Historia Medou Neter - Mistagogos entren
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*G H E TT O * S H I N Y*
Medou Neter - Mistagogos entren
En la decimo-octava dinastía(1550-1295 a.C.) del Imperio Nuevo egipcio, dos movimientos "antipoliteísticos" o, más bien, orientados al monismo, pero esencialmente distintos surgieron: (1) el llamado henoteísmo solar (New Solar theology) atestiguado ante Amenofis IV y que continuaría tras su caída entrado el Período Tardío, y (2)la teología de Amarna del propio Amenofis IV (Aquenatón) que reinó entere 1352 y 1338 a.C.
El monoteísmo solar, que introdujo Aquenatón, el faraón hereje, restructuraba el mundo y lo reducía al punto de vista humano. En la imaginería tradicional egipcia tanto el macrocosmos como el microcosmos eran observados desde el punto de vista divino; el ojo observador humano era prácticamente excluido y los magníficos espectáculos sacros del estado cósmico junto a los arquetipos permanentes y eternos procesos dinámicos eran vistos no desde abajo, sino desde arriba y desde dentro. La realidad era representada como una suma (diversidad en la unidad) de acciones divinas que constituían constelaciones metafísicas a diferentes niveles del ser. No eran los fenómenos visibles (separados de los prototipos sagrados) sino su significado interior lo que ocupaba principalmente a los sacerdotes egipcios. Sus textos describen imaginarias y noéticas topografías que ningún observador humano ha podido ver nunca aquí abajo porque "no es sólo lo visible sino también el mundo inteligible lo que es la realidad".
Durante el breve periodo revolucionario introducido por Aquenatón todo fue trastocado. La teofanía multi-dimensional (el panteón de neteru) y la imaginería mítica que enfatizaba la trascendencia fueron remplazados por la realidad visible. Al mismo tiempo, conceptos metafísicos de significado oculto y las pinturas arquetípicas de semiótica divina fueron remplazadas por conceptos físicos de función y causalidad. El monoteísmo de Aquenatón, centrado en la óptica de Amón, el cuerpo solar visible, eliminó las nociones metafísicas del "primer tiempo"(zep tepi) [período en que los dioses establecieron su reino en la Tierra], crucial para los ritos teúrgicos, las liturgias en los templos y la ascensión mística. El concepto egipcio de "tep sepi" del que deriva el posterior hebreo "bereshit"(en el principio), alude a la aparición del Intelecto divino, Amón-Ra, junto al kosmos noetos ("mundo de las ideas"), y este comienzo trasciende el reino sensible, estando "en todas partes y en ninguna." Como presencia eterna constituye el eje henádico(Hénada) vertical de retorno a la fuente y la liberación.
En cambio, la visión del mundo de Aquenatón se basaba en la aprensión sensorial del tiempo. La visibilidad espacial es tenida como dimensión de la luz física. Cuando la presencia eterna (normalmente palpada a través de estos ritos hieráticos y la intelección) se remplaza por el pasado y el futuro, la cosmogonía se torna embriología y Dios mismo comienza a ser equiparado al tiempo lo cual desenlaza todo.
En el recién establecido monoteísmo, Dios se revelaba al ojo como un disco solar visible, pero oculto al corazón, excepto al de Aquenatón, que se convertía en el único intermediario entre Amón y la realidad desencantada de aquí abajo. Al contrario que en esta innovación, la teología del Imperio Nuevo enfatizaba la necesidad de "tomar a Dios en el corazón": la posibilidad del conocimiento místico está abierta a cualquier hombre o mujer piadoso. A pesar de que el conocimiento se porta en lo profundo del corazón, Dios mismo es invisible, por tanto, ver a Dios es sólo posible para aquellas almas transformadas que han "muerto" tanto en el sentido literal como en el iniciático. Solo el alma(ba) que ha pasado las transformaciones Osiricas en la Duat y se ha transformado en espíritu luminoso(akb) puede conocer a los dioses frente a frente y convertirse él mismo en dios.
