Iniciado por
Led-Z
Soi un chico de 18 años, aunque aparento una edad de 25, que se toma la vida mui en serio y apenas comete errores.
Pues bien, queria compartir con vosotro mi primera vez, esa que siempre recordaremos como el momento mágico en el que te follas a una intentando parecer un actor porno para "disimular" tu hombrilidad.
Todo comenzó cuando unos amijos i io nos fuimos de fiesta a la capital de la provincia donde vivo. Alli conozimos a unas chatis mui juapetonas todas ellas que desde el primer momento que nos vieron, deseaban ser montadas cual jamelgas en celo. Pedimos unas copas de mariposónadas de esas que toman los guais en las discotecas pero que es garrafon , para darte una experiencia que recordaras a la mañana siguiente, soltando ñordos semiliquidos que previamente generan apretones de estomago.
Las mozas se nos acercaron con la tipica excusa de "me invitas a una copa, guapo?", mi respuesta fue mandarla a pastar, aunque el no pagafantearla parece que le hizo incrementar su interes en un rocoso chaval.
La chica no me dejaba en ningun momento i siempre terminaba sus frases con un "jiji", io me estaba calentando y mi soldadito también. Ya un poco cansado de escucharla decidi que lo mejor era callarla de alguna manera, asi que me lancé y la besé, nos liamos y se desató la tigresa de bengala que tenía en su interior. Me dijo que fuesemos al baño de la disco, que me iba a enseñar lo que sabía hacer.
Buff, menuda tía, el sueño de todo macho, como la comía, que destreza para usar sus tungentes melones haciendo una buena cubana i como se movía, parecía una sudaca de las de prostibulos de lujo.
Para ella no era un problema el condon ya que estaba con el nerviosismo propio de una zorra viendo a su presa indefensa, asi que se me abalanzó sobre mi polla cuando lo tenia medio colocado.
La verdad es que tuve que hacer poco, ella sola lo hacía todo, jadeaba, brincaba y yo solo tenía que azotarla de vez en cuando para demostrarle mi superioridad.
Tras una hora i media en el baño metidos, aguantando como una rroca, se tranquilizó, aunque, desgraciadamente, no pude acabar la faena con un certero disparo de lefa hacia su anjelical rostro.
Salimos del baño y eramos de los pocos que estaban en la disco, asi que nos fuimos fuera y encontramos a nuestros respectivos amijos. Nos despedimos y largamos cada uno hacia su casa.
Aún recuerdo su rostro, su escultural cuerpo y su fogosidad.
No sé nada sobre ella, nada más que me dijo que se llamaba "S".
PORFABOR SI LEES ESTO Y ERES TU; COMUNICATE CONMIGO, ERES LA MUJER DE MI BIDA.