hasta qué punto hay que luchar por una vida creativa? lo primero, por lógica, debería ser la simple supervivencia. Pero la supervivencia no es tan simple. André Kostolany, famoso inversor y teórico sobre la riqueza ( me encanta leer libros de ricos sobre la riqueza, no es que piense que me vaya a hacer rico, es que me encanta conocer el punto de vista de los que son odiados pero navegan bien en lo económico, algo tendrán dentro del cráneo que no tenemos los demás) decía que a los niños se les extirpaba la fantasía para asimilarlos al resto, para igualarlos. Tener fantasía no significa que vayas a desarrollar una buena patente ni que vayas a ser Conan el bárbaro ni nada por el estilo. Pero está claro que seguir el camino de la mayoría es tener el destino de la mayoría. De todos modos, la felicidad no es un proyecto ¿ verdad?.

Lo cierto es que la aventura tiene dos dimensiones, quizá tres. Una es la del placer. La vía más tonta y la que tomé yo mediante " no saltes del nido, quémalo y haz un simpa de cojones". Otra es la de la incertidumbre, como transitar por un camino desconocido, la vulgarmente llamada " aventura". La tercera es modal, es crear algo y que ese algo pueda, eventualmente, traducirse en beneficio material y lo que siempre se ha dicho de " dar vidilla". El mero hecho de exponer algo propio ante un público que eventualmente pudiese estar receptivo ya es una forma de emoción maravillosa.

El comunismo, atractor actual de la política en España, sobrevalora seguridad frente a libertad. Cioran decía que la salud, aún importante, " no ponía" a nadie. En un país regido por una política de proteccionismo a costa de castración, lo que se obtiene es desmotivación. Cuando un currante tiene sueldo pero hace dos años que sólo vive casa-trabajo-casa-trabajo... sin ninguna emoción ¿ para qué coño quiere vivir?. Vivir es riesgo. Yo nunca tuve esa capacidad. Pero quizás no me dejaron tenerla de manera razonable, con tiempo y a mi modo. Y ahora España, la de izquierdas, se convierte en una gran familia. Pero de las castradoras. De las que asfixian a sus queridos hijos. Siempre madrastra ceciliana.

En fin. Que como compensación no compensadora, me muero por las bragas de las guiris de Ibiza. Aunque suene a suicidio. Pero total, para lo que me queda en el convento. La creatividad va a ser poder llegar a ellas