EL RESPONSABLE de MANDAR a LE PEN a su casa, ANUNCIA...

Yo me quiero bajar del mundo.

Trece mil años de civilización, y aun no hemos aprendido a construir sociedad dejándonos en paz los unos a los otros.

O bien todos cerrados tras sus fronteras besando la bandera y mirando con recelo "al enemigo", extranjero, mariposón, soltero...

O bien todos sometidos por una Europa y sus lobbies de lo políticamente correcto, con mariposónes, charos, y moros, tratando todos de sodomizar a nuestros hijos en las escuelas, secuestrando toda la cultura, y haciéndose leyes de privilegio para ellos mismos...

Yo renuncio a mi lengua, pero para que haya una común en toda Europa en la que todos nos entendamos cómodamente, no para que haya doscientas distintas en mi propio barrio, o para que un Catalán subnormal agilipollado deje escapar un paquete por no querer darle su dNi en español al repartidor.

Yo acojo extranjeros, pero para que dejen de ser extranjeros y todos nos podamos mover con libertad por Europa (y otros lugares), no para que vengan a mi tierra a imponerme sus religiones medievales y prohibirme mis propias costumbres, o decirme que "no felicite la navidad, que ofende".

Yo convivo con otras razas, pero para que estemos todos a lo que importa, que es la persona y no el color de su piel. Y en lugar de eso lo que tengo es a la moronegrada y panchitada diciéndome "que sea menos blanco", que "pague mis crímenes de colonizador", o cambiándole el pantone a Ana Bolena.

A Zemmour no se le puede quitar ni una coma del discurso. Pero eso es por culpa de las Irene Montero, de las Bea Gimeno, de la Gretas, y los Bill Gates, de los Otegi y los Pablo Iglesias, de los Serigne, de los judíos de Disney, de todos los que quieren vivir de lo público o de lo políticamente correcto. El enemigo no es el Francés, ni el Italiano, ni el Rumano, ni el negro, ni el marica.

Europa lo que necesita es una gran guerra civil, para librarnos del verdadero enemigo, que son todos los que quieren vivir de meterte una polla por el culo y del privilegio jurídico. O eso, o siendo iguales y queriendo lo mismo volveremos a ser enemigos por estar en lados distintos de una fina línea imaginaria trazada en el Pirineo. Enciérrate en tus fronteras, y te habrás encerrado con el enemigo dentro.

Ya sé que este discurso no gusta ni a unos ni a otros. Pero es lo que pienso.