Pues guacamole, no se
estamos más preocupados de satisfacer nuestras necesidades que de percibir realmente cuándo se producen
de niños eran frecuente los rugidos de tripas. Saltábamos el desayuno para templar los nervios ante las primeras clases de la mañana. Las asignaturas no nos arredaban. Tampoco los compañeros. Pero sí la sodomización educativa. Bien a gusto hubiera dado una cuchillada en el cuello a más de un educador. A llegar el mediodía tocaba el desquite. Las tripas ya rugían porque a esas tiernas edades el sistema demandaba muchos insumos para construcción de un hombre bien hecho y desecho como tocaba ser.
con el tiempo se olvidaron los rugidos. Porque intelectualizamos el acto de comer dándole sus horas, momentos, sitios y platos. Nunca ha faltado un relleno del estómago de algún modo. Salvo cuando hemos practicado la anorexia más eficaz. La que no tiene que ver con la búsqueda de un aspecto. Ni físico ni mental. Sino con el total volcado de la mente a sus operaciones del alma. A sus dar cera-pulir cera o a sus intentos de generar épicas. Ya sea como teoría o como acto más o menos consolidado. Entonces te das cuenta de que el cronómetro que marca el momento del rugir de tripas permite unos dígitos mucho más grandes de lo que te imaginabas.
es una de las formas en las que la parroquia reconoce a un disidente: ya no opera lo habitual de la vida de la misma forma o manera que el resto.
que no nos paren en nombre de la salud
cuando se tenga que parar, parará sólo.
nada ha hecho tanto daño a la sociedad, aparte de esa mierda llamada budismo proponiendo vaciar la mente de sus contenidos para que el alma pueda ser monádica e indiferenciada de otras, que la búsqueda de esa supuestamente maravillosa salud
el valor de la enfermedad no es el de sí misma. Sino el de operar bajo sus condicionantes. Cualquier milímetro ganado en condiciones duras es una gloria de conquista sobre la Realidad.
la realidad no es nuestra amiga. Nuestros amigos son el miedo, la rabia, la ira, la desesperación, el frío, el calor, la humedad, la soledad, la tristeza, la locura, el hambre, la sed, la melancolía, la frustración, la incoherencia, la prepotencia, la soberbia, la incomodidad, la comodidad extrema, el placer sin límites, el hedonismo, el orgasmo, la carcajada, las agujetas, el estoicismo, la actitud espartana, el sacrificio, el sadismo, el masoquismo...
todo menos el equilibrio forzado para una normalidad impuesta por decreto grupal
pétate bien de guacamole con un buen pimiento habanero para condimentar, para que te guste a la salida tanto como a la entrada. Yo lo hago cuando puedo. Adoro la capsacina.El mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.
Te petas tanto a la salida como a la entrada? Pero eso son cosas de maricas.El mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.
guacapole shur, guacapoleEl mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.
con algunas en mi extremo Sur, tan mariposóna como haga fartaEl mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.
No, significa que tienes ganas de comerte un buen bananoEl mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.
el banano que me como es de látex o de algún compuesto sintético moderno. Lo que tengo ganas de comerme es mi ego mediante el dolor-placer. Poder ser mejor persona con el guiño de una demonia, aunque sea de pago, suministrándonos la penitencia deseada. Porque las religiones actuales ya no te hacen ni confesar los pecados. Son puro placebo.El mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.
Qué picaruelo, usando la metáfora nunca vista del plátano con el miembro viril. También es llamativo que en 2019 sigas usando el ser gay como algo despectivo. Es decir, un cateto retrógrado poco original.El mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.
Virivirivirvirivirí.