En la religión de Amarna, sin embargo, a pesar de que el conocimiento de Dios es reservado sólo al faraón, la habilidad de ver a Dios es posible para todos aunque este Dios ya no es el Amón trascendente, el Dios oculto, cuyos símbolos, imágenes y nombres son los muchos dioses sino el cuerpo visible del sol, el Uno como causa racional de generación material. Afirmando que el significado del mundo (o su "verdad científica") es accesible tan sólo al corazón del experto, Aquenatón mismo (el prototipo de experto científico moderno que promueve estas mismas afirmaciones), está virtualmente diciendo que la realidad no posee ningún significado divino, por tanto, la explicación durante el periodo de Amarna (la búsqueda científica de causalidad) remplazó la interpretación (hermenéutica simbólica):
Cuanto más hay que podamos explicar, lo menos que hay que interpretar, por ello, podemos decir hasta cierto punto que más que fundar una nueva religión, Aquenatón fue el primero en encontrar una vía fuera de la religión.
A pesar de que se deshizo de Osiris y del ritualizado inframundo osírico (que funcionaba como un vial alquímico de transformación), el concepto de inmortalidad del alma se mantuvo intacto. No obstante, Aquenatón rechazaba el panteón tradicional y destruyó y dañó templos, estatuas e imágenes de los dioses egipcios en nombre de Amón, que no es ni un dios personal en el sentido teísta sino que representa a la naturaleza. Por ello, el mundo visible no es más que un comienzo sin fin, una trnasformación(kheperu) del Dios-Naturaleza mismo. El término "kheper" normalmente significa manifestación, de algo proveniente de una dimensión oculta, algo invisible que se vuelve visible pero en los textos de Amarna, el significado cambia ya que Aquenatón acabó con cualquier idea de invisibilidad u ocultación, no hay nada más que naturaleza y esta naturaleza debe ser investigada, alabada y vivida. Por contra a este sentido, el mundo tradicional egipcio no es la naturaleza porque no es natural.
En la religión de Amarna, Dios no es tenído como un celoso señor que exige lealtad total como en la antigua tradición bíblica, el cual, en muchos aspectos no es sino el heredero y prolongación indirecta del monoteísmo de Aquenatón. Aunque la nueva perspectiva teológica y fisiológica introducida con la máxima compulsión y terror, fue experimentada por el faraón como una revelación religiosa, no es, estrictamente hablando, una teología en sí. En lugar de una servidumbre de fe, se enfatizan el conocimiento y la verdad, aun siendo privilegios del rey. La clara distinción entre lo verdadero y lo falso en lo concerniente a la religión (inseparable de las políticas de estado) marcó la idea de la ortodoxia con su intolerancia hacia otras creencias que se desviaban u oponían a la doctrina única tenida como verdad incuestionable.
En las antiguas civilizaciones de Oriente Próximo, todas las teologías, cosmogonías y los nombres divinos relacionados eran traducibles. No eran absolutos al nivel del mito y la hermenéutica polisemántica, es por ello que no la cuestión de la ortodoxia sino de la ortopraxis, el correcto desempeño de los ritos sagrados basados en al distinción entre lo correcto y lo erróneo de la acción humana fue tenido por importante. De haber existido durante más tiempo, la religión de Amarna hubiera producido sin duda un corpus de textos canónicos. La caída del reinado de Aquenatón previno este cambio de ritos e "ídolos" a escrituras, tal y como ocurrió en los monoteísmos semitas tardíos. Sin embargo, la revolución de Aquenatón (a pesar de no ser duradera), marcó lo que los investigadores modernos tienen como el paso de la edad del bronce a la edad del hierro.
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*G H E TT O * S H I N Y*
quicir esto que hemos perdido la habilidad/ciencia de salvarnos? @Marco Frei
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matatontos
me alucina la gente que escribe para si misma
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matatontos
y tambien la que se menciona a si misma
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