About last night, Philipinnes.

Sábado noche, Agosto, Filipinas.
Estaba en el hotel, 3 de la tarde y pese al drama que tengo con la otra filipina, ya tenía esa vocecita que imperaba de salir otra vez.
Las noches de sábado en Filipinas, son frenéticas y salvajes, no sabes con quién acabarás o con quien dormirás, es una especie de viaje dentro del mismo viaje en si.

Nada más llegar es bastante tedicioso,antes de la discoteca me gusta entra en algún bar gogó a tomarme un zumito, ahí paso las 2 horas previas antes de la hora fuerte, siempre ocurre lo mismo, nada más llegar es como si entrará Batman, me empiezan a agarrar y me intentan convencer de que entre. Una vez me siento, se me quedan mirando como si nunca hubiesen visto un europeo, me empiezan a tocar la cara y me repiten una y otra vez si soy real.
Las gogos, una vez les digo que no voy a pagar bebidas se esfuman, aunque siempre se quedan aquellas que les gustó y sienten curiosidad por mi.
Entablamos algo de conversación, me explican un poco su vida mientras yo le pongo en la mano en su culazo, y así le he metido mano de arriba abajo, ella a mí también aunque sin la misma intensidad que yo, francamente he perdido la cuenta de culos y tetas que he manoseado desde que estoy en Asia.
Antes de ir a la disco, la filipina con la que he quedado, me dice que ya está dentro del club, finalizó rápido mi Red Horse y me pongo en marcha al club.
A la entrada no me dejan pasar por llevar camiseta de tirantes, a lo que tengo que acudir una tienda random y me compro cualquier camiseta de manga corta por 100 pesos( 1,70€).

Dentro, conozco a dos españoles de Madrid, siempre que veo a extranjeros me gusta preguntarles de dónde son, se crea una hermandad automática con ellos, ponen la Macarena en la disco y los tres nos miramos entre nosotros sintiéndonos los reyes del lugar. Me invitan a mí y a la filipina con la que estoy a su mesa reservada, tienes dos botellas de vodka y cervezas, me ofrecen copas a lo que yo no muestro mucho interés por ello.
Me dicen que les recuerdo a Cristiano, pasamos una gran noche, ellos también han ligado, aunque yo tengo a la mejor filipina.
Luego al tener mi hotel algo alejado de club, le propongo alquilar una habitación por horas y acepta, pero me dice que no quiere sexo, que aún es muy temprano, y me lo creonpuesto en la disco apenas me ha dejado tocarle. Tiene su trabajo y es una filipina de bien.


En el hotel, dice que se da una ducha y sale con una toalla, me dice que está esperando que le haga un masaje, empiezo y a los pocos minutos ya estamos percuitendo.
Así acaba un sábado noche en Manila, ciudad odiada y amada al mismo tiempo



Aquí està la camiseta azul que tuve que comprarme de improvisado. Y su bolso, esto fue mientras ella estaba en la ducha



Al salir dela disco, parece una ciudad americana con sus rascacielos.



Y unos batidos de plátano y mango para rebajar el pequeño abuso alcholico del sábado noche

Eres un caramelo.