Abd al-Karim al-Gili: teósofo místico, descendiente de al-Gilani, fundador de la orden sufí de los qadiriyya. Autor de veinte obras y posiblemente otras tantas perdidas; cuarenta tratados en "al-Namus al-a'zam", y también "El hombre perfecto" ("Kitab al-Insan al-Kamil") donde en la figura del "anthropos teleios" se reflejan como un espejo no sólo los poderes naturales sino también los divinos. El libro de al-Gili se caracteriza también por un simbolismo dramático, una "metafísica narrativa" del Espíritu: narra cómo el Extraño que es el Espíritu vuelve de su largo exilio y de su cautividad al país de Yuh y penetra en la vasta ciudad donde Jezr (Jadir) reina sobre los "hombres de lo invisible".
- Ni'mat 'Allah al-Wali al-Kirmani: nombre inseparable del sufismo si'í iraní desde hace siete siglos; con veinticuatro años peregrina a La Meca donde permanece durante siete años como discípulo del sayj 'Abd 'Allah al-Yafi'i. Escribió un diwan de poemas místicos y un centenar de opúsculos de un millar de páginas que siempre tratan algún tema de la teosofía mística consagrado a algún motivo específicamente si'í duodecimano.
- Hurufíes y bektasíes: los hurufíes son los practicantes de la "ciencia filosófica de las letras" (<<'ilm al-huruf>>), álgebra metafísica de métodos equivalentes a la Cábala hebraica. La ciencia del alfabeto filosófico y la aritmosofía están presentes desde un principio; la tradición los asocia al sexto Imam, Ya'far al-Sadiq, y de siglo en siglo se encuentran sus huellas en la mayor parte de nuestros teósofos místicos. En lo tocante a la escuela o "secta" de los hurufíes, se piensa que se originó en Fasl 'Allah de Astarabad (ejecutado por Tamerlán). Sus enseñanzas colocan al grado del verbo en la cima de los grados del ser. La "secta" hurufí parece haber desaparecido rápidamente; de Persia pasó a Turquía con los derviches bektasíes (con importantes contribuciones hasta el primer tercio de este siglo), conservando un riguroso esoterismo que no facilita el estudio de sus doctrinas y fuertes improntas neoplatónicas con percepción si'í duodecimana, así como conexiones simbólicas entre los rasgos de la fisonomía humana y ejercicios de caligrafía. Aquí también hay un recurso importante para la fenomenología de las formas simbólicas.
- Al-Yami: E.G. Browne escribe que "fue uno de los genios más notables que produjo Persia, pues fue a la vez un gran poeta, un gran sabio y un místico". Perteneció a la orden sufí de los nasqbandiyya; compuso importantes obras de la metafísica del sufismo, como comentarios a los "Lama'at" ("Relámpagos"), "Nafahat al-uns" ("Los soplos de la familiaridad divina"), la "heptalogía" poética de "Los siete tronos", entre los cuales figura la epopeya mística de "José y Zulayja", "Maynun y Layla" (los Tristán e Isolda de la epopeya mística persa), "Salaman y Absal".
- Husayn al-Kasifi: predicador y espiritual iraní de la época. Dejó treinta obras sobre cuestiones de teosofía mística, como un comentario místico al Corán, un "Jardín (o panegírico) de los mártires" ("Rawzat al-sahada") donde comenta las persecuciones sufridas por los profetas y los Imames, y en especial el drama de Karbala. Muy importante y foco de gran interés la enciclopedia de filosofía práctica ("Ajlaq-i muhsini") compuesta por Husayn al-Kasifi, que sigue las huellas de otros dos modelos en el género: la obra Nasir al-Din al-Tusi ("Ajlaq-i nasiri") y la de Yalal al-Din al-Dawwani ("Ajlaq-i yalali"). También trata el tema de la futuwwat o "caballería espiritual y el gremio"; la idea de la futuwwat parece esencialmente ligada a la relación entre la misión profética y el carisma imámico (la "walayat" como esoterismo de la profecía), tal como la concibe el si'ísmo. En este sentido, la futuwwat comenzó con Set, el hijo e Imam de Adán, el "primer sufí", en la persona del cual la futuwwat no se diferencia todavía de la tariqat, es decir de la vái mística o sufismo (pensar aquí en el papel de Set de los gnósticos, en la identificación de Set con el Agathodaimon de los hermetistas; se percibirán lejanas resonancias). En la persona de Abraham (que instituye la futuwwat como distinta del sufismo), la misión profética queda asimilada a un servicio de caballería. El ciclo de la profecía tiene por iniciador a Adán, por polo a Abraham y por sello de cierre del ciclo al profeta Mahoma; por su parte, el ciclo de la futuwwat tiene como iniciador a Abraham, por polo al primer Imam, y como sello al duodécimo Imam, el Imam de la Resurrección, el Deseado (muntazar), actualmente invisible. Como la futuwwat cuenta con miembros en todas las comunidades del Libro ('Ahl al-Kitab), Abraham es así el padre de una caballería espiritual ("Abu'l-fityan") cuyo ecumenismo esotérico reúne a las tres ramas de la tradición abrahámica.
- 'Abd al-Gani al-Nablusi: teósofo y místico sirio (procedente de Samaria o Nablus), autor de ciento cuarenta y cuatro títulos sobre cuestiones diversas; trató la cuestión del teomonismo ("wahdat al-wuyud") que exige una buena formación filosófica para no fracasar. De la misma época es la obra de Ragib Pasa; "poseedor de una buena biblioteca, nos ha dejado una colección de interesantes observaciones sobre los principales problemas de la cultura islámica" (L. Massignon).
- Nur 'Ali Sah y la renovación del sufismo: el si'ísmo obligaba al practicante una estricta "disciplina del arcano" frente a los correligionarios que se limitan a la religión legalista y exotérica. Además, desde la dinastía safawi tiene lugar una contaminación política, una relajación del espíritu y de las costumbres del sufismo [hasta el punto de que las expresiones tasawwuf y sufí fueron sospechosas y se prefirió hablar de 'irfan (teosofía mística) y 'urafa (teósofos místicos)]; así, el filósofo Sadra al-Sirazi tuvo que escribí una crítica contra todo un grupo de sufíes libertinos e ignorantes. Por todo esto, el sufismo iraní entró en una profunda decadencia caracterizada por el debilitamiento y la disgregación de toda tariqat constituida, exceptuando algunos sufíes de la orden nurbaksi en Mashad y algunos de la orden zahabi en Siraz.
