El tirador de Terrassa, ¿un terrorista?
Las redes sociales son el espacio ideal para mezclar churras con merinas y la detención y arresto de Manuel Murillo, después de que en un grupo de whassap anunciara su intención de asesinar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha supuesto que contra quien se 'disparara' en internet fuera contra la Audiencia Nacional, ignorando que este tribunal ni siquiera se ha pronunciado al respecto, ya que solo ha tenido conocimiento de lo ocurrido este jueves a través de los medios de comunicación.
Ni los Mossos ni el Juzgado de Terrassa que firmó la orden de registro del domicilio de Murillo, en el que se encontraron 16 armas de fuego, incluidos rifles de alta precisión y un subfusil de asalto, debieron entender que se trataba de terrorismo, porque si no, el registro debería haberse ordenado por la Audiencia Nacional o, después del hallazgo, el juzgado debería haberse inhibido a su favor. Ni en el auto de prisión del Juzgado de Instrucción número 3 de Terrassa ni en el de la Audiencia Provincial de Barcelona que la ratifica se menciona el de terrorismo entre los delitos que se imputan a Murillo. Los que le atribuye son "conspiración para cometer atentado contra el jefe del Gobierno español y tenencia ilícita y depósito de armas, municiones y explosivos". La Audiencia precisa incluso que se deja "al margen el delito de odio", porque "por el momento no cuenta con demasiados indicios".
Pese a ello, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, el diputado de ERC Gabriel Rufián y el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, han aprovechado para atacar a la Audiencia Nacional, por los delitos de enaltecimiento del terrorismo, por el que ha juzgado y condenado a raperos y tuiteros, así como el más grave de todos, en el que se envió a prisión a unos titiriteros por una pancarta que decía "Gora Alka-ETA" en su espectáculo en una causa que, como no podía ser de otro modo, acabó siendo archivada.
Fuentes de la Audiencia Nacional explican que la competencia para juzgar los delitos de enaltecimiento les corresponde porque el legislador los situó en el capítulo de terrorismo del Código Penal y se muestran partidarias de su reforma para que acompañen a los delitos de odio de los que estarían más próximos.
Aunque, en cierto modo, esa reforma legal está en manos de Iglesias, él ha preferido cargar contra la Audiencia, a la que acusa de "desentenderse". "Por contra, los titiriteros de Alkaeta, tuiteros y raperos sí fueron juzgados y algunos condenados y encarcelados por la AN. Están que lo parten últimamente algunos jueces", ha escrito en Tuiter.
Rufián, en un tuit destacaba que lo que para otros países es un "terrorista fascista armado" en España es "un pobre hombre harto de rojos y separatas".
"Han detenido a un francotirador de ideología franquista que pretendía matar a Pedro Sánchez. Tenía 16 armas de fuego en su casa. Sin embargo, la Audiencia Nacional, que ha condenado a raperos por sus letras, considera que este caso no es terrorismo. La "justicia" española", ha escrito Garzón.
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