Que extraño un hilo de fútbol con argumentos
La propuesta futbolística de Paco Jémez tiene muchas virtudes. Entre ellas se encuentra la de haber llevado al Rayo Vallecano a un nivel de exigencia superior capaz de convertir en pequeña decepción una derrota a todas luces lógica y normal como la de anoche en el Vicente Calderón. Como era de esperar, la diferencia de recursos entre los franjirrojos y el Atlético de Madrid -campeón de liga y finalista de Champions- se trasladó de forma natural al terreno de juego hasta convertirse en una cómoda victoria local.
La ausencia de laterales natos en el once del Rayo Vallecano contribuyó de manera determinante a que la película siguiera el guión previsto. Tito por lesión y Quini por sanción dejaron huérfano el lateral diestro. Más curiosa fue la situación en el lateral zurdo, donde Insúa no pudo jugar por una cláusula de cesión en su contrato y donde Nacho se quedó en el banquillo a pesar de ser el único lateral disponible de la plantilla. Con ese panorama, Jémez dispuso una defensa de tres con Zé Castro por derecha y Morcillo por izquierda escoltando a Ba en el centro de la defensa. ¿Resultado? Dos goles de Griezmann en veinte minutos de juego con dos errores clamorosos del portugués y el valenciano.
A partir de ahí, con un margen insalvable ya concedido, el Rayo Vallecano desplegó su habitual juego combinativo manteniendo la dignidad durante todo el encuentro. De la mano de un Gael Kakuta superlativo que dejó en evidencia a Juanfran de manera repetida durante la primera parte, los visitantes fueron creciendo en confianza hasta recortar distancias por mediación de Roberto Trashorras. El faro de Vallecas celebró su reciente renovación con un gran disparo desde la frontal ante el que nada pudo hacer Miguel Ángel Moyá.
El Atleti, con la mente puesta en el partido de Copa frente al FC Barcelona, se dejaba llevar poco a poco, como si supiera que el propio Rayo Vallecano se encargaría de devolver la normalidad al marcador cuando fuera preciso. Y así fue. Sin margen para que llegaran los nervios en la segunda mitad, Manucho cerró los ojos defendiendo un saque de esquina y terminó introduciendo el balón en el fondo de la portería de Toño. De nuevo distancia de dos goles y sensación de partido inalcanzable para los franjirrojos.
Por aquel entonces, ya mediada la segunda parte, Fatau había bajado el pistón en el centro del campo. El jugador cedido por el Granada disputó sus mejores minutos de la temporada, mostrándose como una opción válida en el centro del campo. Algo parecido hizo Javier Aquino, muy activo en banda diestra y demostrando que puede configurar una buena dupla de extremos con Kakuta si el técnico decide repartir bien las bandas. En el lado contrario de la balanza quedó esta vez Jozabed, apagado e inactivo durante la hora de juego que le otorgó esta vez Paco Jémez.
Así las cosas, el Rayo intentó aprovechar la dejadez de un Atleti a medio gas en el tramo final del partido. Una clara ocasión de Alberto Bueno o un penalti no pitado sobre Manucho pudieron abrir de nuevo el interés del choque, pero el marcador del Calderón no se volvería a mover. Un mano a mano de Torres bien solventado por Toño y cuatro detalles de calidad de Pozuelo fueron las últimas notas destacadas del choque antes de que Iñaki Bikandi señalase el camino de los vestuarios.
En definitiva, trámite superado sin tarjetas ni males mayores ante un rival fuera de alcance por el marco desigual de la competición. Será el próximo viernes cuando la visita del Deportivo a Vallecas mida la capacidad real del Rayo Vallecano para dar un salto de calidad, tanto sobre el césped como en la tabla clasificatoria.
porque el artífice de esto es Felipe Miñambres que es quien consigue traer a estos jugadores.El mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.
Con un entrenador normal (o con el mismo Pepe Mel si no se hubiese adelantado nuevamente el Betis) estaríamos más arriba. Los partidos ganados han sido por solidez defensiva, y los empatados o perdidos han sido por obra y gracia de las Jemezadas de turno. (el 50% de los goles encajados del Rayo son regalos en forma de pases fallidos por las extremas órdenes del calvo de las palmas)