La Guerra Ruso-Finesa entre la Unión Soviética y Finlandia marcó un giro decisivo en la futura Historia de Europa. El comunismo reforzaba su alianza con el nacionalsocialismo y atacaba a las democracias limítrofes de sus fronteras. Finlandia, último baluarte de Occidente ante al Ejército Rojo, protagonizaría una de las defensas nacionales más épicas de la Segunda Guerra Mundial.
Causas
Cuando se firmó el Pacto de No Agresión Germano-Soviético, el tratado incluía beneficios para la Unión Soviética en Finlandia. Tras la victoriosa campaña de Polonia en Septiembre de 1939, Iósif Stalin estaba decidido a apoderarse de los territorios prometidos en Finlandia, pues tenía el consentimiento de Alemania e Inglaterra estaba ocupada en el Frente de Europa Occidental. A pesar de que a la URSS se le podían echar todas las potencias encima, estaba dispuesta a correr ese riesgo atacando Finlandia.
Finlandia era un territorio lleno de lagos, bosques y estepas nevadas, lugar inhóspito habitado en su mayor parte por suomis y lapones de origen mongol, pero tambien una gran cantidad de suecos y daneses. Desde 1808 coincidiendo con las Guerras Napoleónicas, Finlandia fue anexionada al Imperio Ruso. A partir de ese momento sus habitantes pasarían a estar bajo la tutela rusa, siempre con ansias de independencia que resquebrajarían la convivencia entre estas dos comunidades.
Stalin desde tiempos muy remotos, por experiencia en vida, odiaba a Finlandia. Durante la Revolución Bolchevique, Vladimir Lenin lanzó la oferta de referéndum para las minorías en la URSS que quisieran independizarse. Stalin como Comisario de las Nacionalidades llevó a cabo este proyecto, en el cual Finlandia obtuvo la independencia. El problema es que no surgió un poder bolchevique en Finlandia, sino nacionalista, por lo que los soviéticos reinvadieron el país en 1918, siendo derrotados humillantemente por el general Carl Emil Gustav Von Mannerheim que organizó una guerrilla partisana impecable. Aquel período fue conocido como la Guerra Civil Finlandesa, ya que al mismo tiempo estalló una revolución bolchevique que también fue aplastada violentamente. A causa de estas dos razones, Stalin siempre juró venganza a Finlandia y en 1939 decidió a llevarla a cabo.
Antes de evitar un conflicto ruso-finés, Stalin quería conseguir los territorios bajo la amenaza. Con ayuda de su Ministro de Asuntos Exteriores, Vyacheslav Molotov, ofreció un acuerdo al Ministro de Asuntos Exteriores finés, Conde Aarno Yrjö-Koskinen. La Unión Soviética pretendía que Finlandia aportara las base de Hanko, todas las islas exteriores del Golfo de Finlandia y alargar la frontera rusa 65 kilómetros más al Norte por el Istmo de Carelia; a cambio Stalin cedería en la Carelia soviética unos territorios, el doble de los pedidos a su país vecino.
Los finlandeses al recibir la propuesta no se fiaron de los rusos, ya que siempre solían mentir en negociaciones con países indefensos. La carta fue rechazada rotundamente. A comienzos de Noviembre de 1939 las negociaciones entre la Unión Soviética y Finlandia se pusieron tensas. Tras varios días de deliberaciones, Stalin quiso llegar a un amistoso compromiso que los finlandeses rechazaron otra vez. Stalin cansado lanzó su última oferta ofreciendo la compra de las bases de Hanko, Tanner y Paasikivi, pero no obtuvieron respuesta por parte finlandesa.
Con la mecha a punto de estallar, tuvo lugar el Incidente de Mainila el 26 de Noviembre, en el cual los rusos acusaron a los finlandeses de asaltar la frontera tras hacer un montaje con varios muertos de por medio, algo que evidentemente fue mentira. Finalmente el 29 de Noviembre de 1939 la Unión Soviética y Finlandia rompieron relaciones diplomáticas, ambos se prepararon para la guerra.
