utopista hacia el infierno

Wittgenstein pretendió acabar con la filosofía usando la filosofía. Se convirtió en un místico como precio y terminó filosofando sobre su propio error.
Einstein quería unificar las leyes físicas del universo. Se perdió en un bosque matemático inmenso como el asno de Buridan que tanto quiso evitar.
Tesla quería obtener acceso a la energía libre. Se quedó pobre y para alimentar palomas desde una ventana tras perder todas sus patentes.
Hilbert quería una axiomática perfecta para una matemática completa. Se hundió en la depresión cuando Gödel le demostró que no se podía.
Leonardo quiso permanecer vivo para siempre. Se consumió en la obesidad y la artritis por la dieta vegana y los atracones de polenta.
Gödel quiso alcanzar la verdad, poner fin a los conflictos y demostrar la existencia de Dios usando la lógica. Se murió de inanición pensando que lo querían envenenar en una conspiración.
Nietzsche quiso liberar al ser humano del superyo freudiano totemizado como Dios. Se vió mermado en su voluntad por las espiroquetas hasta que sólo pudo liberar a un caballo de los latigazos de un cochero.
Madame Curie quiso entender los secretos de la radioactividad. Se irradió hasta morir de anemia aplásica.


Es por eso que el Mundo se llena de inútiles hipsters. Ya nadie sabe morir como antes.

Estilos de vida arriesgados. Pensamientos profundos pero duros. Apasionamientos que queman. Estrategias existenciales comprometidas. La escalera de la creatividad tiene dos características:

1º los peldaños por delante tuya aún no han aparecido del todo cuando ya estás avanzando un pié para ascender
2º los peldaños por detrás tuya desaparecen casi tan pronto ya han sido pisados