Tema serio El Vampiro Original

Según nos alejamos del día de todos los santos, parece apropiado relatar uno de los más antiguos relatos de vampiros del folclore europeo, proveniente de uno de los escarpados y arcaicos castillos que se posan sobre los Pirineos.

La leyenda cuenta de un conde llamado Guifredo Estruch, que vivió en el siglo XII, en plena Reconquista y en las tierras del Pirineo, donde se libraba una batalla contra el paganismo, la herejía y la brujería. Decían de él que fue un hombre que destacaba por su caballerosidad y su buen trato con los súbditos que habitaban cerca de su fortaleza. Se casó con una mujer noble pero pronto enviudó.


Alfonso II el Casto

El rey de Aragón por entonces era Alfonso II el Casto. Alfonso estaba muy preocupado por la concentración de paganos en Empordà (Cataluña), de quienes temía se aliaran con los musulmanes. Para prevenirlo, el rey, y su tutor el Obispo de Barcelona Guillermo de Torroja, decidi enviar al Conde Estruch, un notable héroe de guerra en su lucha contra el moro en Valencia (supuestamente), para ocupar un castillo en la región para luchar contra el paganismo en las tierras del Alt Empordà.
Ya de edad avanzada, Estruch fue destinado al castillo de Llers (tristemente destruído durante la Guerra Civil, bombardeado por la Legión Condor) en una pequeña villa cerca de Figueras. Allá llevaría a cabo una doble misión; luchar contra las invasiones occitanas y a su vez contra los cultos paganos.


El castillo de Llers

Estruch tuvo que reprimir esos cultos que aún creían en la magia y las ciencias ocultas, y obligar a los campesinos ampurdaneses a abrazar la fe en Cristo pero los métodos de Estruch resultaron ser algo menos que caritativos, pues el mito describe una orgía de derramamientos de sangre, tortura, caza de brujas, ejecuciones e incendios; Definitivamente se decantó por la espada antes que por expandir "la Buena Nueva".

Algunas versiones afirman que habiendo asesinado, violado y torturado tanto a su paso por la región incluso los soldados se cansaron de sus formas, y uno de ellos (un capitán de su ejército llamado Benach) lo envenenó.

Otra versión de la historia cuenta que el conde murió de una maldición proferida en su último aliento por una bruja que había torturado y quemado hasta morir. De cualquier modo, Estruch murió en una infortunada circunstancia, y no sin merecerlo, en 1173, sin recibir cristiana sepultura pues su cuerpo misteriosamente desapareció del castillo la noche antes del funeral.



Unos días antes, unas cuantas vacas fueron extrañamente muertas durante la noche, los locales afirmaron que al hallarlas descubrieron que se les había sustraído toda la sangre, algunas habían sido brutalmente mutiladas, con sus intestinos sacados y los corazones yacentes sobre la hierba. Los sirvientes del castillo relataron que el Conde pudo ser avistado caminando en la noche por los pasillos y habitaciones, como si fuera un hombre joven de nuevo, extraordinariamente rejuvenecido.

Estruch también se dedicó a acechar en el pueblo cercano, asesinado a jóvenes y bebiendo su sangre, además de raptar a mozas casaderas. Cuando estas mujeres retornaban, siempre volvían preñadas pero tras nueve meses el niño siempre nacía muerto u horriblemente deformado.

Existen dos candidatos en las diferentes versiones de la leyenda para quien gallardamente asestara una estaca en el corazón del Conde tras localizar su escondido ataúd; un hermitaño judío, quien usara antiguos ritos ancestrales relacionados con la cábala, y una vieja monja.

Existe una interesante conexión que sugiere que la leyenda deriva de un confuso recuerdo de la persecución de los cátaros en Cataluña, muchos de ellos condenados por herejes en Occitania durante la cruzada albigense, y otros tantos, huidos a España.

En aquellos años, Ricardo Corazón de León, futuro rey de Inglaterra, residía en la misma zona en que se desarrolló la leyenda del conde Estruch ya que fue enviado por su padre Enrique II de Plantagenet para participar en las Guerras del Rosellón, estableciéndose en Perpiñán, a muy escasas leguas de Figueras y de Llers. Tal vez este dato justifique que, tras la Tercera Cruzada acontecida entre 1190 y 1192, el mito pase al Este de Europa. Ricardo de Inglaterra atravesó el Danubio, camino de Tierra Santa, y a su regreso en 1193 fue hecho prisionero por Leopoldo, duque de Austria. El rey inglés estuvo encerrado en el castillo austriaco de Tierenstein, muy cercano a Transilvania, y es a finales del siglo XII que estas leyendas irrumpen en los Cárpatos.



Es posible que el mito se construyera con datos de varias personas reales, como pasa con otros personajes legendarios. Ahora bien, para que una leyenda cruce la historia durante tantos siglos, algo debió impresionar profundamente a sus protagonistas para que conservaran el relato y lo pasaran de padres a hijos. En Cataluña todavía hoy en día podemos oír las expresiones "tenir malestruc" o "malestrugança". Podríamos traducirlas al castellano como mala suerte, o mal fario.

Buen hilo, mis dies