Ejército Rojo
Para invadir Finlandia la Unión Soviética contaba con 4 ejércitos repartidos por toda la frontera finesa desde el Océano Glacial Ártico hasta el Golfo de Finlandia. El mando del Ejércto Rojo recayó sobre el mariscal Semyón Timoshenko. La distribuición elegida por este se desarrolló de la siguiente manera: los VII y XIII Ejércitos frente al Istmo de Carelia; el X Ejército alrededor del Lago Ladoga; y el IV Ejército frente a Laponia en la Península de Kola.
Númericamente las tropas ascendían a 500.000 hombres y el material a 2.000 tanques, 600 aviones y 150 navíos.
Aunque las fuerzas del Ejército Rojo eran muy superiores a los finlandesas, los soviéticos tenían peores mandos y muy mala estratégia, debido en parte a las purgas iniciadas por Stalin en 1937. Eso les costaría muy caro.
Ejército Rojo:
VII Ejército
·19 Cuerpo: 24ª División de Fusileros, 43ª División de Fusileros, 70ª División de Fusileros y 123ª División de Fusileros
·50 Cuerpo: 49ª División de Fusileros, 90ª División de Fusileros y 142ª División de Fusileros
VIII Ejército
·Independientes: 75ª División de Fusileros y 139ª División de Fusileros
IX Ejército
·49 Cuerpo Especial de Fusileros: 44ª División de Fusileros y 163ª División de Fusileros
XIV Ejército
·Independientes: 52ª División de Fusileros y 54ª División de Fusileros
Fuerzas:
Soldados = 1.500.000
Cañones = 900
Tanques = 1.200
Aviones = 700
Navíos = 175 (4 acorazados, 10 cruceros, 43 destructores, 18 torpederos y 100 submarinos)
Ejército Finlandés
El Ejército Finlandés estaba comandado por el veterano mariscal Carl Gustaf Emil Von Mannerheim. Pocos hombres habían sido movilizados para la defensa nacional debido al corto espacio de tiempo, pero incluso así eran suficientes para mantener una férrea resistencia durante meses. Las fuerzas se componían de 215.000 soldados, 212 piezas de artillería Bófors, 59 tanques (Renault y Vickers E) y 113 aviones.
En el Istmo de Carelia se concentraron prácticamente los mejores hombres del ejército, unos 120.000 del total. En esa zona se hizo la Línea Mannerheim compuesta por trincheras y búnkers sobre paisajes helados que ofrecían un punto perfecto para contener ataques. Los tanques, cañones y aviones finlandeses eran muy pocos, pero nada más acercarse el conflicto las industrias empezaron a ponerse en marcha. Toda el plan defensivo se basaba fundamentalmente en una guerra de guerrillas por el mundo congelado finés, conocido a la perfección por sus habitantes y esquiadores. Su mejor muro protector era la naturaleza al estar compuestas sus fronteras por 70.000 lagos, bosques y capas de hielo que impedían el paso de vehículos enemigos. Finlandia no estaba dispuesta a ceder.
La distribución finesa se realizó de la siguiente manera: El Ejército del Istmo protegería el paso de Carelia con dos cuerpos con seis divisiones y una brigada de caballería; el IV Cuerpo defendería el Lago Ladoga con dos divisiones y tres batallones, uno de ellos ciclista; y el Grupo Laponia se atrincheraría en la misma Laponia con la Guardia Blanca y la Guardia Fronteriza, además de voluntarios suecos.
Suecia fue el país que ligado a su pasado histórico con Finlandia, se vió obligado a ir en ayuda de esta. La nación sueca envió a 8.000 soldados del Cuerpo Voluntario Sueco del general Ernst Linder y la 19ª Flotilla Aérea con 20 aviones y sus pilotos.