Por ello es importante el papel de Nur 'Ali Sah (famoso también por su belleza) como restaurador espiritual del sufismo iraní. Se casó con la hermana de Runaq 'Ali Sah, mujer dotada de grandes cualidades espirituales y poéticas que compuso un diwan de poemas con el seudónimo de al-Hayyati. Su producción comprende diez obras, destacando "Yannat al-Wisal" ("El paraíso de la unión mística"), de mil doscientas doce páginas en octavo, donde se tratan temas de teosofía y mística experimental. Su cuñado y sucesor Runaq 'Ali Sah y Nizam 'Ali Sah al-Kirmani prosiguieron su obra. Algunos miembros de la orden fueron muy fecundos: destacan "Mayma' al-bihar" ("La confluencia de los mares"), "Kibrit al-ahmar" ("La piedra filosofal"), "Bahr al-asrar" ("Océano de los secretos místicos"), "Kanz-al-asrar wa Yannat al-wisal" ("El tesoro de los secretos místicos y el paraíso de la unión"), de tres mil páginas de extensión en doce libros donde trata todo el campo de la gnosis mística; los hadit procedentes de uno de los Imames sirven de leitmotiv para introducir el comentario en verso. Sultan 'Ali Sah de Gunabad tuvo también enorme influencia y obra considerable: Gunabad es todavía hoy el cuartel general de una amplia red de sufismo que penetra en todos los estratos de la sociedad iraní. Hoy día, el janqah-i ni'matallahi de Teherán tiene como polo al Dr. Yavad Nurbajs.
- Los zahabíes: la orden sufí se divide en dos tras la muerte de Sayyid 'Ali al-Hamadani. Su discípulo designó como sucesor a Sayyid Muhammad Nurbajs, pero Mir Sihab al-Din 'Abd 'Allah al-Barzisabadi se negó a reconocerle. Desde entonces hay dos ramas, las de los nurbajsiyya y los zahabiyya. Estos últimos insisten en la ascendencia espiritual que se remonta al octavo Imam, 'Ali Riza, a través de Ma'ruf al-Karji. Su fervor si'í duodecimano es sensible en sus exposiciones de la metafísica del sufismo. Es importante citar aquí a Nayib al-Din Riza, con sus obras "Nur al-hidayat" ("La luz de la orientación espiritual") y "Sa'b al-matani" (matnawi sobre el duodécimo). Se le atribuyen dos tratados de teosofía mística: "Sermón de la gran declaración", y "Los senderos de las luces de la gnosis" ("Manahiy anwar al-ma'rifat").
- Pensamiento 'Si'i.
- Nasir al-Din al-Tusi y el <<Kalam>> si'í: un mismo punto de vista religioso puede tratarse desde la exotérica del Kalam y los recursos de la teosofía mística; un pensador puede tener facultades de mutakallim y de filósofo y teósofo místico, que no puede contentarse con deliberar sobre los conceptos; es el caso más corriente en el si'ísmo. Este pensador es autor de ochenta títulos y llamado también "Jwayih Nasir" (Maestro Nasir), durante su juventud aventurera estuvo al servicio de príncipes isma'ilíes en Quhistán donde escribió un tratado isma'ilí. Cuan do los mongoles se apoderaron de Alamut se convirtió hábilmente en consejero de Hulagu Jan, intercediendo entre este y los si'íes imamíes y evitándoles muchos horrores de la toma de Bagdad; también persuadió al soberano mongol para construir el observatorio de Maragih, en Azerbaiyán.
Fue matemático y astrónomo, comentó los Elementos de Euclides y el Almagesto de Tolomeo; en Filosofía, compuso un estudio sobre los Isarat de Avicena, considerado cuatro siglos más tarde por 'Abd al-Razzaq al-Lahiyi como el mejor tratado de avicenismo que se ha escrito. Otras obras: "Tayrid al-'aqa'id" ("Exposición de los artículos de la fe"), "Qawa'id al-aqa'id" ("Los fundamentos de los artículos de la fe") y los "Fusul" ("Capítulos" en persa), condensando en ellos los grandes temas del pensamiento si'í (el imamato, el duodécimo Imam, etc); la fisionomía espiritual de Jwayih Nasir se corona no tanto en su filosofía práctica ("Ajlaq-i nasiri") como en el pequeño tratado "Awsaf al-asaraf" ("Caracterología de las almas nobles"). Discípulos importantes fueron Kamal al-Din Maytam al-Bahrani (discípulo en derecho canónico) con obras donde recoge problemas del imamato, charlas, sermones y cartas del primer Imam (en "Nahy al-balaga"). También otro discípulo fue 'Allamih al-Hilli (nombre completo "Yamal al-Din 'Abu Mansur Hasan ibn Yusuf ibn Mutahhar al-Hilli), autor de unos ciento veinte títulos, no todos hallados: entre ellos el conceto de Imamato si'í ("Minhay al-Karama"), objeto de fuerte ataque sunní por parte de Ibn Taymiyya; también sistematizó la ciencia de las tradiciones (hadit y ajbar), enfrentando así a los usuliyyun a los ajbariyyun; también escribió estudios sobre las Isarat (Directrices) y el Sifa (Curación) de Avicena; n ensayo de solución de las dificultades ("hill al-muskillat") de los Talwihat ("Libro de las elucidaciones") de al-Suhrawardi; dos tratados enciclopédicos, "Los secretos ocultos" ("al-Asrar al-jafiyya") en las ciencias filosóficas y una "Enseñanza completa" ("Ta'lim tamm") sobre la filosofía y el Kalam, etc. Pone en duda el principio Ex Uno non fit nisi Unum ("del Uno no puede proceder sino el Uno"), como hizo su maestro Nasir al-Tusi inspirándose en al-Suhraward; admite un movimiento intrasustancial que anuncia la teoría de Mulla Sadra.
Un sunní as'arí, Fasl 'Allah ibn Ruzbihan al Ispahani, atacó uno de los tratados de 'Allamih al-Hilli (concretamente, "Nahy al-haqq wa-kasf al-sidq", "La vía abierta a la verdad y el descubrimiento de la sinceridad"), con su obra "Ibtal al-batil", "Libro donde se aniquila el error"; Nur 'Allah le replicó con quinientas páginas tituladas "Ihqaq al-haqq", "Libro donde se hace justicia a la verdad", que recibió denuncias de notables sunníes y terminó con Qazi Nur 'Allah como tercer mártir -bajo Yahangir, sucesor de Sah Akbar-. Esta disputa por escrito merece un estudio detenido en tanto importante capítulo en la filosofía islámica.
También importante es Ibn Yunas al-Nabati al-'Amili, con sus obra "Kitab al-sirat al-mustaquin", "El libro de la vía recta" sobre el imamato; y también "La puerta abierta a lo que se dice sobre el alma (nafs) y el espíritu (ruh)", con tratados sobre lógica, el Kalam, el imamato y los nombres divinos.
