Tu pregunta es seria y como tal la voy a contestar con seriedad.
Como español no puedo saber cuál es la vida cotidiana en otras partes del mundo, y como hombre tampoco cuál es el sentir de las mujeres porque no estoy en su piel. Pero en ninguno de los dos casos creo que la realidad sea muy diferente de la que yo siento, porque al fin y al cabo todos somos humanos. Quiero decir, de la misma especie animal.
En la naturaleza hay unas leyes que funcionan nos guste o no, y con una intensidad proporcional a la escala de valores propia de cada persona.
Todo humano tiene unas necesidades vitales que son, por orden de menos a más imprescindibles: refugio, afecto, sexo, comida, bebida, aire.
Todos podemos acostumbrarnos a no tener un sitio estable donde descansar y estar seguros.
Cualquiera puede y se acostumbra, aunque no sea agradable, a no tener el aprecio de otros.
La mayoría puede y se acostumbra, sobre todo engañados por las religiones, a no tener relaciones sexuales.
Pocos se acostumbran a comer deficientemente, y esto conlleva un deterioro físico muy rápido que en cuestión de semanas puede resultar fatal.
Nadie se acostumbra a no beber nada, porque esto detiene la vida en pocos días.
Y Nadie, absolutamente nadie, puede vivir sin respirar más allá de cinco minutos.
En esta escala de necesidades vitales como ves el afecto, la amistad, son de las cosas más prescindibles. En especial para los hombres, que hemos sido educados en una sociedad (por cierto, creada por hombres y mujeres) donde se nos ha inculcado la falsa creencia de que el hombre (el varón) no necesita afecto para vivir. Y que como mucho debe buscar solo compañerismo, lealtad y amistad con otros hombres.
Concretamente en España estos valores han sido perpetuados hasta hace muy pocos años, por la todopoderosa santa madre iglesia católica, que desde hace siglos fue dueña por intereses políticos de la educación infantil. Separando con empeño a niños y niñas para mejor domarlos. Forjando así una mentalidad suspicaz hacia el otro sexo.
Creo yo, pero es solo una opinión sin fundamento, que en tu país no se ha hecho tanto hincapié en formar a los niños y niñas en el recelo hacia los otros. Y eso hace a las mujeres más cariñosas y a los hombres acostumbrados a esa forma de ser.
Aquí la educación separatista hace que el hombre malentienda los comportamientos de las mujeres y viceversa. Y por falta de costumbre identifique un comportamiento amistoso, incluso de acercamiento meramente afectivo como un paso más cercano a la relación sexual.
Seguramente esta falta de códigos comunes se restablezca cuando la sociedad entera (hombres y mujeres) entienda de una vez por todas que ninguno de los dos sexos es mejor ni peor.
Cosa por ahora lejana, por la fuerte influencia del pensamiento feminazi, que bajo la apariencia de una pretendida “igualdad” evidencia una querencia enfermiza por la “supremacía femenina”.
Pero esto se sale ya del tema. Estimada @
caputxetavermella, espero haberte aclarado algo nuestra idiosincrasia.
Mi único consejo es que seas muy sincera desde el primer momento. Aclarando a quien quieras como amigo que solo buscas eso, amistad.