Otros países participarían del lado de Finlandia en la campaña. Dinamarca envió una ayuda de 1.010 soldados con el Cuerpo Expedicionario Danés y Noruega otra de 752. Hungría cedió el Destacamento Voluntario Húngaro con 350 hombres, mientras que 372 rusos anticomunistas se unieron a la lucha a favor de los finlandeses. Gran Bretaña organizó el Cuerpo Voluntario Británico con 340 soldados. Otros voluntarios de países bálticos, Holanda, Bélgica, Italia, Estados Unidos, Canadá, España, Portugal, etcétera, se organizarían en el Batallón Sisu. De los finlandeses residentes en el extranjero se presentaron 346 para apoyar la causa de la defensa de su país.
Ejército Finlandés:
Ejército del Istmo
·II Cuerpo: 4ª División de Infantería, 5ª División de Infantería, 11ª División de Infantería y 5ª Brigada de Caballería
·III Cuerpo: 8ª División de Infantería y 10ª División de Infantería
·Reserva: 1ª División de Infantería
IV Cuerpo
·Independientes: 12ª División de Infantería y 13ª División de Infantería, 8th Batallón, 9th Batallón y Batallón Ciclista
Grupo de Laponia
·Guardia Blanca
·Guardia Fronteriza
Voluntarios Internacionales:
Cuerpo Voluntario Sueco
Cuerpo Expedicionario Danés
Cuerpo Voluntario Británico
Unidad de Voluntarios Noruegos
Destacamento Voluntario Húngaro
Batallón Extranjero Sisu
Fuerzas:
Soldados = 225.000 (130.000 fineses, 8.000 suecos, 1.000 daneses, 750 noruegos, 350 húngaros y 340 británicos)
Cañones = 100
Tanques = 32
Aviones = 133 (113 fineses y 20 suecos)
Navíos = 6 (4 cañoneros, 2 torpederos y 4 submarinos)
La Guerra de Invierno
A las 6:50 de la mañana del 30 de Noviembre de 1939 el Ejército Rojo de la Unión Soviética abrió un denso fuego de artillería contra el territorio finlandés, al mismo tiempo que toda la frontera finlandesa fue traspasada desde la Península de Kola hasta el Istmo de Carelia en un frente de 1.537 kilómetros. Cerca de las 9:00 horas la ciudad de Viipuri fue bombardeada por la aviación soviética, seguida a las 9:20 horas por la capital de Heilsinki en la que causaron daños, más el bombardeo posterior de 16 ciudades finlandesas más. El avance principal soviético se produjo contra la Línea Mannerheim en el Istmo de Carelia con el VII Ejército y en el Lago Onega con el VIII Ejército. Aquel primer día de invasión varios kilómetros fronterizos fueron arrebatados.
Como consecuencia del ataque soviético, el Gobierno en Heilsinki se trasladó a Terijoki para intentar alejarse del frente. El Presidente Risto Ryti, formó el 1 de Diciembre un Gobierno de Salvación Nacional, que nombró como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas a Mannerheim para hacer frente a la invasión. Todos los grupos parlamentarios se unieron para hacer frente al Stalin, incluido el Arvo Tuominen, el líder del Partido Comunista Finés, que declinó honorablemente la propuesta de Stalin de convertirse en Presidente de Finlandia una vez acabase la guerra. Stalin furioso por la traición de los comunistas fineses dentro de Finlandia, se apoyó en los bolcheviques fineses residentes en la URSS y proclamó como único Gobierno legítimo al de Otto Vilhem Kuusinen, jefe del nuevo Partido Comunista Finés que se estableció en las pocas zonas ocupadas como alternativa política.
