Lectura Vivo te odiaba...¡Muerto te amo!

La misteriosa doctora Boer da mucho que hablar en su entorno de trabajo. Es muy estricta, muy malhumorada y muy masculina. Viste siempre de negro, lleva el pelo corto y no muestra interés por ninguno de los estupendos especímenes masculinos que tiene como compañeros de trabajo. Su actitud apática apunta a que podría no sentir atracciones por los penes si no por las vaginas, pero nada más lejos de la realidad.

A la doctora Boer le gustan los penes como a la que más, Le gustan bien grandes, duros y venosos. Y muertos, solo se excita cuando el pene pertenece a un muerto. Esa es la particularidad que tiene a todo su entorno desconcertado. Su trabajo le da acceso a especímenes que eventualmente consiguen satisfacerla pero ella quiere algo más estable. Quiere tener algo a mano con lo que satisfacer sus ansias necrófilas, quiere estabilidad, por ello concluye que lo mejor es construirse su propio monstruo-robótico-zombi de pene gigante. Así nace Necron.

Lo que en teoría parecía un plan sexual perfecto no resulta tan bien a la práctica. Necron es tonto, celoso, agresivo y muy fuerte. Ni siquiera la doctora con sus mañas sadomasoquistas consigue dominarlo totalmente. El monstruo acaba provocando un gran desastre en el laboratorio con varias muertes y la dorctora Boer dada por muerta decide huir y emprende una vida clandestina junto a su juguete sexual.

Así arrancan las aventuras del duo cómico-sexual. En su vida clandestina vivirán las más estrambóticas aventuras y visitrarán todo tipo de parajes. Nazis adictos al bondage, harenes lésbicos rusos, la atlántida y sus hombres-pez... Todo tiene cabida en esta odisea de lo estúpido.

Un cómic totalmente pueril y ligero que resulta satisfactorio para todo amante del humor marrano. Un estilo gráfico limpio y elegante que contrasta totalmente con las burradas que muestra en sus viñetas, y una narrativa simplona y tópica que se mueve entre la genialidad y el retraso mental.