Os va a hacer gracia, pero creo que he ligado por Telegram En Telegram, por si no lo sabéis aún, hay una sección llamada "personas cerca" en la que, como el propio nombre indica, te aparecen los usuarios de la aplicación más próximos a tu ubicación actual, los cuales deben tener activada dicha opción; en teoría para que sirva de ayuda a personas recién llegadas a un lugar.
Pues bien, yo, que soy homosexual, acostumbro a utilizar esta curiosa herramienta para tirarle los trastos - de manera educada y elegante siempre - a los hombres que me aparecen y me atraen sexualmente hablando o me llaman la atención, sean homosexuales o no.
La mayoría de los usuarios, como es lógico, son heterosexuales; o panchos, pero eso es harina de otro costal. Pero eso no frena mi intento de comprobar si puedo sacar tajada de esto o no y les pregunto cortésmente si por curiosidad estarían interesados en "probar" o no con una persona de su mismo sexo.
Como en un 80% de los casos la respuesta suele ser de manera bastante rotunda "no"; lo cual me parece totalmente lícito. Sin embargo, ese 20% restante de hombres oficialmente heterosexuales algo más equidistantes, que es en los que yo pongo el objetivo, no lo tienen tan claro y llegan no sólo a considerarlo sino a dar el paso.
Ése es el caso de mi última "presa": un hombre de unos 40 años, muy masculino, oficialmente heterosexual, separado con un hijo pequeño, con un cierto aire macarrilla de barrio, muy guapete, algo desaliñado, vehemente en su forma de hablar, currante, algo dado a los bajos placeres y bastante simpático.
Pues desde el primer momento que hablamos este "gostoso" caballero me dejó claro que no le gustaban los hombres sexualmente ni en ningún otro aspecto, dejando caer que yo no tenía ninguna opción con él en ese sentido. Sin embargo, en ningún momento me ha dejado en visto o me ha bloqueado y la conversación ha proseguido desde entonces en un tono entre cordial y amistoso. Eso sí, siempre que hemos hablado ha sido porque yo he iniciado la conversación.
Bueno, pues esta última semana hemos estado hablando casi a diario y parece ser que hemos hallado bastantes puntos en común en cuanto a gustos y aficiones. Uno de ellos, casi por casualidad, con un vacile que tenía como objetivo que básicamente me enviara una foto de su miembro viril; pues mira, con la tontería ha acabado reforzando el "vínculo".
Yendo un poco más al grano, digamos que el hombre tenía reticencias aún con respecto a hacer nada conmigo, hasta que en un punto de la conversación le lancé una indirecta algo directa (él decía que "estaba hasta la polla del curro" y yo le sugerí un masaje "para calmar tensiones") y él me siguió el rollo (diciendo que "el masaje me lo podía ahorrar", "que le relajaba más otra cosa"), dando pie a que subiera un poco de tono la cosa.
Yo no sé si se estaba marcando un triple o qué, hasta que dijo las "palabras mágicas" ("una buena mamada, así lenta, mientras me fumo un cigarro y me tomo una birra"). Poco más había que decir al respecto.
Tras eso, la conversación se tornó explícitamente bastante más sexual y soez y todo parecía indicar que quería quedar con la mayor inmediatez posible. Pues llegó un punto, un cuarto de hora después más o menos, en el que dejó caer que había cambiado de opinión y que no iba a pasar nada a menos que le diera algún motivo de peso.
Le pasé una foto reciente de mi trasero ipso facto y parece ser que ya sí que le convencí del todo. Se soltó, había mayor presencia de emojis y estaba predispuesto a pasarme alguna foto de su miembro. Y tanto que lo estaba: me pasó tres y un vídeo sobándosela. Desde luego, lo de que era "normalita" parece ser que fue una forma de hablar, a decir por la envergadura de aquello.
Veremos qué pasa...
Moraleja: ahórrate intentar convencer con palabras para ligar y pasa a la acción, a poder ser con material gráfico de primera mano.