La estrategia finesa fue bien sencilla. Como eran inferiores en todo optaron por combatir en los bosques de Carlelia practicando en los campos la tierra quemada, algo que mató de hambre a los rusos en pleno invierno. Luego llegaron las acciones de guerrilla nocturna, en las que los fineses rodeaban al enemigo con esquís y los destrozaban. Pero la mejor fue la “táctica Motti”, consistente en resistir frontalmente a las columnas soviéticas, para luego lanzarse por los flancos en grupos pequeños, dividirlas y destruirlas una a una, así cuando llegaban los refuerzos rusos los finlandeses ya se habían ocultado en los bosques y no los tocaban. También nació el Cóctel Molotov, en honor irónico al Ministro soviético, botella de gasolina con trapo inventada por los fineses que lanzaban contra los tanques rusos, llegando a destruir centenares de carros con esta idea.
Al enterarse el mundo del ataque de la Unión Soviética a Finlandia causó una profunda polémica internacional. Gran Bretaña, Francia, Noruega, Suecia y Dinamarca condenaron el ataque rotundamente, sin embargo Alemania apoyó a la Unión Soviética declarándose a su favor por la alianza que mantenía Adolf Hitler. Tanto Gran Bretaña como Francia optaron por enviar ayuda militar y material a Finlandia, pero Suecia y Noruega se lo impidieron, por lo que se decidió finalmente aportar varios aviones para su defensa local y aérea.
Al empezar Diciembre el avance soviético sólo había logrado progresos en el área de Maanselka y la captura de la ciudad de Pétsamo en la Península de Kola, gracias a la ayuda del importante puerto ruso de Múrmansk. En el resto de los frentes la situación soviética era un caos, los soldados avanzaban a paso de tortuga por inmensos bosques nevados y valles helados, apenas era imposible la movilidad y los finlandeses disparaban desde cualquier lugar como un enemigo invisible. La moral en las tropas soviéticas empezó a descender y muchos optaron por desertar, además el congelante frío finlandés no ayudaba a los soldados rusos que enfermaban constantemente. Stalin al no haber sido un poco más paciente en las negociaciones lo pagó caro, aunque las verdaderas víctimas de aquello fueron las tropas rusas que murieron en la nieve.
El 6 de Diciembre de 1941, Chile, Perú, Paraguay y Bolivia en Sudamérica condenaron el ataque soviético a Finlandia y protestaron ante la Sociedad de Naciones donde pidieron la expulsión de la Unión Soviética. Además la URSS de haberse metido en una carnicería de sus hombres, también se buscó la enemistad internacional. Se decidió convocar incluso una votación para expulsar a la URSS de la Sociedad de Naciones, la primera vez en la Historia de este organismo internacional que se hacía algo así.
El VIII Ejército entró en la ciudad de Tohmajäriv el 8 de Diciembre de 1939, una vez que estuvieron los rusos en el centro urbano, varios grupos de finlandeses armados desde el exterior lanzaron diversos contraataques. Los rusos asustados no pudieron reaccionar y se retiraron sufriendo 5.000 muertos.
La táctica que habían adoptado los finlandeses por orden del mariscal Carl Gustaf Emil Von Mannerheim era la guerrilla que funcionaba a la perfección. Una unidad que participaba en todas las acciones guerrilleras eran los Sissit, se trataba de soldados finlandeses camuflados en la nieve de blanco que portaban esquís y trineos para desplazarse muy rápidamente por paisajes donde las temperaturas alcazaban -40ºC.
Finalmente el 14 de Diciembre de 1939, la Unión Soviética fue expulsada de la Sociedad de Naciones como sanción por el ataque a Finlandia. Al llegar el 22 de Diciembre, Argentina, México, Perú, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Haití aprobaron un envío de ayuda a Finlandia para luchar contra el avance soviético. La Italia Fascista de Benito Mussolini para solidarizarse regaló 35 aviones G.50 a los fineses, 94.500 fusiles y destinó un pequeño puñado de tropas italianas, aunque estas nunca llegaron a desplegarse.
