Simo Häyhä nació en el pequeño pueblo de Rautjarvi, cerca de la actual frontera finesa con Rusia. Su instrucción militar no fue excepcional, realizo un año de servicio militar como todo finlandés de la época. Antes de la Guerra de Invierno, Simo Häyhä era un hombre de pueblo dedicado a la ganadería y agricultura. Pero tenia un hobby, la caza de donde adquirió la destreza con las armas. El día 30 de Noviembre de 1939 la URSS temerosa de un ataque alemán a Leningrado desde Finlandia, invade dicho país. El ejército finlandés rápidamente mueve ficha y acude a defender su territorio. Entre ellos destaca Simo Häyhä desde un principio por sus dotes de francotirador. Durante el conflicto Simo Häyhä utilizó 2 tipos de armas, un fusil de cazador M28 Pystykorva y un subfusil finlandés Suomi KP/-31. Ambos sin mira telescópica. Además de por su excelente puntería una de las grandes cualidades de Simo Häyhä era su habilidad para camuflarse en el blanco paisaje de Finlandia.
Es importante reseñar que era un hombre muy bajo, no superaba el 1,60 y su ropa de camuflaje era totalmente blanca, incluido el pasamontañas y el camuflaje de su fusil, de forma que era muy difícil distinguirle en la nieve. El hecho de que sus armas no llevasen mira telescópica era debido a que el reflejo del sol en la lente podía revelar su posición.
Además de este, Simo Häyhä tenia otros trucos, como compactar nieve delante suyo para que esta no se moviese fruto del disparo. También se ponía nieve en la boca para evitar el vaho resultante del frío invierno finlandés (recordar que en la guerra de invierno se luchaba a temperaturas que podían llegar has lo -40 ºC). Gracias a todas estas artimañas era muy difícil si no imposible para los sovieticos ver de donde llegaba el disparo a tiempo. Ya que además Simo Häyhä podía acertar un blanco a mas de un kilómetro de distancia.
Las noticias de las hazañas de Simo Häyhä corrían como la pólvora por la población finlandesa y se le ponía como ejemplo para los demás soldados. Multitud de voluntarios quisieron servir en el ejército finlandés como francotiradores para emular a su ídolo. Para los rusos también era muy conocido, se sentían inseguros, a merced del enemigo y muchas veces el pánico de saber que andaba cerca les bloqueaba, por lo que los soviéticos llegaron a realizar operaciones solo con el fin de cazar al héroe finlandés. Contra Simo Häyhä se lanzaron incluso ataques de artillería además de mandar a grupos de francotiradores que en la mayoría de las ocasiones acababan todos muertos a manos del ilustre francotirador. Todos estos esfuerzos fueron en vano ya que este pequeño gran héroe fue capaz de escaquearse de aquellos ataques. Sin embargo ironías del destino poco antes de que finalizase el conflicto una bala perdida impacto en su cara dejándole en coma y marcándole la parte izquierda de su rostro de por vida. Cuando sus compañeros lo rescataron dijeron que "le faltaba media cara". El mismo día que la URSS y Finlandia firmaron la paz Simo Häyhä despertó del coma.
En 100 días que estuvo en combate fue capaz de matar a más de 500 hombres y de herir a más de 200, en Finlandia fue tratado como un gran héroe y tras la 2ª Guerra Mundial se dedicó a la caza y a la cría de perros. Volviendo a algo parecido a su antigua vida. En 1998 confeso que su único secreto para ser un gran francotirador era practicar y respecto a su particular record dijo "Hice lo que se me ordenó lo mejor que pude". Sus últimos días de vida los pasó cerca de su lugar de nacimiento en una aldea. Finalmente, la muerte blanca como era conocido por sus enemigos murió el 1 de Abril de 2002.