Por último, también Afzar al-Din al-Kasani, famoso (junto a Jwayih Nasir) por preservar la ciudad de la destrucción por los mongoles, y autor (bajo el pseudónimo de Baba Afzar) de, entre otros, "Madariy al-Kamal" ("Los grados de la perfección"), el "Yavdan-Namih" ("Libro de lo eterno"), la traducción al persa del "Liber de pomo" (tratado pseudoaristotélico); y el "Yanbu' al-Hayat" ("La fuente de la vida"), tratado hermetista con traducción latina "De castigatione animae". El interés por Hermes (identificado con Idris y con Enoc) anuncia una afinidad con al-Suhrawardi, sayj al-Israq.
- Los isma'ilíes: a la muerte del califa fatimí al-Mustansir Bi'llah, su sucesión provocó un cisma en la comunidad isma'ilí; algunos reconocieron la legitimidad del Imam al-Musta'li, y perpetuaron la antigua da'wat fatimí. Pero tras el asesinato del califa al-Amir, entraron en el período de ocultación del Imam; retirándose a Yemen y en el siglo XVI a la India bajo el nombre de
. Pero entre los fieles a la legitimidad del Imam Nizar, su nieto fue puesto a salvo en la fortaleza de Alamut en Irán: allí, el Imam Hasan 'ala dir-kri-hi' s-salam (a quien se designa siepmre con estas palabras: "Loada sea la mención de su nombre") el 8 de agosto de 1164 proclamó la Gran Resurrección, haciendo del isma¡ilismo una gnosis pura, una pura religión personal de la Resurrección (en cuanto al sentido de esta proclama, conviene repetir: "Resurrectio non est factum historicum, sed mysterium liturgicum"). Un siglo más tarde, la fortaleza de Alamut sería arrasada por los mongoles. El último Imam, Rakn al-Din Sah, fue asesinado; pero su hijo y sus descendientes sobrevivieron con el sufismo en el Cáucauso y luego en Anyudan (entre Hamadán e Ispahán). La estirpe de los Imames del isma'ilismo reformado de Alamut continúa hasta hoy con Karim Aga Jan IV, implantada en las altiplanicies del Asia central y en la India, con adeptos conocidos como juyas. La literatura de Alamut desapareció con la destrucción de su biblioteca; en cambio, la rama de los buhras ha conservado colecciones enteras. A ojos del filósofo, la tragedia se basa en que los juyas están dsipuestos a publicar textos para dar a conocer el isma'ilismo; pero todos los textos están bajo posesión de los buhras bajo disciplina del secreto de tal modo que, de setecientos textos censados por W. Ivanov (incluidos textos drusos) sólo se puede acceder a una decena de obras.
En cuanto a la rama musta'lí, deben citarse algunos grandes da'i yemeníes con obras sobre metafísica e imamología isma'ilí. Todo esto nos conduce al período indio, con la suma de Hasan ibn Nuh al-Hindi al-Baruchi donde se encuentra toda la historia y metafísica isma'ilí. En este período la rama musta'li se divide entre la rama dawidi y la sulaymani, con decenas de títulos de obras de interés para el investigador.
En literatura nizari, se conservan dos tratados de Nasir al-Din al-Tusi, uno de ellos titulado "Rawzat al-taslim". Al-Quhistani parece que fue el primero en usar términos sufíes para expresar doctrinas isma'ilíes. El Imam Yalal al-Din Mustansir Bi'llah II escribió "Exhortación a la caballería espiritual" ("Pandiyat-i yavanmardi"); Sayyid Suhrab al-Wali al-Badajsani y Abu Isaq al-Quhistani escribieron también sobre filosofía isma'ilí. Jayr Jwah participó en "Kalam-i Pir" ("Discurso del sabio", ampliación de los "Siete capítulos" de Abu Isaq al-Quhistani; junto con el Rawzat al-taslim de Nasir al-Tusi, el resumen más completo disponible de la filosofía isma'ilí de tradición alamutí). Jaki al-Jurasani y su hijo Raqqami Dizbadi dejan largos poemas filosóficos. Gulam 'Ali de Ahmadnagar escribe los "Lama'at al-Tahirin" ("Los relámpagos de los muy puros"), no más de mil cien páginas algo caóticas con leitmotiv filosóficos expresados en prosa. Pir Sihab al-Din Sah al-Husayni (hijo mayor de Aga Jan II), dejó muy buenos tratados recopilatorios de la gnosis isma'ilí.
A consecuencia de la tragedia filosófica -antes mencionada-, el isma'ilismo, vanguardia metafísica del Islam en los siglos X y XI, permanece en silencio desde entonces; los jóvenes isma'ilíes parecen preocuparse por esto.
- La corriente israqí: con el "Libro de la teosofía oriental" ("Hikmat al-Israq") de al-Shurawardi, la corriente de los "platónicos persas" contribuye a la metafísica si'í en la filosofía del Islam de los siglos siguientes.
El primero de la lista es Sams al-Din al-Sahrazuri, autor de un recopilatorio filosófico islámico hasta su tiempo en "Tratados del árbol divino y de los secretos teosóficos"; también escribió comentarios a la obra de al-Suhrawardi, en "Libro de las elucidaciones" ("Talwihat") y "Libro de la teosofía oriental"; comprendía el significado de lo que en su tiempo se conocía como "el guardián del libro" ("Qayyim bi'l-Kitab"). Probablemente no sea casualidad que "el guardián del libro de la teosofía oriental" se beneficie de una calificación equiparable a la que el si'ísmo confiere a los Imames como "guardianes del libro" (el Corán) en su integridad exotérica y esotérica.
Ibn Kammuna (Sa'd ibn Mansur) es otro ejemplo de esta corriente; filósofo imamí duodecimano de origen israelí, compuso un comentario muy original sobre las tres partes (lógica, física y metafísica) del difícil "Libro de las elucidaciones relativas a la tabla y al trono" de al-Suhrawardi. Junto a una docena de obras, escribió "Puesta a punto de las discusiones ("tanqib al-abhat") relativas al examen de las tres religiones", judaísmo, cristianismo e islamismo, de graves consecuencias en Bagdad de parte de los sunníes: el autor se inspiró al parecer en un acumenismo abrahámico.
Qutb al-Din al-Sirazi (Mahmud ibn Mas'ud): matemático, astrónomo, filósofo y sufí, tuvo grandes maestros y compuso quince obras; entre ellas, una enciclopedia filosófica en persa parecida a la de al-Sahrazuri en árabe, "Durrat al-Tay" ("La perla de la corona"), en dos partes; 1º), prolegómenos sobre el conocimiento, la lógica, la filosofía primera, la física, la metafísica y la teología racional; 2º), geometría de Euclides, astronomía, aritmética y música.