Muy diferente fue la ayuda de Alemania a la Unión Soviética. Los alemanes suministraron al Ejército Rojo armas, municiones y avituallamiento. Hitler con motivo de felicitar a Stalin por su ataque a Finlandia envió un telegrama diciendo: “por un feliz mañana del pueblo de una Unión Soviética amiga”.
Un enorme revés ruso tuvo lugar el 22 Diciembre cuando el Ejército Rojo fue emboscado en la aldea de Agaläjärvi, obligándole a retirarse con 2.600 bajas, entre 2.000 muertos y 600 prisioneros. Al día siguiente, 23 de Diciembre, al ver los finlandeses que las fuerzas rusas estaban muy debilitadas se lanzaron a la ofensiva en el Istmo de Carelia, los fineses entonces fueron detenidos en las trincheras rusas, pero incluso así consiguieron que los rusos se pusieran en retirada. El día 26, varias unidades soviéticas fueron retiradas del frente, ya que por aquel entonces el Ejército Rojo había sufrido un número muy elevado de bajas y apenas podía sostener más la situación.
Sobre la zona del Lago Onega ocurrió el mayor desastre que podían sufrir los rusos entre el 30 de Diciembre de 1939 y el 8 de Enero de 1940, cuando el Ejército Rojo se internó por la carretera de Suömussalmi hacia Oulu, sin saber que a su espalda la carretera había sido cortada. Los Cuerpos de Defensa y reservistas finlandeses, liderados por el comandante Hjalmar Siilasvuo, lanzaron una incursión sorpresa en la carretera cerca del Lago Onega y sus bosques, tan contundente, que destruyó a la 163ª División Soviética en Tolvajari. Mientras que en pleno valle nevado, la 44ª División Soviética fue emboscada y rodeada Suömussalmi hasta su posterior destrucción. Aquel suceso conocido como la Batalla de Suömussalmi, fue la mayor derrota militar soviética ante Finlandia, pues con sólo 800 muertos fineses, dos divisiones rusas fueron destruidas con la elevada pérdida de 23.000 hombres, 43 tanques, 100 cañones, 260 camiones y 1.170 caballos. Aquel desastre ruso en Suömassalmi suspendió las operaciones del Ejército Rojo en todos los frentes y elevó la moral finesa al mismo tiempo que la URSS quedó como la gran humillada internacionalmente ante su pésimo papel.
Al empezar el nuevo año 1940 el Ejército Rojo estudió la situación de arriba a abajo. En esos instantes las tropas rusas morían sin remedio frente a la Línea Mannerheim en el Istmo de Carelia por culpa de los búnkers y partisanos finlandeses. Tampoco en el aire las cosas iban mejor, ya que hasta los aviones voluntarios suecos lograron una superioridad en el cielo derribando más aparatos rusos que pérdidas propias como el encuentro sobre el Lago Märkäjärvi. El mariscal Timoshenko estuvo de acuerdo en que la táctica a seguir consistía en dejar de lanzar masas de hombres a la muerte inútilmente y bombardear con un mando efectivo de artillería las posiciones finesas para luego rebasarlas. En aquellos momentos no contaban con fuerzas suficientes para una operación así, por lo que se decidió esperar tiempo y mientras tanto seguir lanzando los asaltos convencionales.
El 1 de Febrero de 1940 amaneció con una inmensa lluvia de proyectiles de artillería contra las posiciones finlandesas. En pocas horas casi todos los búnkers de la Línea Mannerheim fueron destruidos, los finlandeses apenas pudieron usar las contrabaterías debido al corto alcance de sus cañones. El Ejército Rojo empezó a escalar a través de la Línea Mannerheim sin precipitarse, sino que poco a poco eliminando los emplazamientos fineses hasta ser rebasados por los cañones y la aviación. La misma táctica se empleó durante dos semanas desgastando a los finlandeses, finalmente el 17 de Febrero la Línea Mannerheim cayó y los soviéticos la conquistaron triunfantes.
