¿Y después qué!
¿Los marxistas?
¿Los de izquierdas?
¿Todo lo que no esté de VOX para la derecha?
La realidad social es la que es. Hay dos territorios que desde hace más de cien años (incluso podría decirse que desde hace mucho más) tienen un sentimiento identitario bastante implantado en una parte de su población. El fenómeno tiene también presencia en más regiones españolas (Navarra, Galicia, Baleares, Levante...) pero dónde históricamente ha tenido y tiene más intensidad es en Cataluña y el País Vasco.
Para mi la clave no está en prohibir, porque Franco lo reprimió políticamente al máximo y en las primeras elecciones catalanas y vascas ganaron claramente los nacionalistas (en Cataluña al PSC se le puede considerar catalanista aunque no sea contrario al orden constitucional) sino en combatir esa falacia de falsa dicotomía de tener que elegir entre ser catalán o español, vasco o español, como si ambas condiciones fueran incompatibles.
Ahí es donde el Estado español ha perdido la batalla, por incomparecencia.
Un magnífico ejemplo de esto fue lo que hace poco comentó @
Marraco por aquí. Cuando le pedí que me dijera un solo acto, conferencia, charla, simposium o evento del tipo que fuera a favor de la españolidad de Cataluña que hubiera recibido apoyo sea cual fuese de la Generalitat, me respondió que
"eso no le corresponde hacerlo al catalanismo".
Aunque suena a aberración que las instituciones catalanas sean sectarias, tristemente es una realidad. La invisibilidad del Estado español, supongo que por una irresponsable actitud de "no molestar", ha dejado campar a sus anchas al proselitismo nacionalista. Ahora, y más vale tarde que nunca, toca dar respuesta a ese relato, y no empezamos ni de cero siquiera. Hay que ir "de remontada".
España es una gran democracia, pero con malos políticos (otra de las características que tenemos en común todos los españoles, Cataluña incluida, porque los suyos son de lo peorcito) y esa es la idea que hay que promover de nuestro país. Ahora toca normalizar razonablemente la situación, volver a una situación estable y dentro de un orden. A partir de ahí hay que combatir las mentiras del catalanismo y atender a sus verdades, que también las hay, como es lógico.
Lo que tengo clarísimo es que el que crea que ésto se arregla con porras y barrotes, echando al monte a los nacionalistas vascos y catalanes, es que sencillamente es un temerario. Incluso diría que un demente. Rajoy pensaba que ésto se enfriaría solo y se equivocó totalmente. Peor aún si pretendemos eliminarlos por Decreto. Se puede ver un cuadro.