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Lo ha dicho claro el presidente Trump: quiere hacer un trato con ExxonMobil para “hacerlo bien” y “repartirse la riqueza”.
El martes pasado, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, dijo en rueda de prensa que van a enviar un nuevo contingente militar al Este de Siria para proteger los campos petrolíferos.
Preguntado por una periodista de la CNN si esta misión militar tiene por objetivo evitar que Rusia o el gobierno sirio se hagan con el peróleo de Deir Ez Zor, el Secretario de Defensa de EEUU, Mark Esper, admitió que la misión se ha diseñado para evitar que el petróleo y las rentas que genera caigan en manos que no sean las de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF por sus siglas en inglés), es decir, las milicias kurdas aliadas de Estados Unidos. Bruce Riedel, ex-consejero nacional, ha dicho que la decisión “no sólo es dudosa en términos legales, sino que también manda el mensaje a toda la región y al mundo de que EEUU quiere robar el petróleo”. El domingo pasado, tras el anuncio de la muerte de Baghdadi, jefe del ISIS, el presidente Trump, con la impecable oratoria que le caracteriza, dijo (textualmente): “Ya estamos fuera. Pero dejamos soldados para asegurar el petróleo. Y puede que tengamos que luchar por el petróleo. Está bien. Quizás alguien más quiera el petróleo, en cuyo caso se encontrará con un infierno de pelea. Pero hay cantidades inmensas de petróleo”. El domingo pasado, en una reunión en Chicago, Trump lo dejó más claro si cabe: “Nos estamos quedando con el petróleo (…) Recordad eso. Siempre he dicho: Quédate con el petróleo. Queremos quedarnos con el petróleo -45 millones de dólares al mes. Quedémonos con el petróleo”. Durante otra rueda de prensa, agregó: “Lo que intento hacer, quizás, es llegar a un trato con ExxonMobil o alguna otra de nuestras grandes compañías para ir allí y hacerlo bien (…) y repartir la riqueza” (léase el botín). Antes de la guerra, Siria producía en torno a 400.000 barriles de petróleo al día en sus numerosos campos petrolíferos repartidos por el país. Un documento del FMI de 2016 estimaba que la producción había caído a sólo 40.000 barriles diarios. Los oficiales de la Defensa insisten en que el objetivo militar es evitar que ISIS se aproveche de los recursos petrolíferos de Deir Ez Zor para financiar una posible re-insurgencia, no que EEUU quiera saquear los recursos de Siria, lo cual traería a la memoria el robo que el presidente George W. Bush y Dick Cheney perpetraron en Iraq, uno de los mayores productores de petróleo del mundo, o el que hizo Obama en Libia. El consejero de Seguridad Nacional de EEUU, Robert O'Brien, declaró a la cadena NBC News: “Vamos allí [a Siria] por un tiempo para controlar que no haya una nueva insurgencia del ISIS y asegurar que los kurdos tengan algún ingreso de los campos de petróleo”. Cuando Trump anunció la retirada de tropas de Siria, no hizo más que apresurarse a cumplir una de las promesas de su campaña electoral de 2016. En realidad, esta retirada tenía como fin dejar el campo libre a Turquía para invadir esa zona y desalojar de ella a las milicias kurdas, que han estado en nómina de EEUU desde 2014. Turquía lleva años diciendo que no toleraría en sus fronteras a los kurdos, que considera terroristas, aunque fuesen aliados de EEUU. Muchos analistas llevan tiempo advirtiendo que uno de los objetivos estratégicos del ataque de EEUU-OTAN a Siria, iniciado en marzo de 2011, era la partición del país en pequeños estados agrupados por sectas y etnias. Las recientes declaraciones de Esper sugieren que EEUU no ha abandonado la idea de crear una patria kurda -Rojava- en Siria, y están buscando una fuente de ingresos para su administración. La súbita decisión del presidente Trump de ordenar el regreso de tropas a Siria ha pillado por sorpresa a militares y políticos de EEUU y a los líderes internacionales. Pero, según Trump, esta vez es por un asunto de negocios, tal como señaló en su cuenta de Twitter: “... lo que sacamos de este trato es, simplemente, EL PETRÓLEO...” Deir Ez Zor está casi enteramente poblada de árabes sunitas, que no aceptarán la presencia en la zona de los kurdos y sus aliados estadounidenses. Si el ejército de EEUU y las SDF se hicieran con el control definitivo del petróleo y el gas, con toda probabilidad la población local formaría una resistencia armada que podría acabar mandando a las tropas de EEUU a casa en un ataúd o gravemente dañadas. El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, general Igor Konashenkov ya ha dicho que “Ni la ley internacional, ni la de EEUU, pueden legitimar que las tropas de EEUU custodien y defiendan los depósitos de hidrocarburos contra Siria y su pueblo”. Todos los ojos están puestos en Deir Ez Zor en espera de una posible confrontación entre Siria y su aliado ruso y el ejército de EEUU, para recobrar el petróleo sirio.