Es muy sencillo, incluso el votante medio puede entenderlo, cuando hace 50 ó 60 años el discurso de la izquierda era contra el patrón, contra las grandes empresas, contra el capitalismo, contra los curas y contra el imperialismo americano y el neocolonialismo, entonces Juan Pelanas sí encontraba algo con lo que podía identificarse, él no era patrón, ni capitalista, ni un yanki imperialista ni un granjero blanco de Sudáfrica o Rodesia. Entonces los chavales de barrio eran mayormente de izquierdas, muy de izquierdas si se compara con padres pero sobre todo sus madres y sus abuelos. No necesitaban deconstruirse, nadie les culpabilizaba, nadie les decía que tenían que callarse y hacerse a un lado para dejar hablar a mujeres, inmigrantes o personas racializadas. De hecho el obrero español joven era "el protagonista", el bueno de la película.
Qué fácil y que bonito es cuando llaman opresor e hijo de perra al otro, ahí si estaba bien la izquierda, llamamientos a linchar al patrón y las huelgas salvajes que gustaban tanto. Ahora que ellos son los malos se empiezan a solidarizar con los blancos de Sudáfrica y la desaparecida Rodesia. En fin, lo que ha hecho mucho artista comprometido que antes iba de comunista y rojo de la muerte y hoy cambiaron de forma más o menos indisimulada de chaqueta.
Es el mercado (de ideas) amigos.