tito rojas

A la mujer de uno no hay que pegarla. Es más, hacerlo es una villanía, algo que nunca haría un caballero. Yo nunca he necesitado pegar a una mujer, jamás. Para empezar hay que elegir bien a la que está contigo. Tiene que sea obediente, que haga lo que se le dice, así de sencillo, y sin rechistar, claro. Tampoco es bueno que hable más de lo justo, Si acaso, que lo haga con su madre o con las vecinas, pero sí, sin contar las cosas íntimas de la pareja, faltaría más.
A las putas tampoco hay pegarlas, casi nunca. Sólo hay que dejarles claro que, quien paga, manda. Yo, si es una nueva que no me conoce, le digo, por ejemplo: Hazme una mamada. Si ves que me corro, traga y sigue mamando hasta que yo diga vale. La tía lo entiende, porque, a ver, ¿dónde está el problema?. Tú pagas, ella a chupar y a cobrar. Y si la tía no lo hace y te corta el rollo y si, sobre todo, se pone a chillar, entonces le das una o dos y verás cómo en seguida se calma y lo entiende todo.
La mayor parte de los problemas vienen cuando se elige a una tía que no obedece. Es una mala cosa. Así que hay que hay dejar claro desde el principio que ella a callar y obedecer. Y si es así todo irá como la seda.
Es importante que mujer no tenga una confusión de roles. Ella está para tener la casa como los chorros del oro y cuidar los críos, si los tienes, cosa que es discutible que sea bueno, depende de los casos. Y tiene que tener claro que si vuelves de marcha con dos o tres amigos a las tres de la mañana y ella está acostada, pues que tenga claro que toca levantarse y hacer unos huevos fritos con chorizo para todos, con vino, pan, queso y nueces, y que esté al tanto por si alguien quiere algo más. Y luego, cuando termine la cosa, que se quede a recoger la mesa y a fregar, mientras tú ya te has ido a la cama.
Y eso es una pareja bien avenida y feliz, y lo demás son chorradas