Lectura Silencio - Relato número 1

Miro a través del ventanal de mi habitación como la pálida nieve se desploma con elegancia y decisión sobre las gélidas calles de la desamparada y callada ciudad. Mi cuerpo permanece tendido sobre la cama, arrugando levemente los pliegues de la misma.
Mi mirada se ha convertido en un testigo ciego del silencio que reina en el ambiente, un ambiente apacible y lleno de una placidez seductora. Respiro profundamente mientras debilito a golpe de máxima sentencia mis turbios pensamientos, los cuales poco a poco se van evaporando.
Este magnánimo silencio es como un regalo casi eterno que avasalla y esclaviza todas mis pesadumbres. Me encuentro en un estado casi celestial.

En mi calmado pensamiento comienzo a perfilar bellos paisajes e imagino que soy parte de ellos, concibo la idea de armonizar y acoplar mi cuerpo a cada una de las imágenes que figuro en mi mente. De esta forma puedo sentir como me elevo más allá de la realidad tan convulsa que atesta mi vida.
De repente, cierro lentamente mis ojos para distanciarme definitivamente de este mundo material y entrar en un estado onírico saturado por este silencio divino.

Ahora mismo, soy feliz.