Nos gusta el petróleo barato, pero no olvidemos las lecciones del pasado

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    Nos gusta el petróleo barato, pero no olvidemos las lecciones del pasado

    Los precios del petróleo descienden, pero eso no siempre implica buenas noticias. Ya ha ocurrido en el pasado



    Después de una época ciertamente angustiosa cada vez que nos acercábamos a repostar nuestros coches, empezamos a apreciar el efecto contrario. Los precios del combustible están en caída libre, volviendo a precios de hace cuatro años. Incluso ha empezado a circular una lista de gasolineras -fundamentalmente no abanderadas- que tienen el gasóleo por debajo de 1 euro/litro.

    La caída de los precios no se debe a la magnificencia de las empresas petroleras, sino al descenso de la cotización de los barriles de referencia de petróleo, el Brent (Europa) y el West Texas Intermediate (Estados Unidos). Estamos en un contexto económico de caída del precio del barril, situación que de momento no tiene fecha de caducidad definida.

    Esta situación no es nueva en la Historia, y por ello debemos hacer memoria y ver qué pasó entonces, para evitar cometer de nuevo errores. Debemos recordar las moralejas de las crisis anteriores. Mientras tanto, disfrutemos de los precios bajos, es un alivio para nuestros bolsillos, pero es difícil precisar cuánto durará el respiro.



    A largo plazo está claro que el petróleo tiene que subir de precio

    La demanda mundial no hace sino subir, debido al empuje de la región Asia-Pacífico, fundamentalmente China y la India. Las naciones industrializadas tradicionales están reduciendo su demanda de energía, conscientes de que son importadores netos, y dependen de terceros para el suministro energético.

    Por otro lado, la oferta de petróleo se irá reduciendo, pese al incremento de la producción no convencional, porque hablamos de un recurso finito y no renovable, al menos a unos milloncejos de años vista. Las energías alternativas se impondrán, tarde o temprano, por lo que el modelo basado en el zumo de dinosaurio ya está acabado, y estamos tirando de los rescoldos.

    En la actualidad tenemos varios fenómenos simultáneos, que han contribuido al desplome de precios del petróleo. Lo podemos resumir en un exceso de oferta de barriles, que el mercado no asimila suficientemente rápido, así que el precio baja. El barril Brent aún aguanta por encima de 60 dólares, pero el WTI ya está más cerca de los 55 que de los 60 dólares.



    En Estados Unidos se aprovechó el tirón de los precios altos para hacer rentable la extracción de yacimientos no convencionales, como gas de esquisto o arenas bituminosas. Han aumentado mucho su producción y amenazan con convertirse en exportadores netos antes del final de la década.
    La OPEP está interesada en que caigan los precios para perjudicar a la industria alternativa del petróleo en Estados Unidos. Los principales productores (Arabia Saudí, EAU y Kuwait) están produciendo en exceso, aunque eso suponga la ruina para el resto de países productores, que no pueden recortar producción para subir precios.
    Coinciden tensiones internacionales como el aislamiento económico a Rusia por su apoyo descarado al separatismo ucraniano, y en menor medida el peligro que supone el Estado Islámico en una zona rica en yacimientos.

    En otras palabras, a los más poderosos les interesa que el petróleo siga cayendo de precio

    Es un problema para países como Angola, Venezuela, Irán o Argelia, cuyos presupuestos nacionales están demasiado ligados a las exportaciones de petróleo, y con los precios actuales no hay forma de que salgan sus cuentas. Hasta Rusia se está yendo a pique y su moneda se está desplomando.

    Durante varios años hemos pagado el petróleo a precios artificialmente altos por la especulación de grandes brokers, incertidumbres ligadas a las primaveras árabes en países exportadores de petróleo, una producción de barriles limitada por la OPEP y la financiación de la industria del fracking, de la que tanto oímos hablar últimamente. En varios países europeos se superaron los 2 euros por litro en gasolina o gasóleo, lo que implicaba palmar 100 euros en llenar el depósito de un coche mediano.



    Fijaos en la gráfica superior. Liga el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, en azul, con el crecimiento del uso mundial de energía, en rojo. Existe una elevadísima correlación, de hecho, llegamos a la conclusión de que el petróleo barato equivale a recuperación económica, y el petróleo caro equivale a recesión económica. Y en las naciones industrializadas se atisban signos de recuperación económica tras la peor recesión desde el crac de 1929.

    Si nos fijamos en la Historia reciente, encontramos subidones del petróleo en 1973 (primera crisis del petróleo, Yom Kippur), en 1979 (segunda crisis del petróleo, Irán), en 1991 (primera Guerra del Golfo), en 2001 (burbuja tecnológica, pinchazo de las .com) o en 2008 (reventón de la burbuja financiera y crediticia, Lehman Brothers). ¿Y qué pasó a continuación de esos años? ¡Crisis económica! ¿Y qué siguió a esas crisis? ¡Bajadas del precio del petróleo!