Yalal al-Din al-Dawwani: estudioso prolífico del Kalam, la filosofía, la teología y la mística; se convirtió al si'ísmo a consecuencia de un sueño. Importante su comentario al "Libro de los templos de la luz" ("Hayakil al-Nur") de al-Shurawardi, que provocó una réplica de Giyat al-Din Mansur al-Sirazi. Amir Husayn al-Maybudi (Maybud es una aldea próxima a Siraz), discípulo suyo entre otros muchos, escribió doce obras donde despliega temas de la metafísica del sufismo.
Wadud al-Tabrizi escribió "Libro de las tabletas dedicadas a 'Imad al-Din" (emir selyuqí de Anatolia); un contemporáneo suyo, Naym al-Din Mahmud al-Tabrizi, escribió unas glosas sobre el "Libro de la teosofía oriental". Muhammad Sarif Ibn al-Harawi escribió el prólogo y los cinco libros de la 2ª parte del "Libro de la teosofía oriental" y un comentario a Qutb al-Din al-Sirazi (en ambas obras el autor revela conocimientos sobre la India que inspiran preocupación sobre las reformas religiosas propuestas por Sah Akbar). Azar Kayvan, sacerdote zoroastriano de Siraz, representa la fermentación religiosa de la época que aparece reflejada en "Dabestan-i madahib" ("La escuela de las ciencias religiosas") y el "Dasatir-Namih" ("La Biblia de los antiguos profetas del Irán"), libro este último decepcionante para el historiador pero de mucho interés para el filósofo al dar fe de la difusión de la filosofía israqí; también importantes "La ciudad de los cuatro jardines" ("Saristan-i chahar chaman") y "Ayin-i Husang" ("La religión de Husang", protoprofeta iraní).
La conjunción de la corriente israqí y la corriente procedente de Ibn 'Arabi con los temas de la teosofía si'í darán la estructura definitiva a la filosofía iranoislámica (presente ya en Ibn Abi Yumhur).
- Si'ísmo y alquimia; al-Yaldaki: junto a la teosofía "especulativa" (donde el sujeto tiene conciencia de ser el espejo donde se realizan las cosas), corresponde una teosofía de la naturaleza que implica una "filosofía profética" y culmina en la alquimia. Aquí destaca Aydamur al-Yaldaki. Al vínculo entre la gnosis isma'ilí con la alquimia de Yabir corresponde el vínculo entre alquimia de al-Yaldaki con la teosofía profética del si'ísmo duodecimano. Este pensador consideraba la alquimia como ciencia espiritual, describiendo igualmente procedimientos de alquimia operativa: así y de manera simultánea, la obra alquímica según este filósofo se realiza en la materia prima y en el ser íntimo del hombre. Hay un vínculo entre la idea alquímica y la imamología si'í y, a través de ésta, entre la alquimica y la futuwwat como servicio de caballería espiritual exaltada a exigencia de una salvación cósmica (la alquimia no es la prehistoria de la química contemporánea). Escribió quince obras, entre ellas: "Libro de la demostración relativa a los secretos de la ciencia de la balanza" ("Kitab al-burhan fi asrar 'ilm al-mizan"), de cuatro volúmenes, y con observaciones llamativas: entre ellas, que la alquimia no se afirma salvo en los que poseen alto conocimiento filosófico (por ello el primer Imam dijo que la alquimia es "hermana de la profecía", siendo parte del saber del profeta; con la expresión "hermana de la profecía", el Imam sobreentiende que es una manera de designar la hikmat -filosofía, sabiduría teosófica-); el mismo capítulo concluye con el anuncio de una composición o combinación (tarkib) cuya explicación debe pedírsele al que habla desde lo alto del árbol de la futuwwat y del "nicho de las luces de la profecía", es decir al Imam. Estas líneas introducen el capítulo siguiente, con el comentario a un libro de Apolonio de Tiana, el "Libro de las siete estatuas" con aspecto iniciático. Se incluyen aquí dos opúsculos sobre la alquimia, uno de Mir al-Findiriski y otro de Al-Bidabadi; y también los problemas del "cuerpo de resurrección" tratados en el Sayj Ahmad Ahsa'i y en la escuela sayjí.
- Integración de Ibn 'Arabi en la metafísica si'í: tuvo lugar también un fenómeno de rechazo de varios puntos doctrinales en esta corriente; Sadr al-Din Abu Hamid Muhammad Turkih al-Ispahani es mencionado por Haydar al-Amuli entre los pensadores que no se conforman con una filosofía puramente teórica; entre sus obras destaca "las tesis básicas relativas al tawhid". Su nieto, Sa'in al-Din 'Ali Turkih al-Ispahani, escribió un comentario a este tratado titulado "Desarrollo de las tesis básicas relativas al ser absoluto" ("Tamhid al-qawa'id fi'l-wuyud al-mutlaq"), de gran interés para el estudio de la metafísica del si'ísmo. También se incluyen un "Libro de los ahondamientos" ("mafahis"), un estudio del versículo coránico (54/1) del "estallido de la luna"; autor también de estudios sobre Mahmud al-Sabistari, etc. Su primo, Afzal al-Din Muhammad Sadr Turkih al-Ispahani, tradujo al persa la obra de al-Sahrastani sobre las religiones y las escuelas filosóficas ("Kitab al-milal"), lo que le valió su ejecución por orden de Sahruj, hijo de Tamerlán. Rayab al-Bursi esc ribe ocho títulos, entre ellos los Masariq al-Anwar ("Los orientes de las luces"), introductor a la teosofía si'í que reúne los sermones gnósticos más característicos atribuidos a los Imames: aquí se tratan el tema del Logos mahometano, la realidad profética eterna ("Haqiqat muhammadiyya"), que encierra "todas las palabras del libro del ser".
La integración en un punto de vista metódico y relevante viene de todas formas de parte de Sayyid Haydar al-Amuli, cuya obra recoge treinta y cinco títulos en árabe y persa. A los treinta años pasó por una profunda crisis espiritual, donde rompió con todas las ambiciones mundanas y se estableció en los lugares santos si'íes del Iraq. Une el si'ísmo y la metafísica del sufísmo: su doctrina del tawhid se funda en el teomonismo de Ibn 'Arabi. Hay un tawhid teológico exotérico (no hay más dios que "este" Dios) que atestigua la unidad divina: aquel al que recurrieron los profetas; y hay un tawid ontológico esotérico (sólo Dios "es") que garantiza la unidad del ser: aquel al que recurren los "amigos de Dios". De la puesta en práctica de los hadit de los Imames se deriva la profetología y la imamología, la relación de interioridad creciente entre la función profética (risalat), el estado profético (nubuwwat) y la walayat, que es lo esotérico de la profecía y el carisma propio de los Imames. Hay un ciclo de la profecía, ahora cerrado, al que sucede el ciclo de la walayat o iniciación espiritual. El sello de la profecía fue el último profeta enviado, Mahoma. El sello de la walayat es el Imamato mahometano en la doble persona del primer Imam (sello de la walayat absoluta) y del duodécimo Imam (sello de la walayat posmahometana). En este punto, a pesar de su veneración por Ibn 'Arabi, Haydar al-Amuli le somete a una crítica vehemente y metódica por haber hecho de Jesús el sello de la walayat absoluta o universal (repitamos que el conceto si'ís de walayat, en persa dusti, es del carisma de la amistad divina; no se identifica completamente con el conceto de wilayat, corriente en el sufismo, y que se suele traducir inexactamente por "santidad"). Sería contradictorio que un profeta fuese el sello de la walayat universal. Lo que está en juego, como señalábamos, es algo más que una filosofía de la historia: es toda una historiosofía del si'ísmo, una periodización de la hierohistoria que predominará en lo sucesivo y que podría ser comparada, en Occidente, con la historiosofía de Joaquín de Fiore y los joaquinitas.
