Noticia Ernest Urtasun anuncia una revisión de los museos para "superar el marco colonial"

Ernest Urtasun anuncia una revisión de los museos nacionales para "superar el marco colonial"


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El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha ordenado que los 17 museos nacionales que dependen del Gobierno de España revisen sus colecciones y adecúen su programación temporal a un relato que permita "superar un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas que han lastrado la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico".


Urtasun ya había insinuado esa dirección en alguna entrevista pero hoy la ha convertido en política de Estado en su primera comparecencia ante la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados. "Se trata de establecer espacios de diálogo e intercambio que nos permitan superar este marco colonial", dijo el ministro, que recordó que esa revisión del patrimonio cultural es un compromiso rubricado por el Gobierno de España en acuerdos internacionales. Urtasun no aclaró si el Museo del Prado tendrá que cumplir específicamente con ese criterio. En su discurso en el Congreso, como en el de su toma de posesión del cargo, el ministro se refirió elogiosamente a la dirección del Prado. Por su parte, el Museo Reina Sofía ha incoporado explícitamente el discurso de la descolonización desde los últimos años de Manuel Borja-Villel en su dirección, no como una revisión de su legado, sino como un hilo narrativo. Manuel Segade, el actual director, ha hecho suyo ese argumento.

Un directivo de un museo nacional explicó a EL MUNDO tras la comparecencia de Urtasun que no le consta que el Gobierno haya dado aún instrucciones descolonizadoras en su institución. En su opinión, las palabras del ministro están centradas en el caso del Museo de América de Madrid y del tesoro de los Quimbayas, una colección de piezas precolombinas que la República de Colombia regaló a la regenta María Cristina para agradecer su mediación en un conflicto territorial con Venezuela. Colombia ha solicitado después el regreso del tesoro, pero el uso de las palabras expolio colonial no parece riguroso, igual que la comparación con el Congo Belga que hizo Urtasun en una entrevista. España, en realidad, nunca tuvo colonias sino virreinatos.


Urtasun ha anunciado también la creación de una Dirección General de Derechos Culturales que desarrollará un plan que haga cumplir sus políticas culturales a medio plazo (Urtasun habló de «una década»). Los ejes de ese programa serán la adopción de una "postura firme para combatir cualquier forma de censura", la igualdad y el acceso equitativo a la cultura, la interconexión entre las políticas educativas y la vertebración territorial con un sentido de redistribución, la aplicación de la Agenda 2030 y la valoración del cumplimiento de sus criterios.


"Se trata por lo tanto de desarrollar acciones concretas y medidas específicas que generen las mejores condiciones posibles para que los proyectos culturales puedan desarrollarse y para que la ciudadanía pueda disfrutar de una vida cultural plena, cuyo ejercicio no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa", explicaba Urtasun. Sus palabras tenían un sentido de denuncia: "La creación y producción cultural sufre un momento histórico de cambio en el que la censura y la injerencia política ganan terreno en la gestión cultural pública. Esta Dirección acompañará a cualquier creador, autor o colectivo cuya actividad haya sido borrada o censurada del espacio público".


La mención de esa función fiscalizadora hace pensar en que la nueva dirección se dedicará a la acción ideológica, más que ejecutiva, y así lo interpretaron los diputados de la oposición que dieron la réplica a Urtasun. Sol Cruz Guzmán, del PP, le pedía al ministro que «dejara a un lado la ideología». El representante de VOX, Joaquín Robles, lo ha llamado «ministro de agitación y propaganda».


Urtasun ha prometido terminar las nuevas leyes del cine y del patrimonio y ha anunciando mejoras fiscales para el mecenazgo cultural. Su equipo aplicará los compromisos de eficiencia medioambiental a las políticas culturales y actualizará los libros de buenas prácticas de las instituciones culturales.


La prioridad del ministro, según su discurso, será extender y democratizar el acceso a la cultura y a la creación cultural,. Urtasun ha hablado del medio rural, de los barrios desfavorecidos y de garantizar el derecho a la creación de las mujeres y los colectivos LGTBI y ha insistido en el Bono Cultural como una manera de llevar la cultura a los jóvenes. Ha prometido también, como siempre hace, de defender la diversidad de los idiomas de España. Además de fomentar la producción de la cultura en las lenguas cooficiales del Estado, Urtasun se ha referido a los idiomas asturiano y aragonés y ha anunciado que dedicará un trato preferente a sus academias.
El ministro también aludió al desarrollo del Estatuto del Artista, un proyecto de largo plazo que el antecesor de Urtasun, Miquel Iceta, presentó en la última legislatura pero que aún está inacabado. La dirección del Gobierno, en este caso, es la de insistir en la «excepcionalidad cultural» a la francesa que refuerza los derechos de los trabajadores de las industrias culturales, tradicionalmente expuestos a la temporalidad.


El Ministerio, además, favorecerá a los laboratorios de «creación y reflexión» como medios de producción. El Centro Tabacalera fue el caso que Urtasun proponía como ejemplar. Al renovado INAEM se ha referido más o menos superficialmente. En cambio, el ministro se ha extendido en la defensa de la cultura como herramienta en favor de la paz mundial.
Todo eso tiene un coste. Urtasun explicó que la cultura absorbe el 0,7 de las inversiones públicas y pero que ese porcentaje crecerá hasta el 1%.


¿Y las formas? Vertebración, impugnación, inclusión, periferias, privilegios, colonialismo, Gaza, diversidad, excepcionalidad, laboratorios, accesibilidad, redistribución, liberalismo cancelador, accesibilidad... El discurso de Ernest Urtasun podría ser un glosario de toda la discusión política de izquierdas durante la última década y media. Urtasun hizo citas a Marina Garcés, a Katixa Agirre, a Irene Solà, a Sofía Castañón, a Andrea Abreu, al nobel de Economía Amartya Sen y, finalmente, a Jorge Semprún, que ya ha aparecido nombrado en algún discurso suyo. Sería bonito hablar con Urtasun sobre los libros de Federico Sánchez.