El
sine qua non para conocer al Padre, es el Hijo:
Quien me ha visto ha visto al Padre; ningún hombre viene al Padre sino a través de mí (Juan 14:6). Nuestro Dios es un Dios encarnado,
a quien hemos visto con nuestros ojos, y nuestras manos han tocado.
Iniciado por
1 Juan 1:1
Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida
Lo inmaterial se volvió material para nuestra salvación, Él se ha
revelado a sí mismo en nosotros. Pero ¿Cuándo se reveló a sí mismo entre los no cristianos de hoy día para que podamos suponer que ellos conocen a Dios?
No, ellos
no conocen a Dios Padre. Tienen conceptos acerca del Padre; pero cada
concepto acerca de Dios es un
ídolo, porque un concepto es el producto de nuestra imaginación, una creación de un dios a nuestra propia imagen y semejanza.
Para nosotros los cristianos dios es inconcebible, incomprensible, indescriptible, e inmaterial. Para nuestra salvación Él se volvió (a la medida en que estamos unidos a Él) concebido, descrito y material, mediante la revelación en el Misterio de la encarnación de su Hijo.
Sea para Él la gloria por los siglos de siglos. Amen.