Con Ibn Abi Yumhur y su "Kitab al-Muyli", se asegura la perfecta cohesión entre la teosofía del Israq de al-Suhrawardi, la de Ibn 'Arabi y la tradición si'í. Igual que Haydar al-Amuli, Ibn Abi Yumhur identifica especialmente al duodécimo Imam, el Imam actualmente invisible cuya parusía es esperada, con el Paráclito anunciado en el "Evangelio de San Juan". La teosofía si'í adquiere entonces una resonancia paraclética y johánica; y por ello se hace alusión al joaquinismo en la filosofía occidental.
- Sadr al-Din al-Dastaki y la escuela de Siraz: aquí nos encontramos con una dinastía familiar de filósofos. El padre, Sadr al-Din Muhammad al-Dastaki al-Sirazi (apodado Amir Sadr al-Din Kabir o Sadr al-Din Kabir "el Grande", al que no hay que confundir con Mulla Sadra, que era también un Sadr al-Din Muhammad al-Sirazi), pensador imamí del siglo IX/XV, fue asesinado por los turcomanos y enterrado en Siraz. Tenía grandes dotes de argumentador, que Yalal al-Dawwani puso fuertemente a prueba; también dejó una decena de obras. Su hijo, Giyat al-Din Mansur al-Sirazi, apodado (junto otros sobrenombres) por algunos biógrafos como la "Undécima Inteligencia", dejó treinta títulos relativos al Kalam, filosofía, sufismo, astronomía y medicina y enseñó en la madrasa mansuriyya que el soberano safawi Sah Tahmasp preparó para él. En las sesiones discursivas entre el padre y el hijo también participaban interlocutores; como el filósofo al-Dawwani, frecuentemente maltratado; y el jurista imamí 'Alí ibn 'Abdul 'Ali al-Karki, apodado Muhaqqiq al-Karki. El nieto de Sadr al-Din al-Dastaki e hijo de Giyat al-Din tuvo igualmente cierta fama. Se le designa con el nombre de Amir Sadr al-Din II; se interesaba como su abuelo por la mineralogía y se le atribuye un libro en persa sobre las propiedades de las piedras preciosas ("Yawahir-Namih").
Uno de los alumnos más célebres de Sadr al-Din al-Dastaki, fue Sams al-Din Muhammad al-Jafari (a quien Muhaqqiq al-Karki gustaba de visitar), que dejo una decena de obras de filosofía. Uno de sus alumnos, Sah Tahir ibn Razi al-Din al-Isma'ilí al-Husayni, dejó muy pocas obras, entre ellas una investigación sobre la metafísica del Sifa de Avicena; ferviente imamí duodecimano, contribuyó a propagar el pensamiento si'í en la India. Finalmente, cabe citar también aquí a Jwayih Muhammad ibn Mahmud Dihdar, representante de la teosofía mística del si'ísmo, en la línea de Rayab al-Bursi y practicante de la yafr, la aritmosofía; es decir, las ciencias que en la gnosis islámica equivalen a técnicas de la Cábala. Dejó una decena de obras, entre ellas "La perla del huérfano y la letra <<alif>> como símbolo de la forma humana", que tratan del conocimiento de los grados del alma hasta el grado del hombre cósmico o macrocosmos.
- Mir Damad y la escuela de Ispahán: con la restauración del imperio iraní y el reinado de Sah Abbas I, Ispahán se convierte en la metrópoli de las artes y las ciencias islámicas, en el centro de la cultura espiritual del Irán. Al salir el si'ísmo de la clandestinidad, aparecen obras importantes (las de Mulla Sadra, Qazi Sa'id al-Qummi, entre otros) donde la meditación filosófica recoge el fruto de los hadit de los Imames: se plantean el problema del tiempo, el acontecer, la realidad del mundo imaginal (<<'alam al-mital, barzaj>>), y como corolario, una revalorización de la imaginación activa, un conceto de movimiento in trasustancial que explica las metamorfosis y las palingenias, una historiosofía basada en la doble "dimensión" del Logos mahometano, Luz o Realidad metafísica mahometana (lo exotérico de la profecía, lo esotérico de la imamología), edificio grandioso más cercano a los grandes "sistemas" filosóficos de Occidente de principios del siglo XIX que a lo que proponía Ibn Jaldún.
La biobibliografía iranía suele separar entre peripatéticos ("massa'un") y platónicos ("israqiyyun"); el término "peripatéticos" no tiene enteramente, en nuestros filósofos, el sentido que nosotros le damos, aun que sólo sea por la Teología llamada de Aristóteles, que era el libro de cabecera de casi todos ellos. Por otro lado, encontrar un peripatético puro no influenciado por el neoplatonismo o no sea algo israqi es bastante excepcional. Un primer ejemplo es el de Mir Damad (Muhammad Baqir al-Astarabadi), "maestro" de varias generaciones de filósofos si'íes que eligió el seudónimo Israq; el colegio donde enseñaba, la madrasa Sadr, con su gran jardín, aún existe y continúa funcionando en Ispahán.
Mir Damad dejó unas cuarenta obras, tanto en árabe como en persa, famosas por su oscuridad e inéditas en su mayor parte, como si las de su brillante discípulo, Mulla Sadra, las hubiera eclipsado un tanto. Entre ellas, "Libro de los carbones ardientes" ("Qabasat") o su "Libro de los tizones ardientes" ("Yadawat" en persa). Entre sus discípulos, destacan Sayyid Ahmad ibn Zayn al-'Abidin al-'Alawi, su joven primo, luego su discípulo y luego su yerno. Escribió diez trabajos, entre ellos "la clave del Sifa" donde el autor se refiere expresamente a un tafsir filosófico y teosófico del Corán (en persa "Lata'if-i gaybi"), etc. Otro alumno, Muhammad ibn 'Ali Riza al-Aqayani, escribió un comentario de mil doscientas páginas sobre el "Qabasat"; otro discípulo, Qutb al-Din Muhammad al-Askivari, escribió una larga obra árabo-persa que divide en tres ciclos las tradiciones, citas y comentarios relativos a los antiguos sabios anteriores al Islam, los filósofos y los espirituales del Islam sunní, y finalmente de los Imames y las grandes figuras de pensadores y espirituales del si'ísmo. El capítulo del Zoroastro contiene un notable paralelismo entre el duodécimo Imam de los si'íes y el Sausyant o Salvador escatológico de los zoroastrianos. Es también autor de un tratado sobre el "mundus imaginalis" y de un comentario del Corán en el que utiliza la hermenéutica simbólica (ta'wil) si'í.
