el reduccionismo inteligente revela al existencialismo y lo supera

érase una vez un hombre que no usaba calcetines porque se rompían



que se separó de su mujer con intelecto para buscarse una que simplemente fuese ama de casa



que adoptó finalmente por opinión política el sacar la lengua a los periodistas



pongamos que hablo de un gran reduccionista: Albert Einstein. El de la ropa del mismo color para no tener que decidir. El de las mismas melodías con el violín. El que tuvo un loro que le confesó a Planck " E=mc2" antes que su propio dueño se lo contase.

y no fue el único, todos los grandes amargados con la vida ( existencialistas) pero esperanzados en cambiarla ( utopistas) han tenido la tendencia al reduccionismo para intentar derrotar a la realidad. Al menos:

derrotan al dolor por una suerte de olvido del resto de los problemas. Una especie de budismo acunado sobre la última identificación grosera: la de la mente y sus contenidos

antes prefiero el cuerpo es una cárcel para la mente de los medievales que el estúpido mens sana in corpore sano al que los budistas mercenarios que venden en occidente se apuntan para que sus DOGMAS del nihilismo se nos hagan aceptables ( en vista de que nosotros sí que bebemos, comemos y fornicamos). Esto es: el nacimiento de Siddartha Gautama Budha como una de las mayores desgracias en la Historia de la Humanidad

otra cosa sea Ganesha: protectora de los intelectuales y divinidad de quienes usan las golosinas como sucedáneo de placeres más desasosegantes para la mente

ahí la inteligencia