Cito a los paralelienses que mostraron interés en los hilos anteriores: @eIetrick @Andromeda @Meretriz @Usuariopromedio @Tercio_de_Madrid @Gable @Käiser
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PadreJerome
Hilos anteriores:
III Pinceladas de historia de España: obesidad, sexo y un collar de perlas
II Pinceladas de historia de España: un sansón, el Papa y el rey
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En el hilo de hoy vamos a dar un gran salto en la historia. En el anterior nos quedamos con Carlos V y sus amoríos de juventud, hoy vamos a ir a las fechas cercanas a su muerte y luego casi al presente.
Carlos tuvo dos nombres, Carlos V como emperador de Austria de la casa Habsburgo y Carlos I como rey de España, nació en Gante y en su infancia estuvo bajo la influencia del Sacro Imperio Romano Germánico. Esta dualidad y nexo de unión entre las futuras España y Alemania tendrá su importancia en esta historia.
Pila bautismal de Carlos V en Gante
El rey Carlos, ya cansado de la gestión del imperio y con la gota haciéndole sufrir, buscó un lugar retirado para recuperarse de la enfermedad y dió con un pequeño monasterio en un lugar recóndito, llamado Cuacos de Yuste, en la comarca de la Vera. Se hizo construir un pequeño palacio anexo y allí lejos de todo y todos, pasó sus últimos días de vida y expiró el 21 de septiembre de 1558.
Monasterio de Yuste
Siempre fue el deseo del emperador Carlos que sus restos descansasen donde falleció, aunque en 1573 Felipe II trasladó los restos de Carlos V de Cuacos de Yuste al Panteón de Reyes del monasterio de El Escorial, donde están actualmente.
Aquí reposa actualmente Carlos V
En 1975 la Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge (organismo encargado de velar por los cementerios de guerra alemanes), decidió reunir en un único lugar los cuerpos de los soldados alemanes repartidos por España. Y buscó un lugar que uniera de forma especial a España y Alemania y el lugar elegido fue donde murió Carlos V.
Ese mismo año se compró un terreno cercano al monasterio de Yuste, en el que finalmente se establecería el cementerio militar alemán y en junio de 1980 comenzaron las obras del cementerio.
Gabriele Marianne Poppelreuter, una joven empleada de la embajada alemana en España inició la búsqueda de las tumbas de todos los soldados alemanes que se hallaban distribuidas por el país con el fin de trasladarlos al futuro cementerio. Tardó tres años en dar por finalizado su trabajo –recorriendo más de 15.000 kilómetros para ello–. Los restos de los militares fueron introducidos en urnas precintadas y rotuladas que fueron almacenadas en una sala del palacio del monasterio hasta la finalización de las obras.
El cementerio se inauguró el 1 de junio de 1983 con una misa oficiada conjuntamente por un sacerdote protestante y el abad del monasterio de Yuste.
Se preparó para 186 tumbas iguales con una cruz en granito oscuro, pero al final sólo 180 está ocupadas y de esas hay veinticinco que no guardan cuerpo alguno, debido a que los mismos habían sido depositados en osarios comunes o se desconoce su destino. Son las cruces que llevan la inscripción In memoriam. Tanto en unas como en otras tan solo aparece el nombre del fallecido, su ocupación en el momento de la muerte y la fecha de nacimiento y defunción, sin diferenciar rangos militares. Además, los soldados están agrupados con los de su mismo cuerpo de servicio y guerra en la que tomaron parte. También se colocaron ocho cruces pertenecientes a soldados cuya filiación se desconocía y en las que puede leerse la frase “Ein Unbekannter Deutscher Soldat” (Un soldado alemán desconocido).
Una placa en la entrada del recinto explica su origen, señalando que los soldados “pertenecieron a tripulaciones de aviones, submarinos y otros navíos de la Armada hundidos. Algunos de ellos murieron en hospitales”. “Sus tumbas estaban repartidas por toda España, allí donde el mar los arrojó a tierra, donde cayeron sus aviones o donde murieron”.
Muchos de ellos son tripulantes de submarinos: 38 fallecidos en el hundimiento del U-77, cinco pertenecientes al U-966, un tripulante del U-760, otro del U-454, uno del U-447, cinco del U-755, uno del U-955 y uno del U-39 de la IGM, cuyos cuerpos llegaron a las costas españolas.
Tripulación del U77
Hay también numerosos pilotos y tripulantes de la Luftwaffe y soldados fallecidos por accidente o causas naturales. Por ejemplo, en 1944 muchos militares alemanes que se encontraban en Francia se refugiaron en España, donde fueron confinados en diferentes lugares, entre ellos el balneario de Sobrón, en la provincia de Álava. Allí perecieron Walter Dunker (por una embolia) y Johann Mungenast (debido a un fallo cardiaco provocado por una insuficiencia valvular, agravada por un corte de digestión mientras se bañaba en el río Ebro). Karl Schukalla, que pertenecía al sumergible U-39, se vio obligado a buscar refugio en Cartagena el 18 de mayo de 1918 tras haber sido atacado por aviones aliados. Schukalla murió en esa misma ciudad el 11 de noviembre a los 29 años.
En Vilagarcía de Arousa estaban enterrados Arnold Buge y Georg Duborg, fallecidos de gripe española en un barco en octubre de 1918. Otros soldados de la I Guerra Mundial recibieron sepultura en Zaragoza, Las Palmas, Madrid y Alcalá de Henares.
Cada año, el segundo domingo de noviembre, la Comisión de Cementerios de Guerra Alemanes organiza el Día de Luto Nacional (Volkstrauertag), en el cual se recuerda a todos estos soldados fallecidos dentro y fuera de sus fronteras, así como a los que en la actualidad se encuentran en misiones de paz o humanitarias.
Inauguración del cementerio
Solo me queda hacer unas reflexiones finales.
Si podéis visitarlo seguramente os pase como a mí, veréis con asombro y tristeza lo jóvenes que eran los soldados y lo pronto que encontraron la muerte.
En el año 2019 rompieron 9 cruces y pintaron "ni nazis con honores, ni antifascistas en cunetas", sé que no me leerán los autores de esa “hazaña”, pero esos jóvenes que están enterrados perdieron la vida en una guerra, algunos por sus ideales, otros obligados, pero, en cualquier caso, se merecen el descanso y el respeto de los caídos en batalla. La bajeza de los actos de estos vándalos les ubica en lo más ruin de la especie humana.
Espero que os haya gustado y hasta la próxima.