Atravesar las Cortinas del Tiempo. Una pequeña ontología semántica.

Existen muchos planteamientos inútiles a la hora de enfrentarse al miedo a morir. Uno de ellos es pasar a la posteridad. Que te recuerden por algo grande. En realidad todo debería ser consecuencia de los actos de vida. Y los actos de vida deberían responder a la calidad de vida al tiempo que al goce en el acto. Finalmente es el goce en el acto el punto desde el que se debería destilar la calidad y la posteridad. Pero incluso el goce en el acto está condicionado. Así pues, atravesar las cortinas del tiempo, tener una biografía que merezca la pena ser recordada, y vivir con calidad de vida TODO VIENE PREDETERMINADO.

El goce en el acto es fundamental a menos que se sea masoca declarado. Hay una línea de sufrimiento a atravesar. Pero debería ser en el combate personal en el mundo a la manera personal. Como sucede que no estamos sólos y que, realmente, no somos libres, algunos recurren a combatir en plantillas ajenas con las que si no se identifica, al menos sí que espera lograr un cierto acomodo material. Pero el acomodo no suele venir o es flaco. Y la identificación es tan grosera que no es creíble por quien debe de ser creída: uno mismo. Además, aquellos que son recordados lo son por tirar por caminos propios y no colectivos. O por caminos no demasiado colectivos.

La rebeldía por tanto se hace necesaria. Pero no sólo por el acomodo material o por el hipotético recuerdo. Seguridad sin libertad no es nada y el recuerdo no sirve a los muertos. La rebeldía es necesaria ante la necesidad de vivir al modo propio o, al menos, el evitar la imposición del modo ajeno. Modos propios no hay ninguno en particular. Sino modos más o menos habituales. Al final siempre son colectivos y encierran a individuos en núcleos en donde se encuentran otros en mismas situaciones. Lo social es un problema difícil de extirpar. Porque no todo el mundo está diseñado para ser social. O no en la misma medida.

El otro aspecto del hipotético triunfo o recuerdo es el creativo. Pero casa mal con la rebeldía. La rebeldía en una zona determinada, pero participando de lo que es propio de esa zona, genera creatividad en esa zona. La rebeldía a secas, el escapismo total, sólo produce un reflejo vago del anhelo de libertad en los demás. Todo el mundo necesita de reflejo para sentirse vivo. No basta con que estemos vivos. Necesitamos que nos reconozcan vivos. Como si acaso el no se reconocidos nos difuminara del plano de la existencia.

Todo acto creativo tiende a combinar cosas pasadas con presentes para generar futuros. Es una variación sobre una combinación con el producto de una novedad aparente que llena un hueco de necesidades. Genera un reflejo acentuado. Y con suerte, incrementa la calidad de vida y deja una huella existencial.

es por tanto el gozar con algo, que te permite sobrepasar a esfuerzos progresivamente duros en los que ir logrando un acomodo material y una identificación mental de suerte que el reflejo de nuestra existencia en los otros se vea acentuado por las variantes que introducimos respecto del hacer habitual de los competidores, al punto de obrar en el conjunto de los espectadores una proyección de sus propios anhelos de libertad.