Mulla Samsa al-Gilani, autor de quince tratados; siguió durante años las lecciones de Mir Damad. Gran viajero y condiscípulo más joven de Mulla Sadra, a diferencia de éste permanecerá fiel a la metafísica de la esencia. Las críticas emitidas en sus libros respectivos no les impidieron sostener una amistosa correspondencia entre sí. Entre sus obras: "Tratado de las vías de la certeza", "Tratado de la manifestación de la perfección a los compañeros de la verdad" y "Tratado del advenimiento del mundo", donde sostiene la tesis de Mir Damad.
- Mir Findiriski y sus discípulos: traductor de varios textos sánscritos al persa, entre ellos el príncipe Dara Sakuh. Su obra es un tratado muy original sobre los actos y actividades humanas; ofrece una clasificación jerárquica que culmina en el caso de los filósofos y los profetas, reunidos ambos en el capítulo de "filosofía profética", que desemboca en otro capítulo de hermenéutica y esoterismo, y finaliza en una sistematización de los grados de la escala del ser y la aparición del filósofo iraní Ahrimán. Se le clasifica entre los <<peripatéticos>>; de hecho escribió un tratado sobre el movimiento que pretende ser antiplatónico. Pero este contemporáneo de Michael Maier escribió igualmente un tratado de alquimia que al parecer contiene su enseñanza esotérica.
Entre sus alumnos se cita a Mulla Sadra (aunque este no dijo nunca nada al respecto); no obstante, se sabe que Rayab 'Ali al-Tabrizi siguió sus lecciones. Otro alumno importante fue Husayn al-Jwansari, de apodo "profesor de todo" por sus amplios conocimientos y autor de quince obras, entre ellas un tratado sobre el siervo y el libre albedrío, estudios sobre el Sifa y los Isarat de Avicena, sobre el Tayrid de Nasir al-Din al-Tusi, sobre el tratado de astronomía de al-Qustchi, un comentario sobre las lecciones del protomártir ("Sahid-i awwal"), etc. Este tuvo a su vez numerosos alumnos, entre ellos sus dos hijos: Sayyid Yamal al-Din al-Jwansari y Sayyid Razi al-Jawansari; Mulla Masiha Pasa'i al-Sirazi (con dos obras, un tratado sobre el ser necesario y una paráfrasis persa del Irsad de Sayd Mufid), Muhammad Baqir al-Sabzavari, que dejó estudios sobre el Sifa y los Isarat de Avicena, sobre el Irsad de Sayj Mufid y una gran obra de cultura general, "El jardín de las luces" dedicada a Sah Sulayman; Mirza Rafi'a al-Na'ini, autor de diez tratados, principalmente investigaciones filosóficas si'íes, el Kafi de al-Kulayni, sobre el Irsad de Mufid, sobre el "salterio" del cuarto Imam, sobre el comentario de los Isarat de Nasir al-Din al Tusi.
- Mulla Sadra al-Sirazi y sus discípulos: he aquí la cima de la filosofía iranoislámica de estos últimos siglos. Se encargó de la síntesis personal de las diversas corrientes mencionadas hasta ahora. Autor de cuarenta y cinco obras, algunas tamaño infolio, entre ellas: comentarios a la metafísica del "Sifa" de Avicena o la "Teosofía oriental" de al-Suhrawardi; "Los cuatro viajes del espíritu" (al-Asfar al-arba'a, de mil páginas infolio), es la base de la mayoría de los pensadores del Irán. También un comentario a las fuentes ("Usul") del Kafi de al-Kulayni, uno de los libros fundamentales del si'ísmo y donde afirma una convivencia entre si'ísmo y platonismo que se remonta al <<símbolo de la fe>> escrito por Sayj Saduq Ibn Babuyih; comentarios a varias suras del Corán, otro monumento que hace de Mulla Sadra el testigo por excelencia que nos permite comprender cómo la filosofía pudo mantener y renovar su desarrollo en el Islam si'í cuando en el resto del Dar al-Islam había caído en el silencio. Revoluciona al sustituir la metafísica de las esencias por una metafísica del existir, dando prioridad ab initio a la existencia sobre la quididad.
Entre sus alumnos destacan Mulla Muhsin Fayz al-Kasani; autor de ciento veinte títulos, reescribió enteramente desde la perspectiva si'í el Ihya' al-'ulum ("La revivificación de las ciencias religiosas"), la gran obra de Al-Gazali, a quien admiraba sin detrimento de la que también profesaba por Ibn 'Arabi. Otra de sus obras ('Ayn al-yaquin, "La certeza del testigo ocular"), edifica una síntesis personal, completando su gran comentario al Kafi de al-Kulayni, así como su comentario coránico. El cuñado de Mulla Muhsin, Mulla 'Abd al-Razzaq al-Lahiyi da muestras de un carácter completamente distinto; no encuentra en las tesis sadrianas una satisfacción personal, y oscila entre extremos demasiado violentos entre el mundo interno y el entorno social como para ser clasificado simplemente como "peripatético": su obra "Gawhar-i murad" ("La sustancia de lo que uno se propone"), indudablemente conocía por experiencia el sufismo. Dejó una docena de obras. Otro alumno de Mulla Sadra, Husayn al-Tunkabuni, fue autor de varios tratados sobre el advenimiento del mundo o la unidad trascendente del ser.
- Rayab 'Ali al-Tabrizi y sus discípulos: se distingue por una metafísica que no defiende la analogía, sino la equivocidad radical del conceto de ser cuando se refiere al ser necesario y a los entes no necesarios. En su vejez, su discípulo Muhammad Rafi' Pir Zadih le redactó, siguiendo sus instrucciones , una gran obra titulada "Al-Ma'arif al-ilahiyya" ("Los grandes temas de la metafísica"). Otro discípulo fue 'Abbas al-Mawlawi, que escribió "al-Anwar al-sulaymaniyya" ("El libro de las luces, dedicado a Sulayman"), y "al-Fawa'id al-usuliyya" ("Las enseñanzas fundamentales"). Otros dos alumnos fueron Mulla Muhammad al-Tun kabuni y Mir Qawam al-Razi.
