Y este caso de "estupro colectivo", sinceramente, no me conmovió.
"Por los fotos a las que tuve acceso, ella no se mezcló con ellos (con los delincuentes), sino que era una de ellos.
Fue ella la que, mezclada con la gente cuando entramos en la favela, cuenta cuántos somos y cuántos fusiles tenemos para informar a los delincuentes. Es ella la que da mi localización para que se posicionen mejor y me acribillen a mi y a mis compañeros de equipo. Es ese tipo de chiquilla que comienza yendo al baile, se mezcla con droga, que se junta con lo marginal y que cuando puede, forma parte de la cuadrilla.
No deseo que personas de bien sean víctimas de ningún tipo de violencia. Sea mujer, hombre, niño, anciano... Ahora, bandidos y sus rabietas, nada de lo que les pase consigue generar en mi ni una gota de sufrimiento.
Y que comience el mimimi..."