    El petróleo cae a mínimos desde 2010, no, 2009

    Para que los países industrializados salgan de la recesión necesitan que los precios del crudo bajen, y se mantengan en niveles digamos razonables. A cambio, los países productores van a pasarlas canutas. Los más grandes de Arabia pueden aguantar durante cierto tiempo en un escenario bajista, con tal de mandar a pique a la competencia desde Estados Unidos, y luego volver a la carga con el enemigo debilitado.


    Ahora fijaos en esta otra gráfica. Es de principios de diciembre, donde se muestra la cotización del barril de referencia Brent, en dólares. El soporte de 70 dólares ya ha sido franqueado, y ahora el siguiente soporte es a 40 dólares. Para los que no entiendan la jerga, un soporte es un límite inferior de precios que cuesta mucho alcanzar. En este caso, el soporte de 40 dólares está fechado en el año 2009.

    Personalmente no creo que el petróleo llegue a superar el soporte de 40 dólares ni que vaya a bajar de esa cantidad. Ya por debajo de 60 dólares la industria de Estados Unidos está en serios aprietos, no hace falta que baje tanto. Mi pronóstico, que puede estar totalmente equivocado, es que tendremos precios en el entorno de 50-70 dólares en el caso del Brent durante unos meses.

    ¿Cuál es el límite de tiempo?

    Considero que las tensiones que se van a acrecentar en los países productores que no pueden cuadrar sus cuentas, porque van a sufrir grandes retrocesos y existe hasta el riesgo de motines y revoluciones. Cuando la gente pasa hambre o escasean los bienes básicos, se le suelen cruzar los cables. Por ejemplo, Iraq necesita presupuesto para gasto militar y combatir a los fanáticos del EI.

    Un vistazo a los precios que tenemos ahora en España



    Estos son los precios medios de la gasolina...



    ... y ahora los precios medios del gasóleo...



    ... y finalmente, los precios medios del GLP, que se actualizan cada varias semanas.

    ¿Hasta cuándo bajarán los precios en la gasolinera?

    Los descensos de los precios del crudo no se trasladan inmediatamente al precio del surtidor, por la composición del precio del petróleo. Según el líder de Repsol, Antonio Brufau, el barril tendría que bajar a 10 dólares vamos a ver precios por debajo del euro por litro: "Un litro de gasolina, cuando el barril está a 100 dólares, le costaría al consumidor 1,59 euros; y a 10 dólares el barril, lo costaría 0,91 euros el litro de gasolina".

    ¿Cómo se deciden los precios del combustible? En la Web de la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) tienen una infografía que lo explica. Ciertamente, más de la mitad del precio son impuestos, tanto IVA (21%) como impuestos sobre hidrocarburos. España tiene de los impuestos más bajos de la UE, aunque el precio antes de impuestos es de los más altos. Lo comentamos con anterioridad, no disfrutamos de precios justos a nuestra situación económica.

    La misma AOP, en una nota de prensa del pasado lunes 15, explican que se ha trasladado al consumidor, en su integridad, el descenso del precio para mayoristas. Son 21,5 céntimos por litro para la gasolina, 16 céntimos por litro para el gasóleo, comparando los precios del 30 de junio y el 15 de diciembre. Dados unos precios de 1,2 euros/litro para gasolina, los impuestos representan 0,67 euros. Y para un gasóleo a 1,15euros/litro, la parte impositiva representa 0,57 euros.



    Aunque las cifras de la AOP corroboran que se ha trasladado al consumidor la bajada del precio, también es cierto que puede reducirse el margen de las petroleras. Solo hay que ver que las gasolineras no abanderadas, que algunos llaman "low-cost", tienen márgenes inferiores y proporcionan combustible de las mismas características que el de CLH, solo cambian los aditivos.

    Personalmente lo veo de la siguiente forma. Cuando reposto en CEPSA, BP o Repsol, operadores mayoritarios, no solo me están cobrando el litro más caro que una no abanderada (de media, claro), sino casi todos los productos que ofertan en sus tiendas. Ahí está la excepción de las tiendas Carrefour Express en CEPSA, algunos artículos están realmente al mismo precio que en un Carrefour, y no al doble o al triple.

    Si BP, CEPSA y Repsol tienen a bien reducir sus márgenes, pueden incentivar el consumo

    No es que no puedan, es que no les da la gana. Solo hay que ver lo que pasa en las gasolineras abanderadas en las inmediaciones del Leclerc de Pinto, o las gasolineras cercanas al Circuito del Jarama, que también tienen los precios bajos porque si no, se quedarían sin clientes. ¿Acaso pierden dinero? No lo tengo yo tan claro, ¿eh?



    Nos tiene que preocupar que el consumo vuelva a subir

    Si hay algo positivo que puede tener un precio elevado del combustible, es que la gente tiende a usar de forma más racional el transporte, para tratar de compensar las subidas. Los radares de la DGT han hecho mucho por bajar la velocidad media de circulación, pero creedme, no hay nada más eficaz para hacer que la gente use el coche menos o de forma más eficiente que tener el combustible caro.

    Esta semana he asistido con estupor al crecimiento de la boina de porquería que sobrevuela Madrid, en parte por la falta de precipitaciones o viento, pero algo ha tenido que subir el uso del coche. Desde Torrelodones (a 28 km) o desde Arganda (a 33 km) no se puede ver Madrid. Se ve un muro gris, y uno se imagina que la ciudad está ahí. Contaminación pura y dura, el que no quiera verla, o está dentro de la boina, o está ciego.