- Qazi Sa'id al-Qummi: representante de la teosofía mística del si'ísmo duodecimano israqi, entre sus obras destacan: "La clave del paraíso" ("Kalid-i bihist"), "Libro de los cuarenta tratados", donde sólo escribe diez o quizá once; y glosas sobre la Teología llamada de Aristóteles. Su obra recoge un vasto conjunto de tradiciones de los Imames, importantes en teología apofática y la imamología que se deriva de ella. De la estructura cúbica del templo de la Ka'ba, Qazi Sa'id infiere la estructura del imamato de los doce Imames; el templo de piedra -transfigurado en templo espiritual- se convierte en secreto mismo de la vida humana, la qibla (el eje de orientación) de una peregrinación que se identifica con las etapas de la vida.
- De la escuela de Ispahán a la escuela de Teherán: la toma de la ciudad por los afganos que comenta el filósofo Isma'il al-Jwayu'i es impactante. La dinastía safawí sobrevivió con Thamasp II y 'Abbas III hasta 1736; después tiene lugar un período turbulento hasta la dinastía qayarí (el reinado de Aga Muhammad Jan empieza en 1779, pero no fue coronado hasta 1796). Con Fat 'Ali Sah, 2º soberano qayarí, el centro cultural de Irán pasa de Ispahán a Teherán. Todo este período convulso destaca filosóficamente por la creciente influencia de Mulla Sadra, en un fenómeno que se comprende mejor al separar a los filósofos en cuatro familias.
1) Filósofos cercanos a la catástrofe: Muhammad Sadiq al-Ardistani sufrió mucho en esta etapa bajo la ira de Sah Sultan Husayn. Escribió "Hikmat sadiq'yya" ("La filosofía personal del autor"). Otro pensador fue 'Inayatollah al-Gilani, que enseñaba los libros de Avicena. Fasl al-Hindi al-Ispahani escribió quince obras; Mirza Muhammad al-Taqi al-Almasi es el autor de la gran enciclopedia si'í ("Bihar al-Anwar") y un libro sobre la "Gran ocultación del duodécimo Imam". Qutb al-Din Muhammad al-Nayrizi al-Sirazi es un puro israqi: "La lógica de los peripatéticos no está inmunizada contra el error; no se basta a sí misma; es la fuente del extravío. En cuanto a mí, creo que la lógica de los gnósticos es en verdad la lógica de la metafísica". Isma'il al-Jwayu'i escribió ciento cincuenta tratados sobre cuestiones filosóficas, ciencias y un tratado sobre el imamato; también escribió contra el conceto de "tiempo imaginario" dirigido contra Yamal al-Din al-Jwansari.
2) Aga Muhammad al-Bidabadi y sus alumnos. Fue alumno de Mirza Muhammad al-Taqi al-Almasi y de Isma'il al-Jwayu'i. Escribió un tratado sobre alquimia ampliamente comentado en 1795 por un médico de Ispahán, Mirza Muhammad Riza ibn Rayab 'Ali. Tuvo muchos alumnos; entre ellos, Mahdi al-Naraqi, hombre de acción que no escatimaba en esfuerzos y tan competente en filosofía, moral y matemáticas como ciencias jurídicas (se puso abiertamente de parte de los usuliyyun frente a los ajbariyyun); escribió una docena de obras, entre las cuales su tratado de moral es aún muy leído. También es importante Mirza Ahmad al-Ardakani al-Sirazi, autor de un comentario sobre el Kitab al-Masa'ir de Mulla Sadra.
3) Mulla 'Ali ibn Yamsid al-Nuri y sus discípulos: uno de los más grandes alumnos de Muhammad al-Bidabadi y uno de los más famosos profesores de la época. Escribió lecciones sob re varias obras de Mulla Sadra, sobre las Fawa'id (enseñanzas) de Sayj Ahmad al-Ahsa'i, un comen tario de la sura Tawhid y una respuesta a la polémica de un misionero cristiano. Tuvo muchos alumnos, entre ellos: Mulla Isma'il al-Ispahani; Mulla Aga al-Qazvini; Muhammad Ya'far al-Langarudi; 'Abd Allah al-Zunuzi y Hadi al-Sabzavari.
4) La escuela de Teherán: bajo el reinado de Fat 'Ali Sah al-Qayar, se funda la madrasa Jan Marvi. Mulla 'Ali al-Nuri fue invitado a enseñar allí, pero este prefirió delegar la tarea en uno de sus más brillantes alumnos, Mulla 'Abd Allah al-Zunuzi (la invitación era la señal de desplazamiento de Ispahán en Teherán del centro de las ciencias islámicas). Aparecen aquí grandes filósofos, entre ellos 'Abd Allah al-Zunuzi (estudiante originario de Karbala, luego de Qumm y más arde en Ispahán); Husayn al-Zunuzi, experto en matemáticas y astronomía; Aga 'Ali al-Zunuzi, conocido como el "profesor"; Muhammad Riza al-Qumsani, metafísico ferviente discípulo de Mulla Sadra y una figura muy noble. Sayyid Abu'l-Hassan Yalvih (1315/1896), profesor afamado también, que enseñó durante cuarenta años en Teherán en la madrasa Dar al-Sifa; y un largo etcétera que acaba con Sayyid Husayn al-Bakubihi, profesor en Nayaf y maestro de dos eminentes filósofos contemporáneos: Sayyid Kazim 'Assar, profesor de la Facultad de Teología de Teherán, y Sayj 'Allamih Muhammad Husayn al-Tabataba'i, profesor de la Universidad teológica de Qumm y autor de una nueva edición de los Asfar de Mulla Sadra y un comentario filosófico del Corán.
- Sayj Ahmad al-Ahsa'i y la escuela sayjí de Kirmán: reciben la denominación "sayj" debido a su carácter de discípulos de Sayj Ahmad al-Ahsa'i, quien ni siquiera se propuso fundar jamás una escuela; creía que sólo se distinguía de los "demás" por una estricta fidelidad a la enseñanza teosófica íntegra de los Imames del si'ísmo duodecimano, obtenida por la meditación personal de toda una vida en combinación con conversaciones visionarias con estos Imames a quienes consideraba sus únicos maestros. De ascendencia aparentemente pura árabe, pasó quince años en Irán; no se le reconoce ningún maestro que no fuera el ustad gaybi, el maestro interior reivindicado por otros espirituales que, en su caso, designa expresamente, uno tras otro, a los "Catorce Inmaculados". Su obra incluye ciento treinta y dos títulos; muchos más, en verdad; algunas obras son colecciones que contienen varios tratados. Su hijo espiritual, Sayyid Kazim al-Risti, nacido en Rist (al sudoeste del mar Caspio), en 1212/1798; escribió también muchas obras que sufrieron un saqueo devastador de su residencia en Karbala. Con el segundo sucesor de Sayj Ahmad, la escuela fija su sede en Kirmán con una madrasa de teología, un colegio y una imprenta. Sayj Muhammad Karim Jan al-Kirmani pertenecía a la familia imperial reinante; escribió doscientos setenta y ocho títulos abarcando todas las ciencias islámicas y filosóficas, incluidas alquimia, medicina, óptica y música. Su hermano menor Sayj Zaynul 'Abidin Jan al-Kirmani le sucedio con una obra igualmente considerable; por último, el quinto sucesor el Sayj Abu'l Qasim al-Ibrahimi apodado "Sarkar Aga" tuvo que hacer frente a cuestiones más candentes en su obra. Su hijo y sucesor 'Abd al-Riza Jan al-Ibrahimi ya ha publicado muchas obras. Del conjunto total de obras en Kirmán (un millar de títulos) apenas se ha publicado la mitad hasta hoy.
