sin temor de Dios

la nueva moda en gimnasios es meterse insulina. De nada sirve que los médicos se lleven las manos a la cabeza. Los niñatos creen que si está prohibido es que necesariamente es bueno. Todavía no tenemos dopping genético en el mercadillo. Pero las plumas con unidades inyectables y los glucómetros hacen furor. Mucha gente daría lo que fuera por no tener que metérsela. Otros, en cambio, parecen no tener miedo a ser diabéticos por puro capricho estúpido. Ahora los ciclos son de atracones de almidones en niñatos treintaañeros o peri - la década de los horrores del intelecto con el apoyo de los euros- meones con páncreas que se vuelven progresivamente vagos por la disfunción de inducir forzadamente ( pan para hoy, hambre para mañana) desde el exterior.

En Estados Unidos hay médicos afamados que denuncian que la diabetes tiene cura por vías distintas a las clásicas. Seis meses a cero grasas con proteínas de altísima calidad, contadas, y mucho Carbo ( verdura, fruta, cereales, pan, legumbres) harían, supuestamente, que los islotes de Langerhans resucitaran con su vieja función. Denuncian que el tratamiento actual de la enfermedad sigue siendo el viejo pese a los nuevos conocimientos. Que el problema es la resistencia a la insulina y la grasa. Que puede revertirse pese al paso de años de enfermedad y estar muy avanzada. En Israel las mediciones no son con pinchazos sino con pinzas cómodas en los lóbulos de las orejas ( capilaridad, espesor de la sangre) y envío de info al móvil. La medicina ortodoxa niega todo ésto.

La realidad de la terapia clásica es el progresivo abandono de lo que realmente siempre más necesitó el organismo ( lo que procura una dieta vegana, porque omnívoros somos pero con PREFERENCIA POR LO VEGETAL). Las dietas paleo actuales son un resabido cetónico del mundo ganadero contra aquella clásica dietética de finales del siglo pasado que era de sabor mediterráneo y contenidos neolíticos ( legumbres, cereales).

En todo mar en tempestad hay ganancia de pescadores. No podemos asegurar que las felices ideas de redención por la vía vegana sean correctas. Pero seguro que tampoco podemos tirarle mucho de las orejas a las juventudes insulinómanas que juegan a Dios con la salud de su cuerpo. Habida cuenta de que el propio sistema siempre ha sido proclive a usar y tirar personas.

Transplantes con células madre y activación de injertos mediante pulsos intermitentes de luz azul en el iris ( optogenética) son la vía sanadora más tecnológica que existe ( aunque no en centros de salud de los que tratan al pueblo llano). Ante una medicina que sigue apostando por el dolor ineficaz, y no por el detallismo, me parece interesante difundir todos los puntos de vista.

Iniciado por JACA-MECANIC

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algo así como de Quevedo. Hay que buscarse la vida y picar donde se pueda...