Alexei

Tiene veinticinco, ojos azules, piel blanca y cara de robot. Lleva en la calle desde los diecisiete porque se cansó de sus padres adoptivos que no le dejaban vivir un mínimo de libertad. He conocido a unos cuantos así. Por ejemplo a una chica colombiana que se parece a aquella prostituta Celeste que tanto disfruté y que pasó a la lírica de Sanz. Alexei es un crack como soñador, otro nerd sin futuro pero encantador. Seguro que le habría encantado Blade Runner.

No soy quien para darle consejos porque estoy incluso peor que él. Pero de repente le percibo como al hijo que me hubiese gustado tener. Y va el primer palo para mis planteamientos alternativos. El segundo... El segundo es otro trans de la zona de pobres que apareció sudando la gota gorda. Debe estar enfermo y pienso que los estrógenos le sientan mal ya. Dos ejemplos de que lo antinatural acaba jodiendo todo. Encima veo a la pija guapa de mi colegio, hace mucho mucho tiempo, en una galaxia muy lejana... Y lo que lleva en el carrito no es el hijo sino el nieto. Dios...

El trans me ofreció techo pero no llave. Y me sentí ofendido. Pero es la puta verdad. Incluso una casa de okupas, de okupas con permiso currado por conversaciones con el ayuntamiento, tiene sus normas puestas por quien se lo ha currado. Yo me sentí demasiado protagonista de mi propia realidad. Ese fue el fallo de mi vida. La verdad es que no te puedes enamorar de la vida. Ni de la propia siquiera. Detesto mi gran locuacidad porque mataron al cerebro frío que me atraía. Pero al tiempo me cargué la oportunidad de resurrección. Para ser uno mismo, primero tienes que ser otro que es bien recibido. No necesariamente al que más aprecias.

En tus manos encomiendo mi espíritu, amiga. Sabes de mis posibilidades, límites, querencias, faltas, logros y defectos. Inventa un futurillo y dame un final digno. En cierto modo soy tu personaje. Pero no te olvides de la persona. Tengo resistencia pero va ya mermada.

Dame esa bocanada final de oxígeno que me sienta como un nuevo nacer. Como en aquellos tiempos del Cronenberg que tanto nos gustaba.