Soy fuelle69 y os voy a contar la historia de mi primera vez

didnt read lol

en un puticlub.

Trancurría otra fría noche de enero, año 2007. El viento arreciaba sobre Santander y los jóvenes nos refugiábamos en discotecas. Aquella noche celebrábamos el 18 cumpleaños de mi amigo Charlis, un jueves previo al fiestón del sábado. Rober trajo su Escort "clásico" y los tres salimos a una discoteca.

Mientras privábamos en el parking, conocimos a tres chicas que se nos unieron y estuvimos jugando a la botella. Mientras jugábamos estuve cruzando miradas con una muchacha pelirroja, de pelo brillante y ojos relucientes. Ya había fijado mi presa. Charlis se dio cuenta de esto, y cuando giró la botella me ordenó besar a Rocío, la pelirroja. En un primer momento todo mi cuerpo entró en tensión, estaba visualizando mi oportunidad y intentado centrarme en hacerlo perfecto. Ella intentaba no mostrarse muy receptiva, pero pude apreciar brevemente que me deseaba. Nos pusimos de pie y me acerqué a ella, cogí su cara con mis manos y la besé. Pensé que iba a ser un beso corto, pero ella cogió mi cintura y siguió besándome. Triunfo asegurado. Mis amigos comenzaron a vocear todo tipo de sandeces y las otras dos chicas no sabían que hacer. La solté y nos volvimos a sentar, pero yo le tenía al amigo venido arriba; no podía seguir esa situación más tiempo. Así que, decidí incrementar mi consumo alcohólico. Me bebí media botella de whisky en 30 minutos, además de 5 cervezas, y tras presionar tanto yo como Rocío, entramos a la discoteca.

No había casi fila así que entramos rápido. Fui con Rocío a pedir algo, algo con Red Bull porque notaba que el alcohol empezaba a generar efectos peligrosos en mí, el llamado "efecto tirachinas", lo que sucede al beber bebidas fuertes en poco tiempo, de estar normal a sentir una explosión etílica en el cuerpo, el campo visual se reduce y se nubla, los movimientos se vuelven más torpes de lo normal, y la comunicación supone un serio problema, más si cabe soportando una música ensordecedora. Debíamos dejar de hablar, así que intenté acercar al Charlis y al Rober a las otras dos chicas, cuyos nombres no recuerdo. Tras un tímido acercamiento, me distancié de ellos con Rocío para bailar. En estas situaciones, donde los estragos del alcohol florecen y soy consciente de ello, acostumbro a mirar la hora que es. Eran las 3:15. Por lo tanto, si hacía todo bien a las 4:30 me encontraría retozando felizmente con aquella mujercita.

A cada segundo que pasaba estábamos un centímetro más arrimados, ella me mordisqueaba el cuello mientras yo recorría su cuerpo con mis manos hasta llegar a aquel redondo culo. Ella no se opuso y siguió con mi cuello. Sin embargo, súbitamente caí de mi nube cuando una mano por detrás mío me interrumpía insistentemente. El Charlis, sólo él puede ser tan oportuno. Me giré y ladré, qué coño te pasa? Pero enseguida me calmé, me dijo que Rubén había venido con cargamento. Rubén era un conocido que nos proveeía droga a cambio de conseguirle clientes en el garito. Cogí un par de pastillas, y fui a por un vodka limón para mí y otro para Rocío, tenía que arreglar el haberme marchado. Antes de volver al grupo me tomé las pastillas junto al Charlis, Rober se tomó media porque tenía que conducir. Él intentaba conquistar a la amiga bajita, pero como no había bebido mucho no hallaba el punto de chispa y, aunque bailaba con ella, no pasaba a la siguiente fase. Eran las 4:00 y mi objetivo empezaba a distorsionarse, se me echaba el tiempo encima y estaba borracho y drogado, además de calentado. Noté a Rocío más fría al volver a hablar con ella, le había cortado el rollo y ahora me comportaba raro; no obstante, no la cagué del todo, me dio su número y me dijo que la llamara para quedar mañana. Le había gustado, pero el Charlis había hecho esfumarse esta oportunidad. Al no estar todo perdido, no le guardé ningún rencor.

Ya había asumido que aquella noche volvería a dormir solo, pero eso no era pretexto para dar por terminada la juerga. Pasado un rato, mientras hablaba con Rober de nuestros fracasos amoriles de la noche, nombró la palabra puticlub. Inmediatamente, asentimos y se lo comunicamos al Charlis, al que se la sudaba a donde ir, como él decía. Emprendíamos la marcha. Nos despedimos de las chicas, pero antes de irnos, Rocío se acercó, me pidió que mañana la recordara y me besó, a lo que yo respondí haciendo jugar a mi lengua.

Montamos en el Escort y cogimos el camino de casa, hacia Solares, el mismo camino que nos conducía a nuestro destino, aquel club en la recta de Heras.

mañana si me apetece lo leo

tochaco

Me espero a la versión en blueray.

Iniciado por dele

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tochaco

xd