Dos posturas enfrentadas aparecen entre los pensadores si'íes sobre todo desde el siglo XVII; por un lado están los usulíes o usuliyyun (teólogos críticos) y por el otro los ajbaríes o "ajbariyyun" (teólogos fundamentalistas; el fundador de estos últimos fue Muhammad Amin al-Astarabadi). Entre los fundamentalistas destacan Muhsin Fayz y Qazi Sa'id al-Qummi. Aunque en apariencia la oposición entre las dos corrientes implica sobre todo al derecho canónico, las premisas hermenéuticas de los ajbaríes tienen repercusiones en las fuentes de la metafísica tradicional. Sayj Ahmad al-Ahsa'i y sus sucesores prosiguen con rigor las consecuencias de la teología apofática del si'ísmo; la complejidad de su dialéctica sugiere que su comprensión no está al alcance de cualquiera y sus contenidos jamás debieron haber traspasado la esfera de lo privado; las mismas objeciones se repiten incansablemente sin que nadie repare en la respuesta de los sayjíes ni se tome la molestia en comprender su terminología. Sayj Ahmad escribió dos grandes volúmenes de estudios sobre dos importantes obras de Mulla Sadra al-Sirazi; sorprendido, apenado y desarmado ante la incomprensión, pidió a su amigo Muhammad ibn Muqim ibn Sarif al-Mazandarani en su segunda estancia en Ispahán que contestara a las críticas contra su comentario a la "Teosofía del trono" ("Hikmat 'arsiyya").
- Ya'far al-Kasfi: representante de las preocupaciones de los metafísicos-teósofos de la Persia del siglo XIX. Descendiente del séptimo Imam, Musa Kazim, escribió uan obra que recapitula una docena de títulos, tanto en persa como en árabe, entre ellos: "Tuhfat al-Muluk" ("Presente ofrecido a los soberanos"), de dos tomos.
- Las escuelas del Jurasán; Hadi al-Sabzavari y la escuela de Sabzavar: la figura del "Sabio de Sabzavar" domina en Irán a mediados del siglo XIX; se dijo de él que era el "Platón de nuestro tiempo", o incluso su Aristóteles. Fiel intérprete de Mulla Sadra, contribuyó a hacer de este el "maestro" de los filósofos iraníes; las circunstancias -más livianas que en tiempo safawí- le permitieron también dar más rienda suelta a su genio de filósofo místico. Representa a los maestros tanto en filosofía especulativa como en experiencia espiritual que poseen a la vez el saber exotérico y las altas ciencias esotéricas. Es un teósofo israqi por excelencia. Escribió treinta obras, una de las más leídas es el Sarh-i Manzumih, que trata de lógica y filosofía; también comentarios de las obras de Mulla Sadra: sobre los Asfar ("Los cuatro viajes espirituales"), el comentario sobre los Sawahid al-rububiyya ("Los testigos de las epifanías divinas"), sobre el Kitab al-mabda'wa'l-ma'ad ("Del origen y retorno del ser"), y sobre los Mafatih al-gayb ("Las claves del mundo suprasensible"). Otra obra importante, "Asrar al-hikam" (Los filosofemas esotéricos"), trata del conjunto de las cuestiones concernientes a la génesis del ser y la escatologái y expone el sentido esotérico de las prácticas litúrgicas. El gran estudio sobre los nombres divinos (Sarh-i Asma) es de hecho el coentario de una oración si'í. Los nombres divinos tienen a la vez una función cosmogónica y una función litúrgica; por esta última son órganos del retorno del ser al Malakut y al principio. También escribió dieciséis tratados en persa y en árabe: compuestos por planteamientos de alumnos o corresponsales. Entre los alumnos destacados aquí cabe citar a Mulla 'Abd al-Karim al-Quchani; a Sayj 'Ali Fazil al-Tabbati (al-Tibiti), cuyo nombre revela un origen tibetano y a quien Hadi al-Sabzaari dedica un tratado de la "colección de los dieciséis" en respuesta a sus cuestiones de tono exoterista; a Mirza 'Abbas Hakim al-Darabi al-Sirazi, profesor en Siraz; Mulla Kazim al-Jurasani, perfecto teósofo si'í quien declaraba que quien no tuviese suficiente conocimiento de la filosofía y la metafísica no podía comprender los hadit y tradiciones de los santos Imames; Aga Mirza Muhamad al-Yazdi (Fazil al-Yazdi); Mirza Sayyid Abu Talib al-Zinyani, que escribió un libro sobre la calificación de los muytahid, la cuestión que divide a los usulíes y a los ajbaríes antes comentada; Mulla Isma'il Arif al-Buynurdi -que tuvo como alumno a Mirza 'Ali Akbar al-Yazdi, que a su vez, enseñó en la Universidad Teológica de Qumm-; etc.
- La escuela de Mashad: en la ciudad santa de Jurasán (santuario del octavo Imam, 'Ali Riza) fueron surgiendo a lo largo de los siglos madrasas donde se enseñaba la hikmat ilahiyya. Destacan aquí Aga Mirza Muhammad al-Saruqadi, que estudió filosofía en Sabzavar; y Mulla Gulam Husayn, alumno de Mulla Hadi al-Sabzavari y posterior Sayj al-Islam en Mashad. Aquí hay que destacar también la multiplicación de las universidades iraníes bajo el impulso del soberano reinante, Muhammad Riza Sah Pahlavi, incluyendo facultades de teología donde se difunden ampliamente las ciencias islámicas , incluida la filosofía tradicional.
Saludos.
-
-
Por favor, desarrolla el tema que te ha quedado muy escueto.
Permisos de publicación
- No puedes crear nuevos temas
- No puedes responder temas
- No puedes subir archivos adjuntos
- No puedes editar tus mensajes
-
Reglas del foro
▲
▼
Atajos de Navegación Disponibles