Leo a mucha gente haciendo "zascas" al feminismo en la red, o youtubers como UTBH luchando contra "políticas identitarias" y a favor de la igualdad de oportunidades.
Todos sabemos las numerosas contradicciones del feminismo y cómo se define a la mujer como más fuerte, independiente y capaz que el hombre, y a la como un débiles que necesitan reglas especiales según convenga. O traer una cultura realmente patriarcal que nos está reemplazando al primer mundo.
Algunos incluso llegan a hablar de una batalla cultural. En el último vídeo de UTBH Sergio acusa a Ciudadanos, Vox y PP de no entender el feminismo y las leyes feministas a las cuáles han votado a favor.
Nada mas lejos de la realidad.
No hay una batalla cultural porque el feminismo ha triunfado desde hace décadas. No hay oposición, solo resistencia.
Señalar las incoherencias no sirve de nada porque a
[email protected] feministas les da igual. Te van a contestar lo que les beneficie en el momento.
Incluso verás que muchas mujeres se autodenominan "antifeministas" pero cuando he preguntado qué hay que hacer al respecto, ninguna te dice que hay que revocar sus derechos que vienen a costa de los hombres.
No hay batalla, ningún partido político puede soñar con ser votado si no expande los derechos de las mujeres a costa de los hombres. Solo hay que ver la caída de 5 puntos de Ciudadanos hace un par de elecciones cuando Rivera criticó las leyes de género, o la cantidad de mujeres que han salido a votar al PSOE por miedo a VOX.
Imaginad que viajáis a una dimensión paralela en la que los niños pueden votar. A los niños les importa una mierda la políticas y votan caramelos gratis, irse a la cama cuando quieran, que sus padres no les puedan regañar, no tener que ir al colegio, videoconsolas alimenticias pagadas por sus padres. Los niños son absolutamente miserables, obesos, con los dientes picados. Incluso le pegan a los padres. Una vez cumplen los 18 años y dejan de estar protegidos se pasan el resto de sus vidas odiando al mundo.
No hay finalidad. No hay conspiración. Por desgracia, tampoco hay solución política porque ningún político que quiera quitarle los derechos a los niños sería votado.