    No creo que la bajada del precio estimule de golpe y porrazo la venta de versiones potentes, o que se revaloricen coches deportivos que tenían la cotización por los suelos, por eso del mantra "gasolina ¿estás loco?" Lo que sí puede apreciarse a corto plazo es que se use más el transporte privado, con lo que eso implica. Me refiero a más atascos, más contaminación, más desplazamientos... y hasta más víctimas por accidentes de tráfico. De momento, con datos a 24 horas y en carretera, 2014 no va a superar los registros de 2013.



    Incluso las acciones de Tesla parecen sufrir variaciones relacionándose con la cotización del petróleo. Algunos inversores no deben ser muy inteligentes, hablamos de valores cortoplacistas (petróleo) contra valores a largo plazo (Tesla). Ya os lo ha comentado Guillermo, al que se compra un Tesla Model S el precio del petróleo le importa mucho menos que al que se plantea a medio plazo comprar un Tesla Model III, un modelo más accesible.

    No es ninguna casualidad que el auge que han experimentado los coches eléctricos en solo un lustro, o cinco años, haya coincidido con un escenario alcista en el precio del petróleo. La electricidad parece tener precios más estables, pese a toda la trama de tejemanejes que hay entre el Gobierno y las empresas eléctricas, que dan para otro tema. El coche eléctrico ha aumentado mucho su rentabilidad, hasta ocho veces más económico que un coche convencional a gasóleo (caso más favorable).

    Tampoco es ninguna casualidad que el coche eléctrico casi se va definitivamente al cuerno tras la recuperación del pinchazo de las "puntocom", cuando el barril de petróleo bajó una barbaridad. Los que conducíamos hace 10 años disfrutábamos de precios de gasolina y gasóleo por debajo del euro, incluyendo la gasolina de 98 octanos y el Diesel "Premium" con menos azufre y aditivos varios. No se volverá a matar al coche eléctrico, pero algunos pueden cambiar, erróneamente, sus previsiones de cara a adquirir uno.



    Los mayores impulsos que ha tenido la movilidad alternativa han coincidido con las recesiones ligadas a los escenarios alcistas del crudo. En otras palabras, cuando ha subido el petróleo, los ingenieros han recibido más latigazos y más millones para investigar alternativas. Y me refiero con ello a motorizaciones de gas, híbridos, eléctricos, volver a insistir en lo de la pila de combustible (hidrógeno), o los combustibles alternativos como el E-85 o el Biodiésel.

    Ahora mismo los fabricantes no son estúpidos -o eso creo- y no van a parar sus múltiples planes de movilidad alternativa a largo plazo. Fabricantes de muy alta alcurnia ya han introducido en sus gamas (o se lo están planteando) motorizaciones alternativas. Ahí tenemos los motores de biocombustible de Bentley, o híbridos enchufables de más de 600 CV de Porsche o McLaren, incluso un Rolls-Royce 100% eléctrico (aún prototipo). La reducción del barril puede ayudarles a vender puntualmente algunas versiones medias o altas, pero no creo que esperen mucho más.

    Ya hemos superado la fase de los experimentos

    De hecho, 2015 es el "año cero" del coche de hidrógeno. El coche eléctrico ya es un modelo de negocio rentable para algunos, como Nissan o Tesla. Las motorizaciones de gas no hacen sino aumentar su oferta y el parque de vehículos convertidos está en auge. Toyota vende más de un millón de híbridos cada año.

    ¿Hace falta que siga? Esto ya no hay quien lo pare.



    Que sí, que el petróleo barato nos excita a todos y nos -ejem- hace más felices. Disfrutémoslo lo que dure, luego volverán a subir los precios y quién sabe, igual no volvemos a 70 dólares por barril por los restos. Esperemos que no se trasladen las consecuencias negativas muy rápido: congestiones viales, más siniestralidad y más episodios de contaminación extrema. De lo que deseo a lo que ocurrirá habrá un buen trecho.

    Eso sí, las consecuencias a nivel macroeconómico se van a notar

    Vamos a ahorrarnos miles de millones de euros en importaciones de petróleo, y eso sin sacar ni una gota de los pozos que se están sondeando en Canarias. Ese dinero no saldrá hacia fuera y los españoles podremos gastárnoslo en cosas mucho más necesarias, o más interesantes. Hasta Hacienda va a notar un aumento de recaudación por la venta de más litros de combustible.

    El consumo de carburantes había llegado a caer recientemente a niveles de 2003, cuando había algunos millones de vehículos menos circulando por las carreteras. No era una situación normal, los precios eran excesivos. Es lo que pasa cuando dependemos de recursos que no son nuestros, de ahí la necesidad de seguir buscando más independencia energética y desligarnos de países que necesitan nuestro dinero para financiar sus cosas.

    Nos gusta el petróleo barato, pero no olvidemos las lecciones del pasado

  2. #2
    ForoParalelo: Miembro Avatar de Jason Newsted
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