Después de semanas sin apenas dormir, en un momento de caos personal, decidí volcar todo lo que llevaba dentro en forma de música. Creé una sesión de trance dividida en dos partes —como dos capítulos de mi vida—. No soy DJ profesional ni tengo equipo, lo hice solo con Virtual DJ, Audacity y mis ganas de contar algo.
La selección no es al azar: cada canción representa una etapa, un recuerdo, una pérdida, un momento de esperanza o dolor. Le puse reverb, toqué la ecualización, normalicé el volumen, subí el pitch un poco... todo buscando que sonara etéreo, nostálgico, como una postal desde un recuerdo lejano.
A pesar de mis errores al mezclar (porque los hay), lo escucho y me reconcilia conmigo mismo. Y me encantaría compartirlo. Quizás alguien ahí fuera también necesite este viaje.
Si os interesa, os paso el enlace. Gracias por leerme, y si has sentido alguna vez que la música era tu única salida… este set es para ti.