"Y la ubicuidad regular pasta los pastos del universo, procesando esa omnipresencia en rangos de civilización (o monumentos), completamente inconsciente de que está reduciendo su espacio vital. De esta manera, el ser general del mundo se debilita y así viaja hacia la Meta que lo "aniquilará" consigo mismo. Cuanto más rápido construimos, más rápido ejecutamos, por lo que "desapareceremos" antes en la Nueva Intención Futura."
Los pacifistas que apelan a la civilización como cura contra la guerra, no ven que es la misma civilización, la misma infraestructura, las mismas estatuas y monumentos, los que al final acaban provocando la (siguiente) guerra. Y por tanto, si más de prisa y con más ganas construyes casas e intentas hacer 'labores pacificas' o (supuestamente) 'pacificantes', más de prisa y con más intensidad se encuentra la guerra en sí.
La guerra es un producto de la paz, de la misma manera que el objetivo de la guerra es la paz.
Pondré un ejemplo histórico, que como tal es irrelevante, el siglo XX:
El hecho de que el mundo esté inmerso en la prosperidad del petróleo barato y la productividad de un entorno industrial, no pone fin a las guerras pese a su orgullosa prosperidad, sino que produce un sustrato para que germinen otras guerras que eclosionan irremisiblemente debido a la misma prosperidad. El conflicto es inevitable, aunque la dirección aparentemente sea una paz perpetua. Muchas guerras se acaban gestando en los momentos de prosperidad pacíficos, cuando se producen totas las bases necesarias para la aparición de la guerra como fenómeno; los momentos críticos.
¿Pero cómo es posible que, con prosperidad sin precedentes en la historia, con un bienestar popular indiscutible y un ambiente de felicidad material, pueda producirse una guerra? Hay ejemplos de esto desde Sumeria, la primera civilización urbana de la historia, y ha llovido desde entonces... La metahistoria engloba a la historia, la determina, la explica. Por eso está de más poner ejemplos concretos, como no es necesario ponerse a buscar naranjas en medio de una arboleda de naranjos; aunque no sea época de cosecha, existe la certeza de que los naranjos producen naranjas.
Es atemporal [que exista quienes quieran] querer enterrar al vecino para quedarse con su ganado de ovejas, su casa, su huerto; pese al riesgo de que al intentar hacerlo, puede ser uno mismo el enterrado, consumido por la guerra que uno mismo engendró. No hay una 'calma' debido a la civilización, no se atempera nada, al contrario, la civilización alimenta la guerra.
Las prosperidades sin precedentes no han extinguido las guerras por siempre, sino que han creado una miríada de guerras con escalas a juego con las prosperidades. Cuando la tecnología que se generaba superaba a la ciencia ficción de pocas décadas atrás: los vuelos de los hermanos Wright fueron precedidos tanto por literatura futurista que lo vaticinaba como por burlas de la sociedad de la época, ¿puso fin a las guerras? El precedente de la 1a guerra mundial se recuerda como la Belle Époque.