el sexo como parapeto o como soporte
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ForoParalelo: Miembro
el sexo como parapeto o como soporte
el amor es más inteligente que el sexo. Así que contempla la muerte. Y ante la muerte se empodera en el idealismo. El sexo es torpe y se coloca una venda delante. Ya que el sexo es lo más lógico para la juventud, el mucho sexo te hace olvidar que la cosa se acaba. Pero te deja desprotegido ante las etapas de vejez en las que la mente ha debido de aceptar el jugar con un cierto nivel de desprendimiento idealista y romántico como manera de enfrentarse a la puta muerte con, al menos, cierta tranquilidad de espíritu. La persona muy sexual es tierna, sensible, cariñosa y nada fría. En la parte positiva, es expansiva y optimista. El optimismo pone más difíciles las cosas. Pero también es necesario para los emprendimientos.
El sexo es parapeto o soporte. Y si se usa en sí mismo como actividad laboral y se tiene suerte ( actor o actriz que termina su ciclo útil con dinero y salud) es un recuerdo... al menos interesante. Soy mundano y nada de lo del mundo me es ajeno. Vivir como si el tiempo no existiese es una irrealidad. Pero también una naturaleza. Que es compañera de una exagerada forma cualitativa de ver el mundo. De una forma " muy sexual y muy mundana". A los taitantos de edad, la lógica atracción por la carne joven se dirime en dos posibles caminos. El del humano del amor, el matrimonio y los hijos, como afecto a la infancia. La naturaleza animal se apacigua y la persona es " más humana". En el caso del adicto al sexo, como una mirada de deseo en dirección de retorno. Hay tribus que practican las relaciones con diferencia de edad sin complejos. Jóvenes que disfrutan de añados y añados que disfrutan de jóvenes. Y todos contentos. La gente joven precisa entropía, desorden, caos, cuerpos rotos y gastados pero alejados del " muñequito perfecto" de la juventud. A los añados les apetece el orden y la estructura, el vigor, el inicio.
No vengo a hacer apología de las relaciones con cambio de edad. Tan sólo a argumentar la realidad de los dos caminos. La Marylin Monroe lo decía: una historia siempre tiene dos interpretaciones posibles. Una vida demasiado sexual es una patología que se paga cara. Pero una vida demasiado amorosa también. Al final no te puedes enamorar de nada. Ni de la vida misma. Ni siquiera de tí mismo. Todo es caduco. Y lo único que vale es una cierta nobleza, sacrificio y capacidad de hacer el bien. Cosa que yo he estado muy lejos de hacer jamás. Soy del grupo de los ciegos totalmente parapetados. Pero quizá al menos mis palabras aporten puntos de vista a alguien con conocimientos y capacidades. En ese sentido, al menos, me siento feliz.
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Anna Muzychuk, Chess #1
¿Por qué lo llaman " @DJ PERCH 3.0 " cuando quieren decir "aaaahhhoooOOOAAAAHHH..."?
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ForoParalelo: Miembro
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Anna Muzychuk, Chess #1

Iniciado por
Usuariopromedio
El qué?
"aaaahhhoooOOOAAAAHHH..."
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ForoParalelo: Miembro

Iniciado por
ViejoLesbiano
"aaaahhhoooOOOAAAAHHH..."
no falta una "o"?
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Anna Muzychuk, Chess #1

Iniciado por
Simil
no falta una "o"?
Obvio.
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ForoParalelo: Miembro

Iniciado por
intuition
el amor es más inteligente que el sexo. Así que contempla la muerte. Y ante la muerte se empodera en el idealismo. El sexo es torpe y se coloca una venda delante. Ya que el sexo es lo más lógico para la juventud, el mucho sexo te hace olvidar que la cosa se acaba. Pero te deja desprotegido ante las etapas de vejez en las que la mente ha debido de aceptar el jugar con un cierto nivel de desprendimiento idealista y romántico como manera de enfrentarse a la puta muerte con, al menos, cierta tranquilidad de espíritu. La persona muy sexual es tierna, sensible, cariñosa y nada fría. En la parte positiva, es expansiva y optimista. El optimismo pone más difíciles las cosas. Pero también es necesario para los emprendimientos.
El sexo es parapeto o soporte. Y si se usa en sí mismo como actividad laboral y se tiene suerte ( actor o actriz que termina su ciclo útil con dinero y salud) es un recuerdo... al menos interesante. Soy mundano y nada de lo del mundo me es ajeno. Vivir como si el tiempo no existiese es una irrealidad. Pero también una naturaleza. Que es compañera de una exagerada forma cualitativa de ver el mundo. De una forma " muy sexual y muy mundana". A los taitantos de edad, la lógica atracción por la carne joven se dirime en dos posibles caminos. El del humano del amor, el matrimonio y los hijos, como afecto a la infancia. La naturaleza animal se apacigua y la persona es " más humana". En el caso del adicto al sexo, como una mirada de deseo en dirección de retorno. Hay tribus que practican las relaciones con diferencia de edad sin complejos. Jóvenes que disfrutan de añados y añados que disfrutan de jóvenes. Y todos contentos. La gente joven precisa entropía, desorden, caos, cuerpos rotos y gastados pero alejados del " muñequito perfecto" de la juventud. A los añados les apetece el orden y la estructura, el vigor, el inicio.
No vengo a hacer apología de las relaciones con cambio de edad. Tan sólo a argumentar la realidad de los dos caminos. La Marylin Monroe lo decía: una historia siempre tiene dos interpretaciones posibles. Una vida demasiado sexual es una patología que se paga cara. Pero una vida demasiado amorosa también. Al final no te puedes enamorar de nada. Ni de la vida misma. Ni siquiera de tí mismo. Todo es caduco. Y lo único que vale es una cierta nobleza, sacrificio y capacidad de hacer el bien. Cosa que yo he estado muy lejos de hacer jamás. Soy del grupo de los ciegos totalmente parapetados. Pero quizá al menos mis palabras aporten puntos de vista a alguien con conocimientos y capacidades. En ese sentido, al menos, me siento feliz.
pues ya sabes, aplicatelo.
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