Voy a ir poniendo extractos y comentarios sobre las guerras cantabras aportados por los autores Joaquin Gonzalez Echegaray, Jose Luis Ramirez Sadaba y Eduardo Peralta Labrador en un libro editado por la Fundacion Marcelino Botin de Historia y Documentos de las guerras cantabras editado en 1999, y donde se recogen los sorprendentes hallazgos de castros y campamentos romanos que Eduardo Peralta Labrador hizo en el 1996 y 1997.

La guerra cantabrica, 29 al 19 a.c., contra los cantabros y astures, pese a su innegable huella en las fuentes literarias greco-latinas, según G. Echegaray, no se le ha dado la importancia suficiente en la historiografia posterior, que la considera un evento de segunda clase en la historia de la Roma Imperial.

Esto se debe a que su mas completa y valiosa narración no ha llegado a nosotros, es la monumental obra de Tito Livio “ Ab Urbe conditia”, en la que a partir del libro 135 se narra con extensión las guerras cantabras pero que se perdieron, solo conservandose los 45 primeros volúmenes.

Lo que conocemos de las gueras cantabras son de narradores que tuvieron acceso a estos volúmenes. Tambien se perdió la autobiografía de Augusto,donde hubiesemos podido ver la importancia que le concedio a esta batalla.

Tito Livio fue el historiador oficial de Augusto, y la guera cantabrica fue el principal y más costoso triunfo de este emperador en su enfrentamiento con los barbaros, dejando a un lado las guerras civiles. Por lo que es una pena haber perdido su obra en la que hubiesemos podido conocer a fondo todos los capitulos de esta campaña.

Casi todo lo conocido viene de dos autores; Lucio Anneo Floro y Dion Casio, y de lo narrado en las obras de Estrabón “Geographica”, la obra de Plinio “Naturalis Historia” y la Geographica de Ptolomeo.

Tambien sabemos del impacto y estado de ansiedad con que se vivió esta batalla en la sociedad romana a traves de la obra de Quinto Horacio Flaco. En ella destaca el carácter arriesgado de la misma debido a la fiereza de los cantabros y el peligro que suponia para Roma la presencia en el combate del mismo emperador.

Una vez concluida su guerra civil Augusto se planteó el problema de las fronteras, el limes. Dominaba los territorios desde el Oriente proximo, hasta el Danubio y el Rhin, incluso con incursiones realizadas hasta el Elba, pasando por las costas del Norte de África, hasta Hispania en el extremo occidental. En este marco se comprende que la situación en el norte de España con dos pueblos independientes y pendencieros, cantabros y astures, se le presentaba como una anomalia intolerable.

Floro escribe:” En el occidente estaba ya en paz casi toda España,excepto la parte de la Citerior pegada a los riscos del extremo del Pirineo que acaricia el océano. Aquí se movian dos muy esforzados pueblos, los Cántabros y Astures, ajenos al imperio. Los cantabros por su fiereza eran los primeros, los más violentos y los más pertinaces en la rebelión, los cuales, no contentos con defender su libertad, tratabn también de dominar a sus vecinos, atormentando a los Vacceos, Turmogos y Autrigones con incursiones frecuentes”

Menciono a algunos admiradores de Roma, como @Augustus