Tras la caída de la Línea Mannerheim los finlandeses se retiraron a una segunda línea de defensa en el Istmo de Carelia donde aguantaron la embestida soviética durante días. En la zona de Laponia el 25 de Febrero se produjo una batalla en el Lago Inari que costó muchas bajas a ambos bandos, logrando al fin los finlandeses imponerse, aunque gracias en parte a los voluntarios del Cuerpo Voluntario Sueco. Al fin, el 27 de Febrero la segunda línea defensiva en el Istmo de Carelia cayó en manos rusas y los finlandeses se retiraron desorganizados hacia el interior de su país.
iipuri, puerto en el Golfo de Finlandia, fue conquistado por el Ejército Rojo el 2 de Marzo de 1940. Dos días más tarde, el 4, tomaron la ciudad de Vilajoki.
Para el 13 de Marzo la suerte volvió a sonreír a los finlandeses con un encuentro en Kollaa. Esta batalla acabó con una victoria finesa que provocó 8.000 bajas a los soviéticos.
A partir de instante con una victoria soviética sobre Viipuri y otra finesa sobre Kolla, la Unión Soviética se lo pensó mejor y ofreció la paz a Finlandia. Heilsinki también empezó poco a poco a negociar.
Una última gran acción finlandesa, antes de que se llegara a un acuerdo de alto el fuego, fue la impresionante victoria finesa cazas de la fuerza aérea derribaron a 120 aviones soviéticos, por sólo 12 aparatos propios.
Temiendo una guerra con Reino Unido, Francia, Suecia y Noruega, que habían empezado a movilizar parte de sus fuerzas armadas de cara al conflicto en Finlandia, Stalin comprendió que no podría conquistar el país a tiempo, antes de que le declarasen la guerra, por lo que se vio obligado a optar por la paz.
El 13 de Marzo de 1940, Finlandia firmó la paz con la Unión Soviética en el Tratado Ruso-Finés tras 105 días de combates.
Consecuencias
El Tratado Ruso-Finés de paz declaraba a la Unión Soviética como potencia vencedora de la llamada Guerra de Invierno. Finlandia concedió a la URSS unos 35 kilómetros cuadrados del territorio de Carelia con las ciudades de Viipuri, Käkisalmi y Sortavala, la provincia de Salla, la zona de Lapland, las islas bálticas de Suusaari y la parte occidental de la isla ártica de Kalastajasaarento, también la Península de Hanko estaría ocupada por tropas soviéticas en un plazo de 30 años. Por último Finlandia tenía que pagar las reparaciones de guerra en ferrocarriles y daños materiales. Una de las curiosidades es que los rusos se quedaron la ciudad de Enso de casualidad, ya que al discutir Stalin con el diplomático este rozó el punto de esa localidad con el dedo, entonces el emisario por miedo al líder comunista, bordeó con el lápiz el mapa.
Pero la mayor consecuencia de la Guerra Ruso-Finesa fue sin duda la muestra de debilidad soviética que derivaría en la Operación Barbarroja en 1941, la invasión por parte del Eje ala URSS. En este nuevo conflicto estaría incluida otra vez Finlandia en la llamada Guerra de Continuación, de la que saldría un resultado de empate, el cual permitiría a los fineses salvarse de ser la única nación de Europa Oriental sin comunismo.
Finlandia tuvo en el Guerra de Invierno 21.396 muertos, 43.557 heridos, 1.434 desaparecidos y 3.100 prisioneros de guerra. Las fuerzas aéreas sufrieron la pérdida de 62 aviones .
La Unión Soviética tuvo las elevadas pérdidas de 200.000 muertos, 600.000 heridos y 1.000 prisioneros de guerra. La fuerza aérea soviética perdió 684 aviones y las unidades blindadas 1.000 tanques.
Suecia sufrió 33 muertos en la ayuda que prestó a Finlandia del Cuerpo Voluntario Sueco.
Reino Unido sólo tuvo 1 muerto dentro del Cuerpo Voluntario Británico.