Un lugar sórdido tal y como unas ruinas abandonadas. Una colchoneta, mejor desvencijada y sucia. Un hombre joven, en su veintena, educado, culto, rozando lo pijo y entrado en carnes. Una quinquillera treintaañera, tatuada, fibrosa, con piercings, antecedentes policiales y un buen consolador de correas del 22. Resulta difícil algo así, porque el de veinte no va a tener pasta para poder pagarlo hasta que no complete su ciclo de formación como putita de lujo del sistema laboral. La sociedad se carga el sexo, pero además el buen sexo.
De lo único que me arrepiento es de no haber nacido rico para poder haber disfrutado de todo ésto mucho antes. Pero lo he hecho, me lo han hecho. El sentido de la vida es el placer, la virtud no interesa salvo a las clases dirigentes para imponerla a los esclavos. La canción hablaba de " alta cuna" y de " baja cama" porque los que son pobres suelen anhelar camas altas. En cambio los que tienen desean vulgaridad para sus placeres.
La dinámica del placer herético es la de la combinación de entropía, individualismo frente a extropía, gregarismo en la realización de los actos placenteros. El pueblo escapa del cerdo y asume que es malo, pero el aristócrata se pone de jamón hasta las trancas. Finura y elegancia son preocupaciones de los pobres de espíritu. La higiene es la virtud de los pobres. Que lo decía el Marqués de Sade, que de eso entendía tela...