La dulce hija, postrándose de hinojos
dice a la madre, al tiempo que sus ojos
leve cendal de lágrimas empaña
- Dios ha dispuesto el término del plazo
y ya es la hora de romper el lazo
que nos unió por siglos ¡Madre España!
¡Madre, sí, madre! Sobre mi haz tendido
va fermentando el anhelar dormido
y el germen abonado se agiganta.
La gratitud es flor del alma mía
y no muere la clásica hidalguía
do se yergue tu cruz, tres veces santa
Puede venir el águila altanera
y hundir el corvo pico en la bandera
de gualda y oro que nos da alegría.
Podrán poner a mi garganta un nudo
que aun cuando el labio se retuerza mudo
podrá gritar el alma: ¡Madre mía!
La que duerme arrullada por el cántico
de las ingentes olas del Atlántico
la que empujó a Colón hasta la entraña
del mundo nuevo, que copió su hechura
la que llevó a los pueblos fe y cultura
y auras de libertad... esa es España
España, la invencible soñadora
que monta Rocinantes a deshora
los toros lidia, viste la mantilla
ama la jota y al danzón se entrega
mas cuyo acero no es la hoz que siega
sino arado que pone la semilla
La patria de la vid y la verbena
que fía a la guitarra su honda pena
dominadora de la Argel moruna
la que las tierras incas civiliza
hidalgo pueblo, de otros cien nodriza
única madre que meció mi cuna
¡Oh rica fabla espiritual! Simula
cordaje de una cítara que ondula
es blanca arcilla y música ese idioma
claro choque de perlas y corales
remedo de los coros celestiales
que de Dios mismo su raigambre toma
Si lloro, se unifica con el llanto
que impregna mi guitarra cuando canto
y es en la liza imprecación alerta.
Podrán hurtarme mis veneros de oro
pero al perder tan singular tesoro
es que habré sido traicionada y muerta.
En el curso del tiempo desenvuelto
tú, España, volverás. ¿Qué amor no ha vuelto
presa en la red del propio bien perdido?
Serás un ave enferma de añoranza
que va a volar cuando la noche avanza
en dirección al solitario nido
Si están ahítos de llorar tus ojos
y en otros días te causara enojos
la era de paz y de perdón se inicie.
¡Oh, qué mejor que tras la despedida
seamos como el agua en dos partida
que se torna a juntar en la planicie!
Mientras la vista atónita vislumbra
la luz de redención en la penumbra
e hijos del alma apréstanse a las lides
¡Ve, madre! Y digan valles y colinas
¡Gloria a la madre España y viva!
¡Loor eterno a ti! Tú no me olvides
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