locura individual y locura colectiva

la religión católica ha llegado a su esplendor. Los templos sirven para la explotación estética. El aquelarre colectivo se admite como forma de esquizofrenia validada por razón del poder de la masa aludida por Elias Canetti. Celebraciones musicales en templos habitados por empresarios de un negocio de mal gusto sostenido sobre siglos de criminalidad. Cultura arrogada en nombre de una identidad colectiva y a punto de iniciar la cuesta abajo ante el ánima de teocracias más primitivas y virulentas en sus propios momentos de sangre. Las iglesias sudamericanas dan de comer ahora a las víctimas del sistema oficial occidental. Mientras que éste se regodea ostentoso en su aperturismo calculado y con transfondo de falsedad. Ignorantes de que caerá. Con el músculo épico adormecido e incapaz de reclamar nada de territorialismo en el mundo circundante. La infame cayó de pié con los bárbaros que no tenían elaboración alguna. Pero perecerá ante los embates del arabismo emergente. Se refugiará en zonas del Norte en formatos ortodoxos sostenidos con el dinero de judíos cultos. Y Roma tendrá lo que merece: Un nuevo cisma.

la locura individual es el intento de escape de la persona respecto del encuadre asfixiante en el que su felicidad y realización se ven dirigidas por lo preconcebido. Pero cuando es colectiva tiene sus fases permitidas con el espacio amplio de los siglos. Una primera para la violencia del exterminio de lo diferente y el saqueo organizado. Caídos los espíritus filosóficos en una batalla en donde los hechos aplastan a las verdades. Una segunda para el anclaje político en un cesaropapismo urbi et orbi con cuentas y negocios por doquier. Una tercera para la explotación estética. En esa fase los desertores, hastiados de alternativas de distintos colores pero igual densidad maligna, llegan a la conclusión de la imposible ubicación del espíritu en coordenadas grupales. Incluso las sectas tienen un cariz comercial y contienen elementos jerárquicos. Nada escapa a la tendencia a la ordenación fundamentada en la lucha sucia.

aspecto y contenido son inseparables. Salvo en espíritus de la introversión concienzudos de la búsqueda de una verdad sólida. Esa gente transciende los cultos y hasta las instituciones. Mira a la cara a tu perro. Tu mascota tiene mejor entendimiento de la realidad del espíritu que tú mismo. Come, bebe, folla cuando puede y en ocasiones mira a la luna. En su incapacidad de preguntarse por un algo más se encuentra la verdadera liberación. Buscar una emoción positiva. Si para algunos radica en que un anciano hable los domingos sobre padres eternos que proveen de grano a los gorriones... Cada cual con su historia.