Érase una vez un cachorro de león. Su padre había sido derrotado por el actual líder de la manada, y como jamás llegó a conocerlo, odiaba a su líder por ello.
Creció con ese odio. Aprendió con ese odio. Todo lo que fue, se lo debió a ese odio.
Un día, una leona vieja de la manada, supo de sus pretensiones para asesinar al líder.
- ¿Y qué harás con nosotras?- le preguntó.
- ¡Seré un líder fuerte, y os guiaré con sabiduría!
- Serás como él. Serás como lo que has odiado. ¿Cómo puede guiar alguien que no ve el camino que ha tomado, y que va dando tumbos por él?
El león rugió confundido.
- No se puede ser anti-algo, pues cuando ese algo no existe, parte de tí también deja de existir. Y si eres medio tú, alguien vendrá y te derrotará.
MORALEJA: NO SE PUEDE SER ANTI-ALGO. ESO ES NO SER.