
Iniciado por
Lindbergh
Siempre y cuando viviera en la bohemia finisecular.
Me imagino naciendo en la Malaga de 1860 en una rica familia de comerciantes, viviendo de niño los sucesos de la Gloriosa, las insurrecciones federales, la guerra contra los carlistones la I República y la rebelión cantonal, mis primeras lecturas; Roussea y Voltaire, Victor Hugo y Walter Scott, Poe quizá, Cervantes y Lope como buen español, acompañadas de mis primeros amoríos que sin duda inspirarían tempranos versos y de las típicas calaveradas de estudiante. De allí a estudiar Derecho a Madrid, sin terminar la carrera ingresaría en en la carrera literaria y en el republicanismo feroz y anticlerical. Novelas, artículos periodísticos, poesía, critica literaria y puede que algún drama, una vida con pocos recursos, a merced de los cuatro duros que algún periodicucho quisiera pagarme por mis artículos y de lo poco que sacara con la edición de mis obras. Frecuentaría los círculos literarios modernistas, los cafetines y las tabernas, en compañía de mis camaradas de oficio conocería mujeres, aristócratas y prostitutas también toda una galería de borrachos y muertos en vida esperpénticos, autores fracasados y malditos de toda índole. Al final a los 35 años me encontraría en la disyuntiva, el cruce de caminos, una vida respetable, engrosando mi bolsillo gracias a la protección de algún buen periódico respetable, periodista a sueldo, bien pagado, moderando mi prosa y mis ideales, casado con alguna viuda acaudalada. O por el contrario fracasado del todo, terminal, muerto y tirado en las frías calles con el aguardiente de la taberna asfixiando mis pulmones, una prostituta vela mi cuerpo rígido y mal tapado en el cuartucho de alguna corrala insalubre.