En las líneas del Isdera Commendatore se podía observar un depurado trabajo aerodinámico, con una carrocería muy alargada, de 4665 mm, que contrastaba con la escasa altura de 1040 mm. El ancho máximo del coche era de 1875 mm. Su forma de bala ausente de aristas proporcionaba un coeficiente de penetración en el aire de solo 0,306 Cx, bajísimo para la época y el tipo de coche que es el Isdera, y dejaba fluir el aire por encima del habitáculo con total limpieza. Aunque parezca increíble el Isdera Commendatore disponía de un hueco en la parte delantera en la que se podía guardar algo de equipaje, pues tenía una capacidad de 200 litros. En los laterales dos grandes toberas daban acceso a los radiadores que mantenían la mecánica fresca. Llamaba la atención la ausencia de retrovisores laterales, sustituidos por un solo retrovisor central situado en el techo del coche por la parte de fuera y que se podía mirar a través de una ventana desde el puesto del conductor. Y en el frontal algo nos hacía pensar que este coche ya lo habíamos visto antes, y es que sus faros delanteros provenían del Porsche 968. Sus puertas, que se abrían en ala de gaviota, eran imitadas por las compuertas que cerraban el motor y que se abrían de la misma forma. El Commendatore fue el primer coche de calle que incorporó alerón de incidencia regulable, que se situaba normalmente en 19 grados de inclinación pero que conforme aumentaba la velocidad a partir de los 50 Km/h iba inclinándose más hasta llegar a levantarse 7 centímetros como máximo. Pero además al pisar el pedal de freno el mismo alerón se colocaba en posición vertical actuando como aerofreno y ayudando a la frenada.
A todo el comportamiento general del coche ayudaba también un tren de rodaje que incorporaba un sistema de frenos compuesto por discos ventilados en las cuatro ruedas de 332 mm delante y 310 mm detrás mordidos por pinzas Brembo de 4 pistones y que se escondían detrás de unos 255/35 ZR 18 en el eje delantero y 295/35 ZR 19 en el trasero que garantizaban el agarre al asfalto. Además un sistema electrónico regulaba la altura del chasis con respecto del suelo y bajaba al Commendatore 76 mm para mejorar la estabilidad en alta velocidad. El sistema de dirección asistida era de la marca ZF.
Toda esta tecnología, muy avanzada para aquel momento, fue financiada prácticamente en su totalidad por Eberhard Schulz, fundador y dueño de la marca, que tuvo que poner sobre la mesa el equivalente a 4.000.000 de euros de hoy para su financiación, pues los proveedores prefirieron no comprometerse en el desarrollo de los sistemas.
En el interior del Commendatore se podían observar las líneas básicas de los Mercedes de la época en el cuadro de instrumentos, del cual destacaba la nueva graduación de la esfera del velocímetro para adaptarla a la brutal velocidad punta del Isdera y cuyo número final era un espeluznante 400. Pulsadores y manetas de la marca de la estrella redondeaban el salpicadero. El volante, que curiosamente mantenía la estrella de Mercedes, estaba construido en material compuesto y forrado de cuero y el acceso al interior del habitáculo resultaba relativamente fácil gracias a la amplitud de la boca dejada por las puertas en ala de gaviota.
El Isdera fue concebido como un capricho rodante para todo aquel que tuviera el dinero como algo secundario, pues la misma marca se impuso un limite de construcción de 6 modelos al año que se venderían a 485.000 $ cada uno aproximadamente. Esto lamentablemente no llegó a suceder, pues Isdera quebró pasando a ser propiedad de una empresa suiza dejando como legado una única unidad de pre-serie que si se hubiera llevado a producción hubiera ensombrecido a la mayor parte de los superdeportivos de aquel momento y algunos futuros. Por suerte para los amantes de los deportivos, esta unidad sobrevive y está matriculada legalmente.
Como curiosidad el único Isdera Commendatore que existe se puso a la venta en Ebay a finales de 2005 por un precio de salida de 3.000.000 $. No se vendió