
Iniciado por
Krullh
En la cosmología gnóstica, Arcontes son una especie de seres inorgánicos que emergieron en el Sistema Solar antes de la formación de la tierra. Ellos son cyborgs habitando el sistema planetario (exclusivo de la Tierra, Sol y Luna), el cual es descrito como el mundo virtual (stereoma), ellos construyen por imitación las formas geométricas emanadas del Pleroma, el reino de los Generadores, los Dioses Cósmicos.
Los Arcontes son una especie genuina con su propio hábitat, y pudiera incluso ser considerado ser casi divino, pero carecen de intencionalidad (ennoia: capacidad auto-directiva), y tienen una repugnante tendencia a salirse de sus límites, imponiéndose en el reino humano. Se dice que los Arcontes sienten intensa envidia hacia la humanidad, porque nosotros poseemos la intencionalidad de la cual ellos carecen. Además los arcontes son una fuerza alienígena que invade subliminalmente a la mente humana y desvía nuestra inteligencia lejos de sus aplicaciones apropiadas y sanas. No son los que nos hacen actuar inhumanamente, ya que todos nosotros tenemos el potencial de ir en contra de nuestra humanidad innata, violando la verdad en nuestros corazones, pero nos hacen sacar comportamiento inhumano hacia extraños y violentos extremos.
La aberración contenida es que, dejados a nuestro propio albedrío, nosotros a veces actuaríamos inhumanamente para luego corregirlo. Obviamente, nos siempre lo hacemos. En la exageración de nuestras tendencias insanas e inhumanas, y en una extrema y no corregida desviación de nuestra inteligencia innata, los gnósticos vieron la firma de una especie alienígena que cosquillea en las peores fallas humanas.
Por lo tanto, los Arcontes son parásitos psico-espirituales. Sin embargo, como retoños del Eón Sophia ellos son también nuestros parientes cósmicos.
Como entidades inorgánicas de dos tipos, embriónica y reptil, los Arcontes pueden por momentos penetrar la atmósfera terrestre y aterrorizar a los humanos, aunque no haya razón u orden para estos saqueos, ya que los alienígenas no pueden permanecer durante mucho tiempo den la biosfera y, de todas formas, no tienen un plan maestro que lograr aquí.
El estado ontológico del Arconte es dual:
existen como una especie alienígena independiente de la humanidad.
existen como una presencia en nuestras mentes, más bien como un sistema de programas operando en nuestro ambiente mental.
El riesgo que suponen invadiendo nuestro software mental es mucho mayor que cualquier riesgo físico que pudieran plantear de manera irregular por irrumpir erráticamente la biosfera.
Trabajando a través de telepatía y sugestión, los Arcontes hacen la tentativa de desviarnos de nuestro curso apropiado de evolución. Su técnica más exitosa es usar la ideología religiosa para insinuar su manera de pensar y, en efecto, sustituir su forma de pensar por la nuestra.
Según los gnósticos, el salvacionismo Judeo-Cristiano es la trama primaria de los Arcontes, un implante alienígena.
Nuestra capacidad de discernir fuerzas alienígenas trabajando en nuestras mentes es crucial para la supervivencia y la co-evolución con Gaia, quien, como Sophia, accidentalmente produjeron los Arcontes, en primer lugar. (Este comentario pertenece al Nivel Uno, la definición cosmológica, pero, como sucede a menudo con las enseñanzas gnósticas, elementos noéticos y cósmicos tienden a combinarse).
Reconociendo y repeliendo a los Arcontes, nosotros demandamos nuestro poder, definimos nuestras fronteras en el marco de trabajo cósmico, y establecemos nuestro propósito relativo a Gaia, la inteligencia propia del planeta.